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Las dudas sobre el apoyo a los dreamers de estos 9 senadores demócratas dan ventaja a los republicanos en las negociaciones migratorias

Ningún plan sobre los dreamers en el Congreso reúne, por ahora, el apoyo necesario para ser aprobado. Sin embargo, los republicanos están más cerca de alcanzar la meta, un escenario que favorece la estrategia del presidente Donald Trump.
14 Feb 2018 – 01:54 PM EST
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Los 9 senadores demócratas que tienen en sus manos el futuro de DACA (fotos)

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En el debate sobre el futuro de los dreamers, el Partido Demócrata parece monopolizar la bandera por los derechos de estos menores de edad traídos por sus padres indocumentados a EEUU, frente al Republicano que insiste en una aplicación estricta de las leyes migratorias que les niega beneficios.

Pero de los 47 senadores demócratas en la Cámara Alta del Capitolio de EEUU, no todos declaran públicamente su respaldo a los dreamers. El 25 de septiembre del año pasado, 37 de ellos, más el independiente Bernie Sanders (Vermont), firmaron una carta en la que le pidieron a Trump que ampliara el plazo para que miles de dreamers solicitaran la renovación de sus amparos de deportación otorgados bajo el programa DACA.

Si bien la petición no fue atendida, reveló un detalle que pasó desapercibido. Nueve demócratas no la firmaron: Jon Tester (Montana), Debbie Stabenow (Michigan), Gary Peters (Michigan), Claire McCaskill (Missouri), Benjamin Cardin (Maryland), Joe Donnelly (Indiana), Heidi Heitkamp (Dakota del Norte), Joe Manchin (West Virginia) y Mark Warner (Virginia).

De esos nueve, siete deberán batallar en noviembre para asegurar sus escaños: Tester, Stabenow, McCaskill, Cardin, Donnelly, Heitkamp y Manchin.

De los siete, Heikamp y Donnelly no tienen, por ahora, un rival que amenace sus reelecciones, aunque sus escaños no se consideran seguros porque los dos pertenecen a estados en los cuales Trump ganó por una gran diferencia, 36 puntos en Dakota del Norte y 19 en Indiana, según datos de la publicación FiveThirtyEight,

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Lo mismo pasa con los escaños de Tester, Stabenow, McCaskill y Manchin. El único que se da por seguro es el de Cardin.

Los dos demócratas restantes de la lista, Warner y Peters, no firmaron la misiva y sus puestos no van a la reelección este año. Y si bien no han tenido un papel determinante en las conversaciones para decidir el futuro de los dreamers, la distancia que han tomado del tema ha debilitado la postura de la bancada demócrata frente a la republicana.

Otros dos senadores demócratas no aparecen en la lista porque no habían tomado posesión para esa fecha. Doug Jones (Alabama) fue electo en diciembre y reemplazó la vacante dejada por el republicano Jeff Sessions, quien asumió como fiscal general en el gobierno de Trump, mientras que Tina Smith (Minnesota) reemplazó al denunciado Al Franken. Esta última también deberá poner en juego su escaño.

Problemas en el Senado

La guerra iniciada por el control del Senado faltando nueve meses para las elecciones de noviembre amenaza con dejar a los dreamers sin ningún tipo de protección contra la deportación.

La mayoría de los republicanos, que controlan ambas cámaras del Congreso, apoya el plan migratorio de Donald Trump que ofrece un camino a la ciudadanía para los dreamers a cambio de $25,000 millones para seguridad fronteriza.

La lista de exigencias del presidente incluye la construcción del muro en la frontera con México, aumenta los arrestos de indocumentados, cancela la lotería de visas, acelera las deportaciones, limita la reunificación familiar, reduce la inmigración legal en un 50% en un plazo de 10 años y fortalece las expulsiones expeditas, entre otras medidas.

Los demócratas, en cambio, quieren negociar el muro, pero con menos fondos y sujeto a estudios previos, rechazan la cancelación de la lotería de visas, no apoyan limitar la reunificación familiar y piden protecciones contra otros indocumentados, además de los dreamers.

La lista demócrata incluye proteger de la deportación a padres de soñadores, otros indocumentados que llevan tiempo en el país y tienen familias establecidas, e inmigrantes que perdieron el Estatus de Protección Temporal (TPS).

Pero ninguna de las posturas enfrentadas en el Congreso reúne, por ahora, el apoyo necesario para ser aprobadas (60 votos en el Senado y 218 en la Cámara de Representantes). Sin embargo, los republicanos están más cerca de alcanzar la meta, un escenario que favorece la estrategia de Trump.

