Secuestros, torturas y asesinatos: los crímenes de 'El Chapo' que han excluido de su juicio

Era el verano de 2005. Un auto rojo perforado por múltiples balas de grueso calibre era una muestra de la sangrienta guerra entre el cartel de Sinaloa, liderado por los hermanos Beltrán Leyva. Aquellos lazos familiares habían sido borrados a tiros de metralla.
En ese enfrentamiento de 2005 que se registró en una concurrida calle de la ciudad de Culiacán, en Sinaloa, el blanco era Julio César Beltrán Quintero, quien se alió a la que llegó a ser una de las seis organizaciones criminales más grandes de México. Beltrán Quintero no alcanzó a ver esa expansión. Los sicarios de ‘El Chapo’ lo asesinaron “usando tantas balas que la cabeza estaba casi separada por completo de su cuerpo”, detalla un informe de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York.
Este crimen es parte de más de 30 homicidios supuestamente ordenados y personalmente perpetrados por Guzmán Loera entre enero de 1989 y diciembre de 2015 con el único objetivo de expandir su poderío, de acuerdo con un memorando de esa fiscalía, donde ahora enfrenta un juicio por 11 cargos de narcotráfico, lavado de dinero y armas de fuego.
Entre las víctimas del capo se encuentran colaboradores de las autoridades, policías, traidores, jefes de carteles rivales, funcionarios de gobierno y hasta una joven de 18 años que recibió al menos nueve impactos de bala mientras dormía en su casa en Culiacán.
Si bien los detalles de algunas de estas ejecuciones se escucharán durante el juicio contra ‘El Chapo’ en una corte federal en Brooklyn, no son parte central del proceso penal en su contra. “No voy a dejar que se juzgue un caso de asesinato que involucra drogas”, dijo hace unos días el juez Brian Cogan, encargado del caso contra el narcotraficante mexicano. “Este es un caso de drogas”, enfatizó el magistrado.
Los fiscales, sin embargo, consideran apropiado exponer estas muertes para que el jurado sepa que el mismo hombre que ha pedido un tierno abrazo de su esposa es tan malvado que no le tembló la mano para ejecutar a quienes intentaron derrocarlo. Se espera que un testigo relate en la corte cómo el mafioso sinaloense habría ejecutado personalmente a del cartel de Los Zetas en 2006.
Sobre ese caso, el informe de la Fiscalía destaca una anécdota aterradora: ‘El Chapo’ aprovechó un descanso después de comer para mandar a golpear a dos integrantes de Los Zetas a los que después mató con un tiro de gracia. Lo hizo “disparando a los dos con un arma larga”.
Luego, supuestamente, “ordenó a sus trabajadores que cavaran un agujero, prendieran fuego dentro del hoyo y arrojaran los cuerpos para quemarlos y luego enterrarlos”.
En otro apartado del memorando se cuenta que en 2001, cuando el capo de Sinaloa estaba en guerra contra los carteles del Golfo y Los Zetas, ordenó a sus sicarios secuestrar y torturar a cuanto rival pudieran encontrar. Varias veces le llevaron hombres “atados e indefensos” para ser interrogados.
Una muerte publicada en YouTube
No está claro cuántos homicidios fueron perpetrados por ‘El Chapo’, quien solía portar un rifle AK-47 dorado y una pistola con incrustaciones de diamante. Además de los supuestos asesinados de los dos Zetas, documentos judiciales mencionan que en otra ocasión se quedó con las ganas de matar a uno de sus enemigos.
Ocurrió en octubre de 2010 en su bastión, la violenta Sinaloa. Era otro episodio de la batalla contra sus primos, los Beltrán Leyva. Sus pistoleros le avisaron que tenían secuestrado a uno de los principales lugartenientes de aquella organización delictiva, Israel Rincón Martínez, ‘El Guacho’.
El joven duranguense de 29 años fue llevado a diferentes casas de seguridad del cartel en las que fue torturado e interrogado por el primo de ‘El Chapo’, Juan Guzmán Rocha. Se enseñaron con este hombre porque lo acusaban de haber matado al hijo de un operador del cartel de Sinaloa, Manuel Fernández Valencia. Lo habría confundido con uno de los hijos de Guzmán Loera porque conducía un Ferrari por las calles de Culiacán.
Aunque el jefe del cartel ordenó que no mataran a ‘El Guacho’ sino hasta que él llegara, el reporte afirma que el lugarteniente no soportó la tortura y falleció antes de que llegara el capo. En un video publicado en YouTube, el cual ha sido colectado como evidencia, el joven con un ojo ensangrentado relata cómo es que terminó trabajando para los Beltrán Leyva.
Según su testimonio, un narcotraficante de mayor rango se lo ordenó en una llamada telefónica. “¿Y usted con quien está, chavalón (joven)?”, cuestionó aquel con dureza. “Pues yo estoy con su hermano -le dije- y con ‘El Señor’ (Guzmán Loera)”, relató ‘El Guacho’. “No, no, no, aquí vamos a estar con ‘La Prima’; usted va a estar con mi hermano o no va a estar con nadie”, relató que le exigieron.
