Un descuido o un mensaje a Maduro: ¿Está realmente sobre la mesa una invasión de EEUU a Venezuela?

El consejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, anunció nuevas sanciones contra Venezuela este lunes y, en un descuido, mostró en su libreta de apuntes un mensaje inquietante: "5,000 soldados a Colombia".
La razón más cercana a lo que podría ser este aparente descuido de Bolton es la reacción que dio un portavoz de la Casa Blanca horas después al ser consultado por la anotación en la libreta amarilla: "Como ya ha dicho el presidente, todas las opciones están sobre la mesa".
Poco después y en una consulta a fuentes del Pentágono hecha por la cadena CNN, la posición fue un poco más dirigida a no prestarle atención a lo "revelado" por Bolton. Un portavoz del Departamento de Defensa indicó que no hay planes para enviar fuerzas militares a esa zona y que además no existen discusiones sobre un cambio de operaciones.
Incluso el secretario encargado de Defensa, Patrick Shanahan, indicó sin dar más detalles a los reporteros en su rueda de prensa del lunes que están "monitoreando la situación muy de cerca".
EEUU posee soldados en Colombia de manera limitada desde que se puso en marcha el Plan Colombia, concebido por el presidente Andrés Pastrana en 1999 para combatir la producción y el tráfico de drogas ilícitas. Aunque llegó a su fin formalmente en 2015, aún permanece bajo otro nombre, Paz Colombia, para ayudar en la implementación de los acuerdos de paz del gobierno con la guerrilla de las FARC. Unos 1,000 infantes de marina de EEUU permanecen en Colombia y pese a que de acuerdo al pacto de paz deberían retirarse en algún momento, aún permanecen en territorio colombiano.
El mismo lunes el canciller de Colombia, Carlos Holmes, dijo que su gobierno no sabe por qué el consejero de Seguridad Nacional tenía escrita la frase “5,000 soldados a Colombia” . En una breve declaración, Holmes dijo que su gobierno desconoce la importancia y la razón de la nota de Bolton.
Agregó que Bogotá seguirá actuando “política y diplomáticamente” para que se restaure el orden democrático en Venezuela y se lleven a cabo nuevos comicios, siendo esta además la posición oficial del Grupo de Lima, el bloque de países de la región con la política más dura frente al régimen de Maduro, especialmente por el impacto migratorio que la crisis económica ha tenido en sus países.
Colombia comparte una frontera de 1,370 millas (2,200 kilómetros) con Venezuela y junto al presidente Donald Trump respalda a Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional venezolana y que se ha proclamado presidente interino de acuerdo a lo que establece la Constitución.
Desde Caracas, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, señaló que la Fuerza Armada está "lista para morir" y que lo que está en marcha es un golpe de Estado armado desde Washington.
Antes del anuncio de las últimas sanciones económicas al gobierno de Venezuela —dirigidas a retener cualquier ingreso producto de la venta de petróleo en cuentas bloqueadas y congelar los activos de su filial en EEUU, Citgo— los observadores veían muy remoto que este tipo de acciones punitivas se concretaran. Sin embargo, ya son una realidad.
El principal argumento del sector petrolero estadounidense en contra de estas sanciones es que las refinerías que procesan el crudo venezolano se verían muy afectadas. No es para menos, ya que son 500,000 barriles diarios de crudo pesado que solo pueden ser procesados en refinerías en Estados Unidos, como las de Chevron, Valero y Citgo. Esto sin agregar el impacto para Venezuela, que no solo depende de la renta petrolera, sino que, además, ante la venida a menos de su capacidad refinadora, compra gasolina a EEUU con el dinero que generan sus exportaciones a ese mercado en el norte.
¿Una invasión al estilo Panamá?
El exembajador de EEUU en Panamá John Feeley, quien renunció el año pasado al cargo por sus desacuerdos con Trump, dijo a Univision Noticias que una intervención militar es un asunto tan complejo que sus consecuencias son difíciles de predecir: "Venezuela ya se encuentra en una situación tan caótica que cualquier fuerza invasora se vería obligada por razones humanitarias a permanecer como una fuerza de ocupación para mantener el orden y brindar servicios gubernamentales interinos hasta que el gobierno de Guaidó sea capaz de asumir esas responsabilidades".
Pero más allá de su opinión personal, agregó: "El gobierno de Trump está retirando la presencia militar en Siria y Afganistán; creo que es poco probable que envíen nuevas tropas a algún lugar durante mucho tiempo".
Aunque muchos venezolanos consideran que la intervención militar estadounidense es la única salvación, podría ser una bendición para Nicolás Maduro, pues uniría a los ciudadanos bajo una bandera. Pero una intervención militar tampoco sería una victoria segura. Venezuela no es Panamá ni Haití. Aunque su Ejército no está probado en combate, es una fuerza grande y bien equipada con cuarteles repartidos por todo el país.
Evan Ellis, profesor de investigación sobre América Latina del War College Strategic Studies Institute del Ejército de Estados Unidos, advierte que una intervención militar estadounidense "no solo causaría pérdida de vidas" sino que desataría una ola de violencia y de refugiados que superaría con creces la tragedia que se ha presenciado hasta la fecha".
Si ocurre una invasión en Venezuela, sería la mayor escalada militar estadounidense en América del Sur en toda su historia de intervenciones y es remotamente imposible determinar qué objetivo tendría una movilización de tal calibre más allá del cambio de gobierno.
Hasta ahora la única participación militar estadounidense en la situación de Venezuela ha sido el despliegue de un barco hospital en el puerto colombiano de Riohacha para asistir a miles de venezolanos que se han visto forzados a emigrar al país vecino por la crisis económica y de salud, solo por nombrar dos. Sin embargo, ese barco hace semanas que partió de las costas de Colombia.
Regresando a las declaraciones parcas del secretario de Defensa encargado, es difícil descifrar lo que está pasando detrás de bastidores. Patrick Shanahan agregó este lunes que el Consejo de Seguridad Nacional, bajo el liderazgo de John Bolton, ha "creado una serie de opciones" con respecto a Venezuela de las que no dio detalles, pero que de alguna manera hablan de los escenarios que la Casa Blanca maneja bajo la tutela de otra voz estrechamente ligada a la actual y cambiante política exterior hacia ese país, el recién designado Elliot Abrams.
El enviado especial a Venezuela, un halcón republicano que estuvo involucrado en el escándalo Irán-Contras por el que fue declarado culpable al ocultar información al Congreso, además de mostrar una línea dura en asuntos sobre Cuba, no es una buena pieza para la diplomacia tradicional y las presiones a través de sanciones si hay que interpretar qué hará EEUU frente a Venezuela en el corto plazo.
En todo caso, el jefe encargado del Pentágono parece mostrar una posición clara frente a lo que se decida en el Consejo de Seguridad Nacional de Bolton, y por consiguiente de Abrams: "Los apoyamos con el desarrollo de sus políticas y, a medida que la situación en Venezuela evoluciona, estaremos allí para brindarles asesoramiento y apoyo".