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Robert Kennedy Jr. contradice (sin evidencia) a los científicos sobre la razón del aumento en casos de autismo

La agencia de salud federal no ha reportado ninguna evidencia que vincule a las vacunas con el autismo, como lo ha afirmado falsamente el secretario de Salud de Trump. Kennedy ha sido duramente cuestionado sobre su capacidad de encabezar la principal agencia de salud por su historial como promotor de ideas antivacunas sin sustento científico.
Publicado 16 Abr 2025 – 05:56 PM EDT | Actualizado 16 Abr 2025 – 08:37 PM EDT
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El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., contradijo abiertamente, sin presentar ninguna evidencia científica, al consenso científico de que un aumento reportado esta semana por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) está vinculado a un mejor diagnóstico del padecimeinto.

Kennedy, quien arrastra un negro historial de impulsar ideas antivacunas, dijo sin sustentar sus dichos con datos verificables que el aumento en el autismo en Estados Unidos estaba posiblemente vinculado a "toxinas ambientales", incluidos los medicamentos.

Las polémicas e infundadas declaraciones del funcionario del gobierno de Donald Trump ocurren luego de que los CDC reportaron que 1 de cada 31 niños estadounidenses fueron diagnosticados con autismo en 2022, lo que representó un incremento más en una serie de aumentos en los últimos años.

Los datos de los CDC revelan que los casos registrados en 2022 fueron de 14 estados y Puerto Rico en 2022. La estimación anterior, de 2020, era 1 de cada 36. Los niños siguen siendo diagnosticados más que las niñas, y las tasas más altas se dan entre los niños asiáticos/isleños del Pacífico, nativos estadounidenses de Alaska y afroestadounidenses.

Para estimar qué tan común es el autismo, los CDC verificaron los registros médicos y escolares de niños de 8 años, porque la mayoría de los casos se diagnostican a esa edad. Otros investigadores tienen sus propios cálculos, pero los expertos dicen que el cálculo de los CDC es el más riguroso y es considerado el “estándar de oro”.

Frente a los dichos infundados de Kennedy, científicos sostienen que un mejor diagnóstico, no las "toxinas ambientales" están detrás del aumento en los casos. Alycia Halladay, directora científica de la Fundación para la Ciencia del Autismo, dijo al medio Mother Jones que, en primer lugar, al hablar de autismo, el secretario ni siquiera pudo reconocer "la diversidad del espectro del autismo".

Lo que dice la evidencia científica sobre aumentos en casos de autismo

Halladay dijo que "toda la evidencia científica" vincula el aumento en las tasas de autismo "a un mejor a los servicios como factor determinante".

"Además, alrededor del 20 % del autismo se debe a una variante genética conocida, y no hay evidencia de que el 85 % del aumento de la prevalencia se deba a toxinas ambientales", declaró al medio de comunicación.

Siguiendo el guión del gobierno de Trump, Kennedy acusó a los medios de comunicación y a los investigadores que atribuyen el aumento en las tasas de autismo a un mejor diagnósico de incurrir en una "negación epidémica" de las causas que él atribuye -sin evidencia- al incremento de casos.

En un comunicado emitido el miércoles tras la difusión del reporte de los CDC, la Red de Autodefensa del Autismo coincidió con la comunidad científica -no con Kennedy- en que los nuevos datos sobre el autismo “se explican por un mejor a las pruebas de detección y una mejor comprensión del autismo”.

La organización criticó la caracterización que Kennedy ha hecho del aumento reportado en los casos de autismo como una "epidemia" y un "cataclismo".

"Esto constituye una tergiversación fundamental de todo lo que sabemos sobre el autismo", dijo la red.

¿Qué es el autismo?

El autismo es una discapacidad del desarrollo causada por diferencias en el cerebro. Hay muchos síntomas posibles, muchos de los cuales se superponen con otros diagnósticos. Pueden incluir retrasos en el lenguaje y el aprendizaje, retraimiento social y emocional y una necesidad inusual de rutina.

Durante décadas, el diagnóstico fue raro y se dio sólo a niños con graves problemas de comunicación o socialización y a aquellos con comportamientos inusuales y repetitivos.

A principios de la década de 1990, sólo 1 de cada 10,000 niños era diagnosticado con autismo.

Por esa época, el término se convirtió en una abreviatura de un grupo de afecciones relacionadas más leves conocidas como "trastornos del espectro autista", y el número de niños etiquetados con alguna forma de autismo comenzó a aumentar.

En la primera década de este siglo, la estimación aumentó a 1 de cada 150. En 2018, fue de 1 de cada 44. En 2020, fue de 1 de cada 36.

Un mejor diagnóstico del autismo podría estar detrás del aumento en casos, no factores "ambientales" que dice Jennedy

Los funcionarios de salud atribuyen en gran medida las crecientes cifras de autismo a un mejor reconocimiento de los casos mediante una detección amplia y un mejor diagnóstico.