Las autoridades de EEUU tienen una copia de esa grabación que se publicó en la Internet. “Uno de los del cartel del acusado hizo una grabación del interrogatorio de Rincón, que finalmente fue subido a YouTube”, señala el memorando del gobierno.
A través de las coplas de un narcocorrido, una advertencia para otras organizaciones delictivas acompaña al video del duro interrogatorio que le hicieron a ‘El Guacho: El poder es muy bonito/ lo tuve por un ratito/ pero no era para mí/ tardé descubrí/ hoy huelo mi sangre”.
Una casa equipada para asesinar
Parte de la evidencia contra el narco de Sinaloa es el testimonio de un colaborador de las autoridades que afirma que estuvo en una casa especialmente equipada para asesinar a traidores y enemigos.
"La casa tenía sábanas de plástico sobre las paredes para atrapar los chorros de sangre y un desagüe en el suelo para facilitar el drenaje de la sangre”, aseguran documentos judiciales.
Otras presuntas víctimas de ‘El Chapo’ y su cartel han sido identificadas al menos con su nombre de pila, su apodo y su apellido. Se trata de ‘Tesoro’ Salazar; Rodolfo Carrillo, hermano de Amado Carrillo, ‘El Señor de los cielos’, el fallecido jefe del cartel de Juárez; Juan Ledezma; Amadeo Vega, alias ‘El Caimán’; Juan Guzmán, apodado ‘Juancho’; José Bastidas, alias ‘El Güero Bastidas’; Leopoldo Ochoa; Héctor Ríos; Yamileth Bonnilla, una joven de 18 años asesinada a tiros cuando dormía en su casa en Culiacán; Manuel Aponte; ‘Ingeniero’ Barrozo; Francisco Aceves; y Cristóbal Muro.
También se mencionan ejecuciones de traidores de su cartel, así como de de los Beltrán Leyva, la organización Carrillo Fuentes, Los Zetas y el grupo de los hermanos Arellano Félix.
Los fiscales presentaron inicialmente 28 presuntas víctimas, pero la lista fue creciendo hasta llegar a 39. Un último grupo de 17 aparece sin nombre para proteger a los testigos. Estos agregados repentinos provocaron la molestia del juez Cogan en la audiencia final previa al juicio, en la cual expresó que el tema estaba “fuera de control” y le ordenó que “tomen su mejor tiro y corten el resto”.
Los abogados de Guzmán Loera, por su parte, se han quejado de que -prácticamente- están defendiendo a su cliente a ciegas.
“El objetivo final de nuestro sistema judicial criminal no es solo asegurar las convicciones, sino también garantizar que los derechos de un acusado sean protegidos”, expuso el abogado Eduardo Balarezo, en una carta enviada al juez Cogan el pasado 5 de enero.
La guerra contra los Arellano Félix
Existen al menos dos versiones sobre la muerte de Ramón Arellano Félix, quien fue uno de los jefes del cartel de Tijuana, que llegó a ser uno de los más poderosos de Latinoamérica.
El reporte oficial asegura que el 10 de febrero de 2002, Ramón, el más sanguinario de sus hermanos, iba a bordo de un Volkswagen blanco que circulaba en sentido contrario por una calle de Mazatlán, Sinaloa. Era domingo y la vía estaba llena de gente porque en la ciudad se desarrollaba su famoso carnaval. Cuando el vehículo fue encarado por policías ministeriales se desató una balacera entre ambos bandos en la que resultó muerto quien entonces era el capo más buscado de México.
La otra hipótesis es la que maneja el gobierno estadounidense, el cual duda que se haya tratado de un tiroteo fortuito: asegura que este fue planeado meticulosamente por ‘El Chapo’, quien llevaba un año prófugo tras escapar a bordo de un carrito de lavandería de la prisión de Puente Grande, en Jalisco.
El nombre de este mafioso que por varios años dominó en el noroeste mexicano aparece en la lista de los crímenes presuntamente ordenados y ejecutados por Guzmán Loera.
El informe de la Fiscalía también cita la balacera que los pistoleros del cartel de Sinaloa realizaron la madrugada del 8 de noviembre de 1992 en un popular centro nocturno en el estado de Jalisco.
El blanco eran Francisco y Ramón Arellano Félix, quienes lograron salvarse escondiéndose en el plafón del baño del establecimiento y escapando por un ducto del aire acondicionado. Otros no corrieron con la misma suerte. La Policía mexicana reportó un saldo de seis muertos y tres heridos de gravedad.
“Entre las batallas clave en la sangrienta guerra entre narcos estuvo el infame tiroteo en noviembre de 1992 en la discoteca Christine en Puerto Vallarta”, cita el memorando. “El acusado dirigió un ataque a de la organización criminal de los hermanos Arellano Félix que supo estarían en el club, lo que resultó en una balacera que causó la muerte de seis personas”, agrega el memorando.
‘El Chapo’ finalmente ganó esa guerra y se apoderó de la ciudad de Tijuana, ahora uno de sus principales s fronterizos para traficar droga hacia California.
Uno de los capos que esquivaron las balas del cartel de Sinaloa, Francisco Arellano Félix, quien purga una larga condena por narcotráfico en una prisión de EEUU y se ha vuelto informante de la DEA, sería uno de los que testifiquen contra ‘El Chapo’ en Brooklyn.