"No lo hacen por su amor a la justicia": capos sanguinarios usan el juicio de 'El Chapo' para reducir sus condenas
Uno de los abogados del asesinó a 150 personas, su sentencia se reduciría al equivalente de "60 días por cada muerte".
Pero ni la revelación de ese acuerdo incomodó al exlíder del cartel del Norte del Valle. "No los he contado, pero es posible", expresó desenfadado Ramírez Abadía tras aceptar sus crímenes, que durante un par de días opacaron en ese tribunal a los del hombre sentado en el banquillo de los acusados.
Aunque este castigo reducido suena hasta absurdo de la manera como lo plantea el abogado William Purpura, sería una realidad si un juez federal acepta bajar la sentencia de 'Chupeta' de 30 a 25 años de prisión, como lo propone la Fiscalía federal porque aceptó cooperar sin reservas en el juicio más grande y costoso que jamás se haya realizado contra un narcotraficante en Estados Unidos.
Si se le resta el tiempo que el sanguinario narco suramericano ya ha pasado tras las rejas desde su extradición en 2007, Ramírez Abadía saldría en 2032 a la edad de 69 años. Tendría dos años menos que el hasta ahora incapturable jefe del cartel de Sinaloa y exsocio de Guzmán, Rafael Caro Quintero, cuya edad avanzada no le impidió retomar control de lo que dejó del cartel de Guadalajara al salir de prisión, según advierte la istración para el Control de Drogas (DEA), que ofrece una millonaria recompensa por su captura.
En los argumentos iniciales del proceso judicial, la defensa alertó al jurado de que para condenar a 'El Chapo', las autoridades estadounidenses deberían soltar a varios "degenerados" también acusados de ejecuciones, contrabando de droga a granel, etcétera. Los mismos delitos de Guzmán.
"Son cooperantes del gobierno en los que no se puede confiar. Son asesinos, ladrones, vendedores de droga", advirtió el abogado Jeffrey Lichtman.
"Es la posibilidad de salir libres"
Quienes se sientan en el banquillo de los testigos esperan algo a cambio: reducir sus sentencias, que sus familias sean parte del programa de Testigos Protegidos de los US Marshals, recibir mejores condiciones carcelarias, librar la prisión, obtener un estatus migratorio en este país y hasta obtener dinero en efectivo. Nadie cree que estos decidan hablar contra sus exsocios solo para limpiar sus culpas.
"No lo hacen por su amor a la justicia", señala David Shirk, experto en narcotráfico y profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego (California). Es la posibilidad de salir libres o mejorar sus condiciones de encarcelamiento. Puede ser que los cambian de prisión o tener más privilegios, como visitas de sus familias", explica el catedrático.
Shrik lo considera un método "exitoso" del sistema judicial de EEUU, porque a través de esos testimonios el jurado puede conocer lo que ocurría en el submundo en el que se mueven los acusados, donde los traidores o "sapos" son sentenciados a muerte por el cartel. Así, escuchando sus historias, se logra castigar a los jefes y, finalmente, desmantelar las organizaciones delictivas.
"A veces en una conspiración de este tipo lo que pasó solo lo saben los que participaron. Porque es difícil obtener grabaciones y es mucho más difícil infiltrar a estas organizaciones", comenta el profesor.
El dilema, advierte Shrik, es que no se debe considerar verdadera cada palabra de los cooperantes. "El otro lado es que no sabemos si esta gente está inventando detalles para lograr una sentencia a su favor. La defensa tiene todo el derecho de mostrar que ese testigo es un sospechoso, que va a recibir algo a cambio de su testimonio", agregó.
Los hermanos Arellano Félix, quienes fundaron el cartel de Tijuana, una vez considerado el más poderoso de Latinoamérica, le han sacado provecho a las ofertas de la justicia estadounidense. Pagando una larga condena en una prisión de máxima seguridad en EEUU, Francisco 'El Tigrillo' aceptó reunirse cientos de veces con agentes antinarcóticos para ofrecerles información "veraz y fidedigna" sobre el funcionamiento y la estructura de los remanentes de su grupo criminal.
