null: nullpx
Univision Noticias
Política
    Partido Republicano

    Una vicegobernadora negra y un fiscal hispano en la apuesta por la diversidad con la que los republicanos recuperaron Virginia

    Adicionalmente, este año, los resultados en Virginia parecen mostrar una nueva identidad y estrategia del Partido Republicano que ofrece una receta para ser usada en otros estados el próximo año, e incluso en las presidenciales de 2024.
    9 Nov 2021 – 10:20 AM EST
    Comparte
    Cargando Video...

    Los comicios de Virginia y Nueva Jersey, las dos contiendas que el pasado martes abrieron la puerta a las elecciones de mitad de período del 2022, suelen considerarse un barómetro de cara a la reconfiguración del Congreso.

    Adicionalmente, este año, los resultados en Virginia parecen mostrar una nueva identidad y estrategia del Partido Republicano que ofrece una receta para ser usada en otros estados el próximo año, e incluso en las presidenciales de 2024.

    En Virginia, el empresario republicano Glenn Youngkin consiguió teñir el estado de rojo de nuevo después de dos mandatos demócratas, e incluso recuperar una exigua mayoría en la Asamblea lesgislativa. Se repitió el patrón histórico de votar por el partido que no está en la Casa Blanca en las elecciones a gobernador que se dan en años impares (off year elections). En esta ocasión lo novedoso está en quiénes y cómo lo hicieron.

    Allí se marcaron varios hitos: Winsome Sears se convirtió en la primera mujer vicegobernadora y, además, en la primera mujer negra que ocupará ese cargo, y Jason Miyares en el primer fiscal general latino del estado.

    El denominador común de Sears y Miyares es la raza. Ninguno de ellos responde al perfil blanco que durante décadas ha predominado en el Partido Republicano.

    “Estados Unidos está cambiando. La generación joven es más diversa que la de los ‘baby boomers’. Más del 40% de los ‘millennials’ son personas de color, mientras que los ‘baby boomers’ son prácticamente caucásicos por completo”, señaló a Univision Noticias Elaine Kamarck, del centro de estudios políticos Brookings Institution.

    “Los ‘millennials’ están ahora en sus 30 y 40 años, por lo que hay un proceso natural de crecimiento”, aseguró Kamarck al explicar la diversidad que estima que hay hoy en día en el Partido Republicano y que se mostró en las elecciones de Virginia.

    Sears y Miyares representan los cambios demográficos que ha experimentado Virginia en las últimas dos décadas y que han sido vinculados con su desplazamiento hacia políticos más liberales, al punto que muchos analistas pensaban que el estado no podía ser considerado ya un estado péndulo, porque desde 2008, cuando se impuso Barack Obama, ningún candidato presidencial republicano lo ha podido ganar.

    “Ninguno de los dos centró su campaña en la raza o en su origen, pero ambos usaron su experiencia personal para explicar el rumbo que tomarían en sus cargos”, dijo a Univision Noticias Lindsey Curnutte, de Heritage Action for America, un centro de Washington DC que trabaja en diseñar y promover políticas de tinte conservador.

    De hecho, Miyares hizo alusión de manera reiterada durante la campaña al viaje que su madre emprendió desde Cuba en 1965.

    En un comunicado tras su victoria en los comicios, Miyares le dedicó también unas palabras: llegaste a Estados Unidos “con nada más que un sueño, el sueño de que tu familia tuviera una vida mejor. (…) Y ahora soy el fiscal general electo de la Mancomunidad de Virginia”.


    Nacida en Jamaica, Sears inmigró junto a su familia cuando tenía seis años de edad y consiguió más tarde la nacionalidad estadounidense, un perfil nunca visto antes en un alto cargo del estado.

    Ella también relató durante la campaña que su padre “llegó a este país el 11 de agosto de 1963, cuando en Jamaica estaba teniendo lugar el movimiento por los derechos civiles”. Y reiteradamente destacó que “llegó con solo 1,75 dólares” en el bolsillo.

    En su discurso de victoria, Sears apeló al espíritu patriótico: “Cuando me uní al Cuerpo de Marines, aún era jamaicana, pero este país había hecho tanto por mí que estaba dispuesta a morir por él”. “Lo que están viendo en mí es el sueño americano”, sentenció.

