¿Otro beneficio del Ozempic?: un estudio sugiere que la semaglutida también puede combatir la enfermedad renal crónica
Un ensayo clínico, cuyos resultados fueron publicados el viernes, mostró que la semaglutida, el componente activo del popular medicamento Ozempic, podría reducir drásticamente el riesgo de complicaciones renales, problemas cardíacos y muerte en pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal.
Según la Fundación Nacional del Riñón (NKF), la enfermedad renal crónica es una condición tratable; pero sin cura, que afecta a 37 millones de estadounidenses, la mayoría de ellos sin saberlo, y constituye la novena causa principal de muertes en el país.
La prueba fue financiada por el laboratorio farmacéutico Novo Nordisk, el fabricante de Ozempic, aunque sus resultados fueron revisados por pares para su publicación en el The New England Journal of Medicine.
Durante una reunión de la Asociación Renal Europea en Estocolmo, los investigadores dijeron que el ensayo clínico fue tan exitoso, que la empresa la detuvo antes de tiempo para tratar de comercializar el producto como un tratamiento para los pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal.
El vicepresidente de desarrollo de Novo Nordisk, Martin Holst Lange, anunció en un comunicado que la compañía pediría a la istración de Alimentos y Medicamentos (FDA) la actualización de la etiqueta de Ozempic para reflejar que también puede ser usado para reducir la progresión de la enfermedad renal crónica en pacientes diabéticos.
Sin bien los resultados del ensayo prometen una vida más larga y de mejor calidad para los pacientes de enfermedad renal avanzada, el medicamento -y el propio ensayo- no deben tomarse como infalibles.
Los investigadores no están seguros aún de cómo la semaglutida ayuda a los riñones, aunque sospechan que reduce la inflamación, que agrava la enfermedad renal.
Otro de los problemas con los resultados es que el 75% de los participantes eran hombres y cerca de la misma proporción eran blancos, mientras que la enfermedad renal crónica afecta de manera desproporcionada a pacientes negros e indígenas.
Los médicos aún quieren saber si el medicamento podría beneficiar a pacientes con enfermedad renal que no sufren de diabetes, y cuáles son los riesgos potenciales de tomar semaglutida a largo plazo.
Promesa para los pacientes de enfermedad renal crónica y diabetes
El ensayo incluyó a 3,533 personas con enfermedad renal avanzada y diabetes tipo 2, aproximadamente la mitad de las cuales recibió una inyección semanal de semaglutida y la otra mitad tomó una inyección semanal de placebo. La mayoría de ellos ya estaba tomando medicamentos para la enfermedad renal crónica.
Después de tres años y medio de seguimiento, los investigadores vieron que los participantes que tomaron semaglutida tenían una probabilidad 24% menor de sufrir un evento importante de enfermedad renal, como perder al menos la mitad de su función renal o necesitar diálisis, o un trasplante de riñón.
El ensayó mostró 331 eventos de este tipo entre quienes tomaron semaglutida, en comparación con 410 en el grupo de placebo. Las personas que recibieron semaglutida también mostraron tasas más lentas de deterioro renal.
La enfermedad renal crónica ocurre cuando los riñones comienzan a perder la capacidad de cumplir con sus funciones básicas de purificación de la sangre.
A medida en que la enfermedad progresa, los riñones filtran la sangre con cada vez menos eficiencia, permitiendo la acumulación de líquidos y desechos lo que crea condiciones favorables para otros problemas de salud como la presión arterial alta, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Según la NKF, la diabetes y la presión arterial alta son las principales causas de insuficiencia renal en los Estados Unidos, y representan aproximadamente 3 de cada 4 casos nuevos.
El daño renal suele ocurrir gradualmente y quienes la padecen generalmente no muestran síntomas hasta que la enfermedad alcanza etapas avanzadas.
Hasta ahora la medicina ha tratado la enfermedad renal con cambios de estilo de vida y algunos medicamentos, pero eso no evita que la enfermedad progrese. En sus estados más avanzados, los pacientes con enfermedad renal requieren de diálisis de sangre, un tratamiento en el que una máquina realiza el trabajo de los riñones o de un trasplante de riñón.
Si la FDA aprueba el nuevo uso, la demanda de Ozempic podría incrementarse, al igual que la escasez recurrente que el suministro del medicamento ha mostrado desde que fue aprobado como un tratamiento para la pérdida de peso.