Haberse convertido en un informante le había ayudado en 2014 a bajar su condena a 23 años y medio. Sus hermanos mayores, Benjamín y Eduardo, quienes cumplen sentencias de 25 y 15 años de prisión, respectivamente, también han colaborado con las autoridades estadounidenses.
"Corren el riesgo que otros narcos acaben con ellos"
Típicamente se desconoce qué beneficios reciben quienes aceptan cooperar, porque los detalles son secretos y al salir de prisión suelen recibir protección del gobierno: les cambia su identidad, les ofrece vivienda y un empleo y los coloca donde es difícil que los reconozcan. Más de 8,600 personas han estado en el programa de Testigos Protegidos de los US Marshalls desde su creación en 1971.
"La Fiscalía deja la puerta abierta para que un narco que cooperó en un juicio regrese a lo que estaba haciendo. Pero si se descubre que él cooperó corre el riesgo de que otros narcos acaben con ellos", señaló un abogado criminalista que litigó en un caso de narcotráfico de alto nivel en EEUU, pero que pide no publicar su nombre porque ahora tiene un cargo más alto.
Conforme han ido pasando los testigos en el juicio contra 'El Chapo', la defensa ha revelado parte de sus tratos con la Fiscalía. El primer gran cooperante, Jesús 'El Rey' Zambada, hermano de 'El Mayo' Zambada, actual jefe del cartel de Sinaloa, aceptó hablar en la corte contra Guzmán Loera para que el gobierno no lo condene a cadena perpetua por importación de narcóticos al mayoreo. También le ofrecieron traer a su familia a EEUU para "que no vayan a sufrir algún atentado de muerte" en México.
Por su parte, Tirso Martínez Sánchez, alias 'El Futbolista', quien fue distribuidor de drogas de los carteles de Sinaloa y de Juárez en Estados Unidos, una actividad por la cual amasó una fortuna que le permitió comprar cuatro equipos profesionales de futbol en México, tiene un acuerdo de cooperación que lo podría liberar en 10 años o menos. También le exigieron pagar una multa de dos millones de dólares, la cual ha cubierto –dijo– vendiendo sus propiedades. Él era elegible para la cadena perpetua.
Mientras que Germán Rosero, alias 'Barbas', quien era enlace del cartel colombiano del Norte del Valle y la organización criminal de Guzmán, ha recibido quizás el mejor trato de la Fiscalía: no ha pasado un solo día en la cárcel desde que se entregó en Miami a la DEA para salvarse de la persecución de su patrón 'Chupeta' y la guerra entre 'El Chapo' y los Beltrán Leyva.
Rosero, quien es compadre de Guzmán, ofreció detalles de las millonarias transacciones de droga que realizó el capo sinaloense, las reuniones que sostuvo con este en las montañas y el método que usaba para pagarle a tiempo a sus socios suramericanos.
Delinquiendo desde niño
Esta semana también habló en la corte de Brooklyn otro pez gordo del narcotráfico: el colombiano Jorge Cifuentes, alias 'Jota', quien una vez fue el principal proveedor de cocaína del cartel de Sinaloa.
Él ha confesado que transportó cientos de toneladas de la droga para 'El Chapo' y que comenzó en ese negocio ilícito siendo niño. A los 18 años, contó, trató de asesinar a un reo poniendo cianuro en polvo sobre una arepa y después arrojó una granada debajo de su cama de piedra. La víctima sobrevivió.
"Usted ha estado cometiendo crímenes desde que era un niño, ¿no es así, señor?·, le preguntó este jueves el abogado Jeffrey Lichtman, tratando de desacreditar sus relatos en el tribunal.
"Sí, señor", respondió Cifuentes.
Alias 'Jota' espera que por ofrecer una radiografía de las operaciones del cartel de Sinaloa un juez federal le reduzca su sentencia a 40 años de prisión.
Es posible que en unos días 'El Chapo' vea en la corte a Dámaso López Núñez, quienes estuvieron en la cúpula de su cartel. Sus relatos coronarían la estrategia de la Fiscalía para poner tras las rejas al sinaloense por el resto de su vida.