Cinco cosas que debes saber sobre fraude electoral en EEUU y por qué son infundadas las acusaciones de Trump
Desde el miércoles 4 de noviembre, cuando el presidente Donald Trump pretendió atribuirse la victoria presidencial (aunque el conteo de votos no había concluido) y levantó la acusación de “fraude”, algunos de sus seguidores han publicado en las redes sociales mensajes cuestionando este proceso.
Esta no era la primera vez que el mandatario se queja de fraude electoral, tampoco la última. Repitió una serie de mensajes por Twitter que, aunque esta red social los calificó de “engañosos”, han sido replicados por algunos de sus seguidores y pone un manto de duda, para algunos, de cuán confiables son las elecciones.
Uno de sus publicaciones es este tuit pidiendo "PAREN EL FRAUDE".
Consultamos investigaciones y lo que han señalado expertos -incluido uno del FBI- sobre la posibilidad de un fraude electoral en las urnas o en las boletas enviadas por correo. La conclusión es que las incidencias suelen ser mínimas y que no alteran el resultado total de una elección federal.
1. ¿Puede haber falsificación en las urnas?
Uno de los estudios más completos sobre el tema es el que realizó en el 2007 el Centro Brennan para la Justicia, un instituto bipardista de la Universidad de Nueva York. El documento se titula “La realidad sobre el fraude electoral” y descubrió que la mayoría de los incidentes denunciados sobre este tipo de timos se pueden deber a otras causas, como errores istrativos o malas prácticas de comparación de datos.
Al revisar denuncias de fraude electoral de varios años (como 1990 o 2000, por ejemplo), el centro encontró tasas de incidentes entre 0,0003% y 0,0025%, particularmente de suplantación de identidad de votantes. Dada esta mínima incidencia, es más probable, señaló el informe, que un estadounidense "sea alcanzado por un rayo que se haga pasar por otro votante en las urnas".
Uno de los reclamos más comunes es el de la “coincidencia incorrecta”, el cual implica encontrar votantes dobles. Pero según esa investigación, cuando se han analizado ese tipo de querellas, con frecuencia se ha tratado de “coincidencias” en las que dos votantes pueden compartir el mismo nombre y día y mes de nacimiento. “Los estudiantes de estadística a menudo se sorprenden al descubrir que en un grupo de 23 personas, es más probable que dos compartan el mismo mes y día de nacimiento; en un grupo de 180, dos probablemente compartirán la misma fecha de nacimiento. En cualquier grupo de tamaño significativo, las estadísticas enseñan que habrá muchos con el mismo nombre y apellido, y es probable que al menos dos de esos votantes nazcan en el mismo día”.
2. Estos han sido los casos creíbles de suplantación de identidad
En el 2015, "Voting Wars", el proyecto del programa Carnegie-Knight News21, realizó una investigación sobre los derechos de voto y la participación electoral, con 31 de los mejores estudiantes y graduados de periodismo del país. Realizaron cientos de entrevistas, revisaron miles de páginas de estatutos estatales y otros registros, y crearon bases de datos y visualizaciones de datos que documentan los problemas relacionados con los derechos y la participación de los votantes.
En su escrutinio analizaron 2,068 casos de presuntos fraudes electorales en 50 estados, en un periodo de 12 años, entre el 2000 y 2012. Descubrieron que, si bien se había producido algún fraude desde el año 2000, la tasa era infinitesimal en comparación con los 146 millones de votantes registrados en ese período. El análisis encontró solo 10 casos de suplantación de identidad de votantes, el único tipo de fraude que podría evitarse con una identificación de votante en las urnas.
Otro estudio de la Facultad de Leyes de la Universidad de Loyola descubrió que en denuncias de suplantación de identidad del 2000 al 2014, hubo 31 casos creíbles en mil millones de boletas.
Entre las razones por las que el fraude electoral es tan poco popular están sus repercusiones legales: es un delito federal tipificado en la Ley de Derecho al Voto, que se pena con hasta cinco años de prisión y una multa de $10,000, además de otras sanciones estatales.
3. No es posible votar en Pennsylvania con una segunda boleta electoral
Aunque la Corte Suprema de Justicia sentenció que se mantiene en Pennsylvania el conteo de los votos que lleguen hasta tres días después del 3 de noviembre (6 de noviembre en la tarde), el presidente Trump insiste en cuestionar el escrutinio en ese estado.
Un análisis de The New York Times asegura que robar una elección en Pennsylvania tendría que contar con cuatro elementos: planificación, coordinación, buena suerte y una alta tolerancia al riesgo, e indica que las posibilidades de lograr esto son “extremadamente escasas”.
En ese artículo, su autor, John Mark Hansen, quien además es científico político de la Universidad de Chicago, apuntó que la posibilidad de que miles de partidarios de Biden en Pennsylvania voten espontáneamente con una segunda boleta electoral ilegal, ya sea en persona o por correo, es cero. “Es difícil creer que los votantes se expondrían al riesgo de ser procesados por delitos graves, multas y encarcelamiento, sin saber si alguien más lo estaba haciendo también, para acercar un voto a la victoria de los demócratas en Pennsylvania”.
En ese estado, como casi todos, se requiere que la mayoría de las personas que soliciten una boleta por correo proporcionen una identificación, ya sea una licencia de conducir estatal o un número de tarjeta de identificación, o los últimos cuatro dígitos de un número de Seguro Social. Entonces, quien quiera hacer fraude tendrían que “adivinar los números de identificación correctos de los votantes que quiere plagiar”.
