Los Sackler, la familia que el gobierno tiene en la mira por su papel en la crisis de opioides
La Corte Suprema escuchó el lunes los argumentos orales a favory en contra de un acuerdo a nivel nacional entre gobiernos locales, las víctimas del opioide OxyContin y su fabricante Purdue Pharma, que de ser preservado protegerá a los de la familia Sackler -propietaria de la compañía- de demandas civiles por los daños causados por el opioide.
Mientras algunos jueces parecían reacios a romper el acuerdo que fue negociado exhaustivamente después de años de litigios, otros se mostraban abiertamente recelosos de recompensar de alguna manera a los Sackler.
El acuerdo entre Purdue Pharma y los demandantes
El acuerdo alcanzado por Purdue Pharma con gobiernos estatales, locales y las víctimas proporcionaría miles de millones de dólares para combatir la epidemia de opioides. Los Sackler contribuirían con hasta $6,000 millones y renunciarían a la propiedad de la empresa.
Pero el acuerdo también les permite conservar miles de millones de dólares más y escudaría a los de la familia contra demandas civiles futuras por los daños causados por sus productos.
Durante el verano, la Corte Suprema suspendió la puesta en vigencia del acuerdo hasta tomar una decisión en relación con las objeciones presentadas por el gobierno del presidente Joe Biden.
La cuestión para los magistrados de la Corte Suprema es si el escudo legal que proporciona la quiebra de Purdue puede extenderse a personas como los Sackler, que no se han declarado en quiebra y que se enriquecieron de la venta del medicamento a costa de millones de adictos.
Los tribunales inferiores han emitido decisiones contradictorias sobre esa cuestión, lo que también tiene implicaciones para otras demandas importantes por responsabilidad de productos resueltas a través del sistema de quiebras.
El Síndico de Quiebras de Estados Unidos, una rama del Departamento de Justicia, sostiene que la ley de quiebras no permite proteger a la familia Sackler de ser demandada, sin embargo, años atrás el gobierno de Trump apoyó el acuerdo.
¿Quiénes son los Sackler?
OxyContin llegó al mercado por primera vez en 1996 y su agresivo marketing por parte de Purdue Pharma es señalado generalmente como impulsor de la crisis de los opioides que aún aqueja a cientos de miles de personas en todo el país.
El medicamento y la compañía con sede en Stamford, Connecticut, se convirtieron en sinónimo de la crisis, en la que las muertes por sobredosis relacionadas con el abuso de opioides han seguido aumentando, llegando a 80,000 en los últimos años.
La compañía fabricante de OxyContin, Purdue Pharma, fue fundada en 1892, y vendida 60 años más tarde a los hermanos Sackler, todos ellos médicos de profesión. Desde ese entonces, Arthur, Mortimer y Raymond Sackler dedicaron la compañía a la investigación, producción y venta de calmantes para el dolor.
Pero no fue sino hasta el desarrollo del calmante opioide oxicodona, vendido comercialmente bajo el nombre OxyContin, que las fortunas de Purdue y de los Sackler alcanzaron las monumentales proporciones por las que se hicieron conocidos a nivel mundial.
La oxicodona, que es más fuerte que la morfina, fue mercadeada agresivamente a través de estrategias dirigidas a convencer a los médicos de que las prescribieran a sus pacientes. Según el gobierno de Estados Unidos, Purdue promovió el OxyContin para bloquear el dolor crónico en ciclos de 12 horas a pesar de su potencial adictivo.
Los descendientes de Arthur Sackler, el primero de los tres hermanos en morir, no participaron ni se beneficiaron de las operaciones de Purdue ni de las ventas de OxyContin. Pero según la revista Fortune, el patrimonio colectivo de los descendientes de Mortimer y Raymond Sackler, que incluyen cinco antiguos de la junta directiva de Purdue Pharma, sobrepasa los $13,000 millones.
Según The Guardian, Elizabeth Sackler, la hija de Arthur de 69 años de edad, calificó la fortuna de sus primos como “moralmente repugnante”.
El acuerdo de Purdue Pharma estaría entre los más grandes alcanzados por compañías farmacéuticas, mayoristas y farmacias para resolver demandas relacionadas con epidemias por demandas presentadas por gobiernos estatales, locales y de indígenas estadounidenses, entre otros . Esos acuerdos han totalizado más de $50,000 millones.
El acuerdo también sería uno de los dos únicos hasta el momento que incluyen pagos directos a las víctimas de un fondo común. En este caso se trata de una bolsa de $750 millones que financiaría pagos directos a las víctimas que se espera que oscilen entre $3,500 y $48,000.
Los de la familia Sackler ya no forman parte de la junta directiva de Purdue Pharma y no han recibido pagos desde antes de que la compañía se declarara en quiebra. Sin embargo, en la década anterior, recibieron más de $10,000 millones en dividendos, aproximadamente la mitad de los cuales, según ellos mismos, fueron destinados al pago de impuestos.
Se espera que la corte alcance una decisión en el caso conocido como Harrington v. Purdue Pharma, 22-859, a principios del verano de 2024.
Con información de Associated Press.