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Reforma Migratoria

El fracaso de la reforma migratoria en el Congreso radicaliza la posición antiinmigrante de Trump

Para los activistas proinmigrantes, la estrategia de Trump es clara: mantener la motivación entre sus electores, tal y como lo hizo en las primarias y en la elección presidencial del 2016. Si lo consigue, no solo es probable que los republicanos mantengan el control del Congreso, sino que aumenten las redadas y las deportaciones.
25 Jun 2018 – 03:08 PM EDT
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La guerra que Donald Trump le declaró a la inmigración a comienzos de su campaña en junio de 2015 cuando dijo que los mexicanos eran violadores, asesinos y traficantes de drogas, lo ayudó a conseguir los votos necesarios para ganar la nominación del Partido Republicano y luego convertirse en presidente.

El 25 de enero, apenas cinco días después de llegar a la Casa Blanca, el mandatario publicó sus primeras dos órdenes ejecutivas migratorias, una sobre la construcción del jurisdicciones o ciudades santuario.

Ese día Trump decretó que la permanencia indocumentada constituye una amenaza a la seguridad pública y nacional de Estados Unidos. Ahora intenta reimpulsarla de cara a las elecciones de mitad de periodo prevista para noviembre.

“Los republicanos de la Cámara de Representantes podrían aprobar fácilmente un proyecto de ley de Seguridad Fronteriza Fuerte, pero recuerden que todavía debe aprobarse en el Senado y para eso necesitamos 10 votos demócratas, y lo único que hacen es RESISTIR. ¡Quieren fronteras abiertas y no les importa el crimen! ¡Necesitamos más republicanos para GANAR en noviembre!”, escribió Trump en su cuenta de la red social Twitter el domingo.

Batallas perdidas

El proyecto “fuerte” citado por el presidente corresponde a la iniciativa de ley HR 4760 patrocinado por los representantes republicanos Bob Goodlatte (Virginia) y Raúl Labrador (Idaho). La iniciativa propone residencia temporal para unos 700,000 dreamers protegidos por DACA a cambio de $30,000 millones para la seguridad fronteriza que, entre otras medidas, incluye la construcción del muro en la frontera con México, eliminar la lotería de visas, limitar la reunificación familiar solo a cónyuges e hijos menores solteros de residentes y ciudadanos, restringir el asilo, aumentar las redadas y acelerar las deportaciones.

Lo que no ha dicho Trump en sus tuits es que el plan Goodlatte-Labrador no reunió los 218 votos mínimos necesarios entre los republicanos para llevarlo al plano, siendo que los republicanos cuentan con 241 de los 435 asientos de la Cámara. “Solo lo apoyan los ultraconservadores”, dijo a Univision Noticias una fuente que participó la semana pasada en una reunión a puertas cerradas entre el presidente y la bancada en el Capitolio”.

Trump tampoco cuenta que en marzo, durante el debate sobre lo que restaba del presupuesto de gastos para el Año Fiscal 2018, una versión similar (S.354) presentada por los senadores Tom Cotton (Arkansas) y David Perdue (Georgia), fue rechazada por 15 de los 51 senadores republicanos, todos ellos moderados.

El presidente optó por no criticar a su partido y dirigió todos sus ataques a los demócratas. "Estoy considerando un VETO la ley presupuestaria debido al hecho de que los 800.000 beneficiarios del programa DACA han sido totalmente abandonados por los Demócratas (ni siquiera se les menciona) y a que el MURO FRONTERIZO, que nuestra seguridad nacional necesita desesperadamente, no ha sido financiado en su totalidad", escribió en esa ocasión.

Crisis en la frontera

El fracaso legislativo no detiene las amenazas de Trump prometidas a sus electores. En abril anunció la implementación de la política ‘tolerancia cero’ en la frontera que incluyó el fin de la medida conocida como catch and release (capturar y liberar) y la formulación de cargos criminales a los padres indocumentados cuando cruzan la frontera para separarlos a sus hijos.

La lluvia de críticas a la inhumana medida obligó a Trump, la semana pasada, a revertir la orden y sustituirla por otra que establece cárcel definitiva a las familias que huyen de sus países en busca de asilo en Estados Unidos.

Este domingo, en otro tuit, el mandatario pidió deportar de inmediato, sin jueces ni cortes o procesos judiciales, a los inmigrantes indocumentados que llegan a la frontera pidiendo asilo, una nueva amenaza en esta guerra sin cuartel que tiene alarmada a la comunidad inmigrante.