    En campaña, Sears prometió aumentar el número de centros de atención a veteranos y abogar por una “inversión nunca vista desde hace generaciones” para las facultades y universidades históricamente negras, este último punto un tema que suele ser el dominio de políticos liberales asociados al Partido Demócrata.

    “Los republicanos pueden decir: 'No solo los superamos, sino que no dieron ninguna razón por la que los demócratas deberían seguir recibiendo el apoyo ciego de esas comunidades'", dijo el primer gobernador negro de Virginia, Douglas Wilder, en una entrevista con The Washington Post.

    “La gente no es tonta. Siempre he sostenido que los demócratas no pueden ganar una elección en todo el estado sin un fuerte apoyo negro y no se puede dar por sentada la comunidad”, afirmó Wilder, un demócrata que presidió el estado entre 1990 y 1994.

    Youngkin, de empresario desconocido a gobernador electo

    El mismo gobernador electo Youngkin era casi desconocido hace un año. La campaña demócrata intentó dibujarlo como un “clon” de Donald Trump, aprovechando lo impopular que es el expresidente en el estado.

    Pero Youngkin esquivó la estrategia no haciendo énfasis en las cuestiones divisivas que movilizan a la base de Trump, como las alegaciones de fraude electoral que el equipo del expresidente no fue capaz de probar.

    Fue aún más notorio que se distanciara del mismo Trump, sin ni siquiera invitarlo a que le acompañara durante la campaña. Eso, mientras su oponente, el demócrata Terry McAuliffe, insistía en retratarlo a imagen y semejanza del exmandatario.

    “McAuliffe invirtió una barbaridad de tiempo en intentar convertir a Youngkin en Donald Trump y, simplemente, no era así. Resultó ser una persona seria. Es la misma estrategia que hemos visto en los demócratas desde Ronald Reagan, cuando trataron de representarlo como el malo de la película en 1979-1980. Y no solo no lo era, sino que además era majo, era un hombre cercano, por lo que el discurso demócrata no caló”, señaló Kamarck.

    Con habilidad, Youngkin mantuvo a Trump en la distancia -con la cooperación del expresidente- sin despreciarlo.

    De esa manera, el candidato republicano no marginó a la base simpatizante de Trump de las zonas más rurales del estado y, al mismo tiempo, logró arrebatar votos demócratas en los barrios periféricos del norte.

    Lindsey Curnutte, de la organización conservadora Heritage Action for America, considera que el candidato demócrata “hizo que estas elecciones versaran sobre Trump y sobre los aspectos negativos del Partido Republicano”, en vez de centrarse en las políticas que proponía para los ciudadanos de Virginia.

    “Entiendo por qué los demócratas se centraron en Trump en estas elecciones. Es difícil centrarse en sus propias políticas cuando a su líder, al presidente Joe Biden, le va fatal en los sondeos debido, precisamente, a que sus políticas demócratas están fuera de control y están siendo un fracaso”, aseguró a Univision Noticias Lindsey Curnutte, de Heritage Action for America.

    Para la analista conservadora, la impopularidad del presidente favoreció a Youngkin, quien simplemente ganó votos alegando ser "lo opuesto a lo que hay en Washington ahora”.

    En la actualidad, un 42,9% de los estadounidenses aprueba la gestión de Biden, según el promedio de los sondeos nacionales que presenta Univision Noticias. Y aunque es la cifra más baja desde que llegó a la Casa Blanca, algunos demócratas se consuelan destacando que sigue siendo mayor que la que tenía Trump en el mismo punto de su presidencia.

    La diferencia es que Biden fue elegido por muchos como un factor de unificación, pero el presidente no ha podido cumplir con esa promesa, en buena parte porque la bancada republicana en el Congreso le ha negado apoyo a cosas elementales como un nuevo paquete de estímulo económico o los planes sociales reflejados en el presupuesto o incluso la promulgación de una ley federal electoral.

    Tampoco le ayuda a Biden el pulso dentro del Partido Demócrata entre progresistas y conservadores. Los primeros exigiendo que se profundice la agenda de cambios y los segundos advirtiendo que el gasto público podría desbordarse en el financiamiento de esas políticas.

    Mientras tanto, los republicanos se dieron cuenta en Virginia que pueden entrar por caminos que se pensaba que eran del dominio de los demócratas y que de allí pueden sacar una fórmula ganadora para próximas elecciones.

    Loading
    Cargando galería
    Comparte
    RELACIONADOS:Partido Demócrata