Pence dice que oleada migratoria es “una crisis de inmigración ilegal”, no de migrantes que huyen
El vicepresidente Mike Pence aseguró el viernes, durante una visita a las instalaciones de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Baltimore (Maryland), que la oleada migratoria que se registra en la frontera con México se trata de una “crisis de inmigración ilegal”. Y no hizo una sola mención al hecho que la mayoría de quienes entran al país se entregan a las autoridades federales de inmigración para pedir asilo.
Pence tampoco dijo que la mayoría de los migrantes que llegan a la frontera con México están huyendo de sus países a causa de una grave crisis humanitaria generada por la violencia del crimen organizado y de pandillas, y la pobreza producto de los desplazamientos internos y la alta corrupción de los gobiernos.
Por el contrario, Pence, al igual que el presidente Donald Trump, asegura que la situación actual en la frontera enfrenta “desafíos sin precedentes desde una perspectiva de seguridad” debido a las amenazas del grupo pandillero Mara Salvatrucha (MS-13), el flujo de drogas ilegales y la trata de personas.
Pence, además, define el escenario como una crisis “humanitaria y de seguridad” provocado no por la huida de miles de personas en busca de asilo y mejores oportunidades en Estados Unidos, sino causada por “lagunas legales” que están siendo aprovechadas por narcotraficantes, traficantes de personas y el crimen organizado.
Dólares suplementarios
La crisis de la frontera sur ha sido aprovechada por Trump para justificar su agresivo discurso antiinmigrante de campaña basado en la fallida construcción de un muro en la frontera con México, redadas masivas, deportaciones aceleradas y restricciones tanto a la inmigración legal como indocumentada.
Trump, sin embargo, no ha contado el apoyo del Congreso, controlado por los republicanos durante los dos primeros años de su gobierno. Y casi la totalidad de sus políticas han sido desafiadas en los tribunales de justicia y frenadas por dudas respecto a su legalidad.
En respuesta, el mandatario ha venido desarrollando una agresiva aceleró juicios de deportación, puso en la mira miles de ciudadanías presuntamente otorgadas de manera fraudulenta y ordenó revisar los programas de visas de trabajo para favorecer a los trabajadores estadounidenses.
“Hoy nuestro gobierno está presentando (al Congreso) una solicitud presupuestaria suplementaria porque conocemos los desafíos que esta agencia (ICE) enfrenta, no solo para asegurar nuestra frontera, sino para hacer cumplir nuestras leyes en todo el país”, dijo Pence.
Para qué el dinero
El pedido suplementario de fondos que alcanza los $4,500 millones y fue oficializado el 1 de mayo en una carta del presidente al Congreso. Los dineros serán destinados en respuesta “humanitaria” a la crisis y para las operaciones fronterizas, asegura.
- $3,300 millones para centros de detención, alimentar y cuidar a los migrantes bajo custodia y para transportarlos.
- $2,800 millones para aumentar la capacidad de detención del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS) de Menores No Acompañados (UAC).
- $273 millones para nuevos centros de procesamiento de migrantes en la frontera sur.
- $1,100 millones para operaciones fronterizas de combate a la inmigración ilegal y para combatir el tráfico de drogas y el tráfico de personas.
“Estamos experimentando una oleada abrumadora de migrantes en nuestra frontera, muchos de los cuales son menores de edad y familias que requieren atención extensiva”, dice Trump en el documento enviado al Congreso.
Al igual que Pence, Trump tampoco menciona la existencia de una crisis humanitaria originada en Centroamérica, sino en el “aumento significativo de grandes grupos que llegan a nuestra frontera (…) en busca de asilo”, y le pide al Congreso “trabajar para cerrar las lagunas ( vacíos legales) de inmigración que incentivan a los migrantes a inundar nuestra frontera”.
Los “vacíos legales”
¿A qué se refieren Pence y Trump cuando hablan de vacíos legales? La Casa Blanca viene hablando del tema desde enero de 2017. Ambos mandatarios se refieren a tres medidas (una ley y dos acuerdos judiciales) creados con el propósito de salvaguardar la integridad de menores de edad y evitar los abusos por parte del gobierno federal estadounidense.
- Acuerdo judicial Flores de 1997. Prohíbe al gobierno federal privar de libertad a menores de edad en prisiones federales. Pero el gobierno de Trump considera que la vigencia de este beneficio entorpece sus planes de deportar al mayor número de indocumentados en el menor tiempo posible.
- Ley TVPRA de 2008 sobre la prevención del tráfico humano. Prohíbe la deportación inmediata de menores indocumentados que no sean de países fronterizos (Canadá o México) y exige que sus futuros sean decididos por un juez de inmigración.