El voto duro

Para los activistas proinmigrantes, la estrategia de Trump es clara: mantener la motivación entre sus electores, tal y como lo hizo en las primarias y en la elección presidencial del 2016.

“Si el liderato republicano en la Cámara de Representantes no debate ningún tipo de reforma migratoria antes de noviembre, sin duda se consolidará el voto duro pro Trump”, advierte Juan José Gutiérrez, coordinador de la Coalición Derechos Plenos Para Los Inmigrantes en Los Angeles, California. Pero no creo que alcance para que los republicanos mantengan el control del Congreso. Perderá por lo menos una de las dos cámaras y, dependiendo de lo que hagan los demócratas de aqui a la elección de noviembre, pudieran perder el control de ambos plenos, pero nos quedaremos sin reforma migratoria”.

Gutiérrez dijo además que el pedido hecho por Trump la semana pasada para que los republicanos no debatan la reforma hasta después de la elección, “es una decisión que nos perjudica gravemente a los inmigrantes, porque remueve cualquier posibilidad de resolver en definitiva un asunto pendiente que impacta no solo en los dreamers, sino en los 11 millones de indocumentados”.

El activista dijo además que, desde que Trump llegó a la Casa Blanca, “ha cumplido todas sus promesas y lo continuará haciendo, inyectando el veneno del racismo en contra del pueblo trabajador y de esa manera justificar la intensificación de la persecución, los arrestos, el encarcelamiento y las deportaciones masivas”.

Por qué lo hace

A la pregunta respecto a por qué Trump pidió a los republicanos que no debatan sobre inmigración sino hasta después de las elecciones, si obedece a falta de paciencia y una simple rabieta, Roberto Izurieta, director de los programas de América Latina y Campañas Políticas de la Universidad George Washington, enfatizó que se trata de “la misma clase de comentario que (el mandatario) realizó desde el inicio de su campaña electoral” y que “lamentablemente apela el voto de un sector de la población que le encanta este tipo de comentarios”.

Izurieta dice que el lenguaje utilizado por Trump “promueve, estimula la división, el prejuicio y el miedo”, generándose el escenario ideal para este tipo de candidaturas,.

Agregó que en esta batalla también gana el Partido Republicano “porque efectivamente apela a la misma base electoral” y aseguró que los electores del presidente “se encuentran motivados desde la campaña en 2016.

En cuanto al futuro de los comicios de medio tiempo de noviembre, Izurieta dice que los resultados dependerán “de cuanta gente salga a votar”. Y previene que “no debemos equivocarnos, ambas bases están motivadas y ambos partidos prometen que sacarán más vente a las urnas”.

Por ahora, dicen especialistas, nadie puede aventurar si los republicanos mantendrán el control del Congreso o los demócratas darán la sorpresa.

Guerra de nervios

Mientras demócratas y republicanos siguen enfrentados, los dreamers están preocupados por sus futuros en Estados Unidos. “Con sus declaraciones el presidente evidencia su arrogancia e ineptitud como mandatario”, dice Juan Escalante, vocero de America’s Voice. “Sus comentarios indican que ni a él ni a su gobierno les interesa resolver la crisis migratoria que ellos mismos han provocado, la separación de familias en la frontera y el futuro de los soñadores en este país”.

Las organizaciones pro inmigrantes también se truenan los dedos. “Quizá sea preferible que, bajo este Congreso antiinmigrante y este gobierno racista, no se avance ninguna reforma, porque posiblemente sea de las más restrictivas que hayamos visto en mucho tiempo”, dice Jorge-Mario Cabrera, director de comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles, California.

“Es una situación my difícil”, dice Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland. “El odio y las políticas más retrógradas se convirtieron en políticas de estado”, agrega.

“El presidente está motivando la que salgan los sentimientos más feos de este. Es muy peligroso. Creo que Trump y sus asesores piensan que pueden motivar a su base a votar utilizando las acciones y retoricas antiinmigrantes. Esta jugando con la vida de nuestros hijos”, apuntó.

Ben Monterroso, director ejecutivo de Mi Familia Vota, dijo que hasta ahora “Trump quitó DACA, el TPS de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Haití y creado la actual crisis de separar niños en la frontera”. Este clima se mantendrá “hasta que cambiemos el congreso con nuestros votos”, precisó.

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