En cifras

Los demócratas están en desventaja y reconocen que en el Senado tienen una reducida capacidad de negociación para resolver el problema del Dream Act planteado por Trump.

Los dreamers, por su parte, saben que el escenario es complejo y el futuro un poco más incierto de lo que estaba después del 5 de septiembre del año pasado, cuando Trump canceló DACA.

“En los estados donde Trump ganó la elección es más difícil que voten a favor del Dream Act”, dice Juan Manuel Guzmán, director de asuntos gubernamentales de United We Dream (UWD). “Y la carta de septiembre (firmada por los 38 senadores) mostró a 10 demócratas que no estarían dispuestos a votar un proyecto a nuestro favor. Eso lo veíamos venir”.

Esto deja a los republicanos con una ventaja suficiente para forzar un acuerdo, aunque nada garantiza que ganen el pulso a los demócratas.


  • Escenario 1. Si los 51 republicanos respaldan el plan de Trump, necesitan nueve votos demócratas para aprobarlo.
  • Escenario 2. Si los demócratas empujan su versión de Dream Act y tomando en cuenta las 38 firmas de la carta enviada a Trump, necesitan 22 votos republicanos para aprobarlo.

La postura demócrata

Por ahora todo indica que nadie cede terreno, porque lo que está en juego no es el futuro de los dreamers sino el control del Senado.

“Estamos llevando a cabo conversaciones para alcanzar un acuerdo bipartidista”, dice la oficina de la senadora demócrata Catherine Cortez Masto (Nevada). “Nosotros no creemos que estemos arriesgando el control del Senado”.

Los demócratas basan su confianza en las encuestas. “El 80% de los estadounidenses apoyan un camino a la ciudadanía para los dreamers”, dice Reynaldo Benítez, director de medios hispanos de la oficina de Cortez Masto. “Los dreamers son personas de buen carácter moral que trabajan, van a la escuela, son dueños de negocios. Tenemos que resolver permanentemente este tema y el pueblo estadounidense quiere que se arregle de manera bipartidista”.

Los demócratas, solos y con apoyo republicano, le han presentado a Trump planes para legalizar a los dreamers, que incluyen desde dinero para el muro hasta la legalización de otros indocumentados. El presidente los ha rechazado todos.

La exigencia de Trump

Trump no abandona su postura, reafirmada a finales de enero por la Casa Blanca. El presidente advierte que no firmará ningún proyecto de ley sobre los dreamers si no incluye su plan de principios de cuatro puntos:


  1. Un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de soñadores, quienes primero recibirán una residencia provisional por 12 años y luego la green card. Cinco años más tarde serán elegibles para convertirse en ciudadanos por naturalización.
  2. $25,000 millones para construir el muro, asegurar la frontera, aumentar las detenciones, acelerar las deportaciones, regular el proceso de asilo y eliminar la inmigración indocumentada, entre otras exigencias.
  3. Eliminar la lotería de visas y reducir la reunificación familiar.
  4. Establecer un sistema migratorio basado en méritos.

La ventaja de Trump

Los republicanos controlan la Cámara de Representantes con 241 votos y solo necesitan 218 para aprobar una iniciativa de ley. A su vez, el presidente del poderoso Comité Judicial, Bob Goodlatte, es coautor de un proyecto de ley elaborado bajo el marco de principios de la política migratoria del presidente.

El problema para los demócratas se da en el Senado, donde la mayoría de los republicanos favorece un plan similar al de la Cámara Baja y que fue presentado el año pasado por los senadores Tom Cotton (Arkansas) y David Perdue (Georgia). La iniciativa cuenta además con el firme respaldo de Trump.

“Los líderes, no el Senado, están enfocados en hacer politiquería usando a los dreamers como fichas de azar para aprobar medidas antinmigrantes”, dice Benítez.

Pero otros reconocen que detrás de toda esta guerra está el control del Senado tras la elección del primer martes de noviembre, cuando los estadounidenses acudan a las urnas para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

Los demócratas confían en que, al final del día, habrá una negociación bipartidista que solucione el ime. Están conscientes de que los 10 demócratas que no firmaron la carta de septiembre del año pasado “vulneran la estrategia” y que será Trump quien tome la última palabra si el Congreso le envía una ley para que la firme. Pero, sobre todo, saben que un error de cálculo que los distancie o los acerque a los dreamers puede hacerlos ganar o volver a perder el control del Senado.

“Nadie tiene la respuesta todavía”, dijo otra fuente conocedora de las negociaciones que se llevan a cabo a puertas cerradas.

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