- Acuerdo Zadvydas de 1997. ICE no tiene derecho a mantener a un no ciudadano bajo custodia al que no ha podido deportar por más de seis meses a menos de que presenten claras señales de ser un riesgo para la seguridad nacional.
El futuro inmediato
El futuro a corto plazo dibujado por Pence justifica la política de 'tolerancia cero' dibujada por la Casa Blanca y es congruente con el discurso que Trump utiliza para agradar a sus votantes. “Estamos en camino, este año, que que más de un millón de personas crucen la frontera sur de Estados Unidos explotando las lagunas legales en nuestras leyes”, asegura.
“Y a medida que todo eso sucede (…) la realidad es que los narcotraficantes, la gente moviendo el fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, las personas que explotan a los niños a través del tráfico humano y los pandilleros que explotan ese flujo, hay una tremenda presión sobre nuestro sistema para traer más crimen y más peligro a nuestras comunidades”, asegura.
Trump “ha hecho su trabajo”, añade Pence. “Es hora de que el Congreso haga el suyo y que los demócratas en el Congreso se sienten con este presidente, se sienten con los republicanos para cerrar las lagunas que están siendo explotadas en nuestra frontera sur y poner fin a la crisis de seguridad y humanitaria”.
Antecedente olvidado
Cabe señalar que en octubre del año pasado la mayoría de los centroamericanos que participaron en la primera caravana de migrantes que cruzó parte de Centroamérica y México para llegar a la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo, se entregaron a la Patrulla Fronteriza y pasaron la entrevista de miedo creíble, según cifras oficiales entregadas a Univision Noticias por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
De 401 detenidos por agentes de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) entre el 4 de abril y el 6 de junio que fueron referidos a un agente de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) para una entrevista de miedo creíble, 374 pasaron la prueba.
Aunque la tasa general de detección de miedo creíble para el año fiscal 2018 fue del 76%, según las cifras oficiales, en el caso de la caravana la tasa llegó al 93%, un dato que Pence y Trump no utilizan en sus discursos. Sólo refieren que el total de personas que llegan a la frontera ingresan ilegalmente al país.
“Seguir con la retórica del muro solo le refuerza una base electoral que es extremista y que no le permitirá ir políticamente muy lejos con ella”, advirtió a principios de enero Roberto Izurieta, director del departamento de política latinoamericana y campañas políticas de la Universidad George Washington.
“Esa base extremista y minoritaria, con sus voceros -o expresiones en algunos medios o periodistas extremos-, parece que le es muy importante, al menos emocionalmente”, añade.
Izurieta agrega que, con este discurso, “Trump está respondiendo a esa base más que a cualquier estrategia que le brinde viabilidad a su gobierno y éxito político, entendiendo que ya tiene en mira puesta en la reelección presidencial del 2020”.
La verdadera causa
En abril Elizabeth Kennedy, investigadora de la Universidad de California y actualmente investigadora académica de Human Rights Watch, dijo a Univision Noticias que las amenazas y políticas de Trump no han detenido la verdadera causa del éxodo de migrantes centroamericanos que huyen de sus países en busca de asilo en Estados Unidos.
La gente huye “para mejorar la vida o seguir adelante, para estar con su familia, para escapar de la pobreza o encontrar trabajo. Pero esto es solo una parte y no toda la historia”, advirtió.
“Soy una salvadoreña que tuvo que dejar su país en busca de seguridad”, dice a Univision Noticias Karla Salas Najarro, exabogada del Instituto de derechos humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador (UCA). “Pienso que el mayor problema sigue siendo el económico y en segundo lugar la violencia generalizada que se vive en nuestros países”.
Salas explica que “las pandillas, sin duda, han logrado sembrar el miedo en la población que nada tenemos que ver con ellos. Al principio yo no les temía y confiaba, hasta cierto grado, en el sistema judicial. Pero a medida fui conociendo las operaciones de estos grupos y lo que hacían con sus víctimas y que no es juego, ya no me sentí segura. Si fuese por mi, tal vez seguiría viviendo en El Salvador, pero lo que me impulsó a venir a Estados Unidos fue el futuro de mi hija”.
La pequeña, que estudiaba en una escuela privada en San Salvador, fue víctima de un intento de secuestro. El acto de violencia fue suficiente para que Salas y su familia migraran al norte, como miles y por las mismas causas expresadas por otros centroamericanos en la última década.
El miedo a morir es la principal causa del éxodo centroamericano a Estados Unidos desde 2013 y los niveles de desesperación en vez de disminuir, siguen aumentando, advierte Kennedy, un dato clave que Pence no mencionó el viernes en Baltimore durante la visita a las instalaciones de ICE.