Debido a eso, Hansen considera que los funcionarios electorales, que representan a cada uno de los partidos y supervisan el recuento de votos, notarían de inmediato un fraude que quisiera agregar miles de votos al recuento de Biden, u omitir miles de votos de Trump.
“Las dificultades para [lograr un] fraude electoral en una escala suficiente que cambie el resultado de una elección presidencial son desalentadoras, por decir lo menos. Robar una elección presidencial requeriría, como mínimo, decenas de miles de votos (o incluso millones, si alguien realmente piensa que el presidente fue engañado por una victoria del voto popular en 2016)”.
4. El voto por correo está protegido
Los estadounidenses han votado por correo por más de 150 años. Sin embargo, debido al covid-19, la cifra cobró niveles sin precedentes. Según el U.S. Election Project, del profesor Michael McDonald de la Universidad de Florida, los votantes del país solicitaron 92,102,275 boletas electorales por correo. Se enviaron como votos efectivos 65,379,247. El voto anticipado alcanzó las 101,314,830 de personas.
Cuando en junio predecía que, debido a la pandemia, el 70% de las boletas electorales podría enviarse por correo este año, el Bipartisan Policy Center entrevistó a tres funcionarios electorales estatales y locales con experiencia y a de su Task Force on Elections (o Grupo de Trabajo sobre Elecciones) quienes explicaron que era complicado hacer fraude en las votaciones por correo, entre otras cosas, por la verificación de las firmas.
"El eje de nuestra seguridad es la verificación de firmas", dijo Lori Augino, directora de Elecciones para la Oficina de la Secretaría de Estado en Washington. “Cada firma en cada boleta que se devuelve a un funcionario electoral del condado se compara con la firma en el archivo en el registro de votante. Esto permite a los funcionarios hacer dos cosas: (1) asegurarse de que un votante elegible devolvió la boleta electoral y (2) si la firma en el sobre de la papeleta no coincide con la firma en el archivo, le da al votante la oportunidad de actualizar su registro o alertar a los funcionarios electorales de que la boleta electoral devuelta puede ser fraudulenta".
El Encargado de Registro de Votos del condado de San Diego, Michael Vu, agregó que además de realizar la verificación de firmas, usan un sistema de istración de elecciones para rastrear cada boleta electoral emitida y evitar así la doble votación. Actualizan a diario las listas de registro de votantes para garantizar que se registre la dirección de residencia y la dirección postal correctas del votante, y también enviar correos para determinar si una persona se ha mudado para disponer del personal en los lugares de entrega de las boletas de voto por correo.
De esta manera “agregan una capa de seguridad y transparencia al proceso de entrega de boletas”.
El 26 de agosto, Christopher A. Wray, director del FBI, aseguró en una conferencia de prensa sobre seguridad electoral que no habían encontrado evidencia de fraude coordinado con votos por correo y también destacaron lo improbable que sería.
"Sería extraordinariamente difícil cambiar el resultado de una elección federal únicamente a través de este tipo de fraude, dada la variedad de procesos que tendrían que verse afectados o comprometidos por un adversario a nivel local", dijo Wray.
5. Contar el voto por correo NO constituye un fraude, es parte del proceso electoral
El presidente Donald Trump ha pedido que se detenga de inmediato el conteo de los votos en algunos estados, lo que ha hecho que algunos de sus seguidores crean que seguir contando las boletas electorales después del 3 de noviembre es ilegal. Sin embargo, los estados tienen hasta más de un mes después de la elección para finalizar los resultados. Los respalda la ley federal.. Los votos electorales no se emiten hasta el 14 de diciembre y el Congreso los cuenta oficialmente el 6 de enero.
En una verificación de datos de Politifact , Louis Jacobson entrevistó al profesor de derecho constitucional de la Universidad Estatal de Ohio, Edward B. Foley, quien comentó que en la noche de elecciones no hay resultados oficiales: “Nunca los ha habido. Los recuentos de la noche de las elecciones son siempre preliminares, a la espera de la certificación del escrutinio de las declaraciones según la ley estatal, lo que lleva tiempo”.
No hay razones ni pruebas para las acusaciones de fraude
A pesar de la poca evidencia de fraude electoral, ¿por qué la queja sigue a la orden del día? El Brennan Center of Justice dio hace algún tiempo esta explicación al abordar el tema de por qué, según ellos, algunos políticos denuncian trampa en las elecciones: “El fraude electoral se convierte en un chivo expiatorio popular. Después de una elección cerrada, los candidatos perdedores a menudo se apresuran a culpar al fraude electoral por los resultados. Los legisladores citan el fraude electoral como justificación para varias restricciones nuevas sobre el ejercicio del sufragio. Y los expertos repiten las mismas pocas anécdotas una y otra vez como prueba de que una ola de fraude es inminente”.
Y hasta el momento del cierre de esta nota, dos juzgados de Georgia y Michigan informó que, sin embargo, este fallo no ha afectado el curso del escrutinio.
Esta verificación de datos forma parte del convenio FactChat, coordinado por la International Fact-Checking Network (IFCN) con el apoyo de WhatsApp. El objetivo del proyecto es llevar mejor información en español durante las elecciones presidenciales de los EEUU en 2020. Este y otros chequeos políticos los puedes recibir directo por WhatsApp haciendo click aquí o registrando el número +1 727-477-2212 y escribir "Hola". Te esperamos.
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