Médicos venezolanos que viven en EEUU se unen a la Marina para ayudar a migrantes de su país en Colombia

RIOHACHA, Colombia. - Son las 11 de la mañana y Juan Manuel Zambrano ya ha ayudado a hacer varias cirugías a bordo del buque de la marina estadounidense USNS Comfort. Su rostro denota algo de cansancio y aún porta un tapabocas alrededor de su cuello, pero dice que quiere seguir colaborando. “Es increíble poder volver a atender a tu gente”, dice el medico venezolano de 35 años que ahora vive en Fort Lauderdale (Florida).
En una semana, el buque hospital de Estados Unidos atracó cerca de Riohacha, Colombia, para llevar a cabo una misión médica de seis días, en la que se atendió a unas 4,900 personas en una de las regiones más pobres de este país. La atención médica también se extendió a cientos de migrantes venezolanos que actualmente viven en esta zona fronteriza, pero tienen poco al sistema de salud.
Doce médicos venezolanos que ahora viven en diversas partes de Estados Unidos se unieron a la misión humanitaria gracias a una invitación del Comando Sur de las fuerzas armadas estadounidenses.
Para estos galenos, la misión del Comfort fue una experiencia profundamente emotiva: “Ser médico en Venezuela puede llegar a ser bastante frustrante”, dijo Raquel Girón, especialista en medicina ocupacional. “Tenemos los conocimientos para ayudar pero a veces no podemos por la falta de medicina”, explicó.
En el caso de Zambrano, hasta 2016 ejerció como médico general en una apartada zona del estado venezolano de Mérida y dice que en su hospital era incapaz de tratar a pacientes con enfermedades tan simples como los parásitos o la influenza por la falta de medicinas. En el buque estadounidense, ejerció como ayudante de cirujano y asistió a sus colegas más veteranos a curarle hernias a niños venezolanos y a hacer operaciones de labio leporino.
“Es maravilloso tener una segunda oportunidad para ayudar”, dijo el medico, que se mudó a Estados Unidos hace dos años para entrenarse como cirujano. “Estoy muy contento de estar acá y de tratar a tanta gente como pueda.”'
El Comfort cuenta con doce quirófanos y puede atender hasta a 200 pacientes simultáneamente en su sala de emergencias. La misión principal del barco–hospital es apoyar a las tropas estadounidenses que emprenden campañas militares en diversas partes del mundo. Pero en tiempos de paz, el barco también realiza misiones humanitarias en las que entrena a su personal y desarrolla lazos de amistad con otras naciones.
El buque ahora está terminando una gira por Latinoamérica que incluyó paradas en Perú, Ecuador y Colombia. Sin embargo, no entrará a Venezuela. Funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro han llegado a describir su visita a la región como una amenaza, alegando que el barco se está usando para preparar una invasión a ese país sudamericano.
Pero en Riohacha, una ciudad ubicada a solo 50 millas de Venezuela, esas declaraciones parecieron importar poco a los cientos de venezolanos que se acercaron al Comfort para buscar la ayuda médica que no consiguen en su país, donde los hospitales públicos han sido devastados por la hiperinflación, los cortes de electricidad y la falta de medicinas.
Noeli Silva comenzó a hacer fila a las tres de la mañana afuera de una escuela que sirvió de clínica durante la visita del buque estadounidense. Silva buscaba que los médicos operaran a su hijo de 18 meses de dos hernias. Una en el ombligo y otra en los testículos. “Desde que nació está en control en Maracaibo para que lo operen y nada,” dijo Silva, una vendedora de empanadas que vive en Colombia hace ocho meses. La hernia "le está afectando la vejiga también porque ya casi no puede contener las ganas de hacer pipí”.
Anais Varios, de 23 años, madrugó también, pero para buscar tratamiento dental. La joven venezolana llevaba tres años viviendo en Colombia, pero aún no había podido ir al dentista ya que tiene pocos recursos y no cuenta aun con papeles de residencia.
En Colombia solo los residentes legales pueden acceder gratuitamente a cirugías y medicina preventiva. Los migrantes venezolanos sin papeles solo son atendidos en urgencias: “Llevaba tres años que no me hacia nada en los dientes”, dijo Varios, que sufría de una muela picada. El martes, una dentista del Comfort le puso, finalmente, una calza en la muela. “Le doy muchas gracias a todos,” dijo Varios sonriendo después de su tratamiento.
Según Ariel Kaufman, uno de los médicos de la delegación venezolana que se unió al Comfort, los tratamientos más comunes a bordo del barco fueron las cirugías para remover hernias y las cirugías de cataratas. La demanda de esa última operación fue tan grande que varias personas se quedaron por fuera.
Kaufman y sus colegas venezolanos reconocen que la necesidad de ayuda los desbordó. Pero aseguraron que la misión también los llenó de alegría y de ganas por seguir trabajando por su país.
La agrupación a la que pertenecen, la Venezuelan American Medical Association, no solo participa en misiones humanitarias. También organiza regularmente envíos de medicinas y materiales médicos desde Estados Unidos a Venezuela.
“No podemos cambiar la crisis médica de Venezuela o la situación en Colombia con traer un barco acá por una semana”, dijo Kaufman. “Pero cada paciente tiene una historia de vida y, cuando lo ayudas, eso te da una gran satisfacción.”
“Mi corazón esta en Venezuela” agregó su colega, Rafael Gottenger. “No hay nada mas bonito que poder ayudar a esta gente.”