No existen pruebas de sangre ni biológicas para detectar el autismo. Se diagnostica emitiendo juicios sobre el comportamiento de un niño, y ha habido una explosión en el tratamiento y los servicios para niños relacionados con el autismo.

Hace aproximadamente dos décadas, estudios de los CDC y otros descartaron que las vacunas infantiles fueran una causa del autismo. Desde entonces, muchas investigaciones han analizado otras posibles explicaciones, incluida la genética, la edad del padre, el peso de la madre y si tenía diabetes y exposición a ciertas sustancias químicas.

Algunos investigadores han teorizado que puede deberse a una serie de cosas, tal vez una predisposición biológica provocada por algún tipo de exposición tóxica.

Las teorías falsas que Kennedy impulsó sobre las vacunas (y que expertos sostienen no tienen ningún fundamento científico)

Kennedy y los promotores de teorías falsas sobre las vacunas han fijado su obsesión en contra de los biológicos en un elemento que antes se encontraba en la mayoría de vacunas llamado timerosal.

Durante años, Kennedy impulsó ideas falsas y teorías de conspiración sobre distintas vacunas, como el biológico contra el sarampión y el desarrollado contra el covid-19.

Ese negro historial de Kennedy fue el foco de la atención de los senadores demócratas durante las tensas sesiones de confirmación del nominado de Trump al puesto que actualmente ocupa. Entre sus capítulos más oscuros como promotor de falsedades sobre las vacunas está una visita que hizo al territorio de la Samoa Americana en 2019.

Ahí, utilizando un artículo científico que fue desacreditado y retirado de la revista The Lancet por carecer de sustento, sembró dudas sobre la vacuna contra el sarampión. Tras su visita, que fue ampliamente reportada por medios locales de esa región, ocurrió un brote mortal de sarampión.

En las audiencias de confirmación en el Senado, legisladores demócratas acusaron a Kennedy de estar vinculado con ese brote al impulsar ideas en contra de la vacunación contra esa enfermedad.

El entonces aspirante a titular de HHS negó estar relacionado con el brote. Pero un artículo publicado en enero en The Lancet cita al Ministerio de Salud de la Samoa Americana diciendo que la visita de Kennedy y su retórica contra la vacunación exacerbaron dudas sobre el tratamiento contra la enfermedad en un momento clave en la región.

Los demócratas cuestionaron los vínculos del promotor de ideas antivacunas con organizaciones que desalientan la inmunización de niños. En las audiencias Kennedy se trató de desvincular de sus propios dichos contra las vacunas, pero no convenció a ninguno de los legisladores de oposición.

Ahora ese elemento ya no se encuentra en la mayoría de las vacunas. Los promotores de las ideas erróneas en contra de las vacunas, entre los cuales se encuentra Kennedy, han dicho sin sustento que el autismo puede ser el efecto acumulativo de múltiples vacunas.

Varios estudios, incluidos algunos con autores de los CDC, no han encontrado tales vínculos.

La semana pasada, Kennedy dijo que el HHS iba a lanzar “un esfuerzo masivo de pruebas e investigación que involucrará a cientos de científicos de todo el mundo” e identificará las causas del autismo en menos de seis meses. También prometió que "podremos eliminar esas exposiciones".

Kennedy y el presidente Donald Trump habían refirido a la estimación de 1 en 31 que los CDC publicaron el martes durante la reunión de la Casa Blanca de la semana pasada, y Kennedy también repitió la estadística en una reunión con funcionarios de la FDA el viernes.

La declaración de Kennedy siguió a informes de que había contratado a David Geier, un hombre que ha afirmado repetidamente un vínculo entre las vacunas y el autismo, para liderar el esfuerzo de investigación sobre el autismo.

La contratación de Geier, quien según autoridades en Maryland había enfrentado sanciones por practicar la medicina con un niño sin licencia médica, fue reportada por primera vez por The Washington Post.

Las declaraciones que dio hoy sobre el aumento parecen confirmar los temores que los legisladores plantearon durante las audiencias de confirmanción.

La polémica dimisión del principal regulador de vacunas entre presiones de Kennedy

Poco antes de verse obligado a dimitir, el principal regulador de vacunas de la nación dijo a la agencia AP que se negó a otorgar al equipo de Kennedy irrestricto a una base de datos de seguridad de vacunas muy restringida, temiendo que la información pudiera ser manipulada o incluso borrada.

El exjefe de vacunas de la istración de Alimentos y Medicamentos, el doctor Peter Marks, dijo que accedió a dar a los funcionarios de Kennedy la capacidad de leer miles de informes de posibles problemas relacionados con las vacunas enviados al Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas, o VAERS. Pero no les permitiría editar directamente los datos.

"¿Por qué no lo haríamos? Porque francamente no confiamos en ellos", declaró. "Escribirían sobre ello o borrarían toda la base de datos".

Con información de The Associated Press.

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