"Es difícil de creerle al presidente y a los políticos”, dicen dreamers mientras esperan que el Congreso legalice sus permanencias
Los dreamers no pierden la esperanza. Aseguran que seguirán luchando hasta conseguir que el Congreso apruebe una ley que les otorgue un camino a la residencia legal permanente y luego a la ciudadanía. Pero hasta ahora todos los esfuerzos han fracasado por falta de voluntad política en el Congreso y la Casa Blanca.
“Es difícil de creerle al presidente y a los políticos”, dijo este viernes Juan Manuel Guzmán, director de asuntos gubernamentales de United We Dream (UWD), la principal organización de dreamers en Estados Unidos. “Siguen los rumores de que habrá un proyecto, un voto en el pleno de ambas cámaras, pero la verdad es que no se puede creer en nadie”.
“Es difícil de creer que algo pueda suceder, especialmente con el presidente que tenemos”, subraya el activista.
Trump culpa a los demócratas
El presidente 5 de marzo, cuando en su cuenta de la red social Twitter echó otra vez la culpa a la oposición por el fracaso del debate sobre los dreamers en el Congreso.,
“Es el 5 de marzo y los demócratas no se encuentran en DACA. Les di 6 meses, simplemente no les importa. ¿Dónde están? ¡Estamos listos para hacer un trato!”, escribió el mandatario. Ese día se venció el plazo que él mismo fijó para que el Congreso aprobara una ley que legalizara a los soñadores cuando canceló DACA, el 5 de septiembre del año pasado.
La Casa Blanca tampoco respondió correos electrónicos enviados por Univision Noticias preguntando qué tipo de trato estaría dispuesto hacer el presidente con los demócratas de ambas cámaras del Congreso.
La última comunicación se registró el 5 de febrero. “El presidente Trump busca un acuerdo que le provea un camino hacia la ciudadanía para los que están bajo DACA. Esto requiere un acuerdo bipartidista y bicameral, y los demócratas tienen que poner de su parte, si bien es cierto que quieren una solución oportuna y permanente para los beneficiados de DACA”, dijo Helen Aguirre Ferré, asistente especial de medios del presidente y la Casa Blanca.
Jugada al descubierto
El martes el diario The Washngton Post afirmó que Trump estaba abierto a negociar una solución con el Congreso. El compromiso implicaba extender por tres años DACA para proteger de la deportación a los dreamers a cambio de tres años de financiamiento para la construcción del muro en la frontera con México.
Poco después de la publicación de la noticia, el subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Raj Shash, le dijo a The Associated Press que el gobierno no favorece este acuerdo, y que el mandatario mantiene sus principios migratorios.
Trump quiere una ley que incluya un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de soñadores a cambio de $25,000 millones para la seguridad fronteriza. Los fondos se utilizarían para construir el muro, reducir la inmigración legal, modificar y limitar reunificación familiar, eliminar la lotería de visas, aumentar las redadas y acelerar las deportaciones, entre otras medidas.
Los demócratas han dicho que no respaldan ningún proyecto de ley que “cambie drásticamente” el sistema migratorio legal, y deje fuera de cualquier posibilidad de legalización a los otros 9 millones de indocumentados, entre ellos, los padres y familiares de los dreamers.
Simultáneamente, el martes un grupo de 83 legisladores demócratas urgieron al liderazgo republicano de la Cámara de Representantes incluir el proyecto bipartidista de ley Dream Act en el paquete de presupuesto que se aprobará antes del 23 de marzo.
“Chequeando la temperatura”
A pesar de que la Casa Blanca se apresuró en desmentir versiones de prensa respecto a que Trump buscaba un acuerdo temporal para reactivar DACA, fuentes demócratas dijeron que “la istración continúa” sondeando el terreno. Y aseguran que los republicanos “están chequeando la temperatura de la oposición para saber si tienen o no respaldo en ambas cámaras del Congreso”.
“Todavía lo están tratando, pero necesitan saber qué sucede al otro lado, si tienen capacidad de conseguir un trato para asegurar 218 votos en la Cámara y 60 en el Senado para un proyecto que acepte el presidente”, añadieron.
La Casa Blanca ha dicho que respalda el proyecto de ley de legisladores republicanos Bob Goodlatte (Virginia) y Raúl Labrador (Idaho), basado en la totalidad de los principios migratorios de Trump. Pero nada garantiza que la bancada oficialista lo respalde debido a que al menos 100 de los 241 republicanos de la Cámara Baja se inclinan por un plan bipartidista menos severo que el sugerido por el mandatario.
La versión del Senado (S.534) fue presentada por primera vez en marzo del año pasado por los legisladores Tom Cotton (Arkanzas) y David Perdue (Georgia). Trump la patrocinó en agosto durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
El plan Goodlatte-Labrador
Presentado al Congreso a principios de enero, el proyecto de ley republicano H.R. 4760 incluye, además de un camino a la residencia para los dreamers protegidos por DACA (Trump ofrece un camino a la ciudadanía tras 12 años de residencia provisional y cinco años como residente legal permanente), el proyecto contempla fondos para construir el muro en la frontera con México, elimina la lotería de visas, castiga a las ciudades santuario, aumenta las redadas, acelera las deportaciones de indocumentados e indemniza a las ciudades que colaboran con el gobierno federal para arrestar a indocumentados.
Y añade una larga lista de medidas para poner fin a la inmigración indocumentada con programas represivos y sin posibilidad de autorizar beneficios migratorios.
“Nuestra prioridad en estos momentos es presionar a (Paul) Ryan para que presente al pleno un proyecto de ley para darle a los dreamers un estatus legal de permanencia”, dice Greisa Martínez, directora de políticas de United We Dream. “Si no lo hace, entonces presionaremos para que en las llamadas ‘pláticas del ómnibus’ el Congreso apruebe la menor cantidad posible de dinero para la fuerza de deportaciones de Trump”.
Las ‘pláticas del ómnibus’, también conocidas como ‘ley del autobús’, es el proceso donde ambos partidos discuten sobre el paquete final de niveles de fondos para el año fiscal 2018. “Ahí meten todo y todo se discute como si fuera una sola ley”, explicó una fuente demócrata.
Fecha tope
La fecha máxima para aprobar el presupuesto es el 23 de marzo, según determinó el febrero el Congreso cuando aprobó una segunda extensión temporal de fondos para evitar el cierre del gobierno.
La semana pasada los republicanos anunciaron un adelanto en las discusiones con el objetivo de incluir DACA y conseguir los votos necesarios para aprobar el plan Goodlatte-Labrador.
Una fuente republicana que pidió mantener su nombre bajo reserva dijo a Univision Noticias que “obviamente (la Casa Blanca) está empujando el proyecto (de los congresistas Goodlatte y Labrador)”, pero “ningún proyecto de ley en la Cámara de Representantes tiene los votos asegurados hasta que lo pongan en el pleno”.
Agregó que el plan que quiere Trump “es el único proyecto viable” en estos momentos e indicó que Goodlatte es el presidente del poderoso Comité Judicial de la Cámara Baja, instancia que decide cuáles son los proyectos que pasan a votación en el pleno.
“Los demócratas no se atreverán a cerrar el gobierno. Por tanto, el presupuesto final será aprobado, pero no existen garantías de que incluya DACA”, señala UWD.
A mediados de febrero la versión de la reforma migratoria de Trump en el Senado solo recibió 36 votos republicanos y tres demócratas. 14 senadores oficialistas se pronunciaron a favor de un plan bipartidista menos rígido de lo que pretende el mandatario.