En los últimos días, a la angustia que provocaron en la población chilena el estado de emergencia, los violentos saqueos, y el toque de queda (que se levantó el sábado), se han sumado el espanto y la indignación por el creciente número de denuncias por detenciones ilegales, abusos sexuales, tratos crueles, lesionados y muertos por violencia policial y militar.