Biden tendrá su primera reunión cara a cara con Putin a mediados de junio
El presidente Vladimir Putin, el próximo 16 de junio en Ginebra, Suiza, de acuerdo con la información que suministró este martes la Casa Blanca.
En un breve comunicado, la secretaria de prensa de la presidencia, Jan Psaki, indicó que “ambos líderes discutirán una amplia gama de asuntos importantes, mientras buscamos reestablecer la predictibilidad y estabilidad en las relaciones entre EEUU y Rusia”.
La cumbre se realizará en momentos en el vínculo bilateral se ve afectado por las actividades de interferencia en las elecciones de EEUU que, según la inteligencia estadounidense, realizan grupos rusos vinculados al gobierno, o el aumento de la presión militar rusa en las fronteras con Ucrania.
En marzo, Biden dijo que el presidente ruso pagará por haber tratado de interferir en las elecciones de 2020. "Él (Putin) pagará un precio por haber interferido en las elecciones estadounidenses", dijo Biden durante una entrevista concedida a la televisora ABC News.
En abril pasado Washington impuso ciberataques, la interferencia en las elecciones y otras operaciones desestabilizadoras. En represalia, Rusia expulsó a 10 diplomáticos estadounidenses.
Además, el incidente de este fin de semana, en el que el gobierno de Bielorrusia (aliado de Moscú) forzó a un avión comercial a aterrizar para arrestar a un periodista bielorruso que viajaba a bordo es el último episodio que complica la relación entre la Casa Blanca y el Kremlin.
Regreso a una línea dura
Biden ha retomado la tradicional línea dura estadounidense frente al gobierno de Rusia por lo que considera violaciones a las normas internacional o el respeto a los derechos humanos, tras los cuatro años del presidente Donald Trump en los que la Casa Blanca fue vista como más permisiva con Putin.
La diplomacia de Washington con Moscú bajo la istración anterior fue muy compleja, complicada aún más por la investigación del llamado 'Rusiagate', la no demostrada colusión entre la inteligencia rusa y la campaña de Trump en las elecciones de 2016.
Independientemente de eso, la actitud de Trump hacia Putin fue más comprensiva de lo que generalmente se esperaría de un mandatario estadounidense, al punto que sugirió que la invasión y anexión de la península de Crimea había sido culpa de su predecesor, Barack Obama.
Incluso Trump trató de convencer a los socios del Grupo de las 7 naciones más industrializadas invitar de nuevo a Moscú al foro, del que fue expulsado tras la agresión a Ucrania en 2014.
La cumbre con Putin se producirá al final del primer viaje internacional de Biden desde que llegó a la Casa Blanca, en el que asistirá a la cumbre del G7 en Reino Unido y luego a una reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas.
Putin y Biden han hablado dos veces telefónicamente, de acuerdo con los informes presentados por el gobierno estadounidense. En la última conversación, en abril, se discutió la posibilidad de un encuentro.
Un punto que ambos países necesitan coordinar es el tema de la gestión de sus arsenales nucleares y la extensión del tratado bilateral START contra la proliferación nuclear por otros cinco años, mientras se negocia un acuerdo más duradero para el control armamentístico.