Quién es Olaf Scholz, el sucesor de Ángela Merkel que toma el timón de la primera economía de Europa
Tras obtener la victoria en las elecciones de septiembre, el Partido Socialdemócrata (PSD) se hizo con el poder en Alemania, nombrando a Olaf Scholz como el nuevo sustituto de Ángela Merkel, quien lideró al país durante los últimos 16 años.
Scholz, quien fuera ministro de Finanzas y vicecanciller, asumió el poder este miércoles al frente de una coalisión formada con los Verdes y los Liberales.
Aunque de partidos rivales, algunos expertos aseguran que la victoria de Scholz ha sido posible gracias a que su línea no dista mucho de la de Ángela Merkel: pragmatismo, tranquilidad, equilibrio y firmeza. De hecho, dentro su partido socialdemócrata, con proyección izquierdista, Scholz es un moderado, por lo que inicialmente no recibió todos los apoyos internos.
¿Quién es Olaf Scholz, el sustituto de Ángela Merkel?
Olaf Scholz, de 63 años, es un político de carrera, que ha desempañado varios cargos a lo largo de su vida. Está casado con la también política socialista Britta Ernst.
Scholz, a diferencia de Merkel, nació en Alemania Occidental. Creció en Hamburgo y tras estudiar derecho laboral entró en política con apenas 17 años y fue líder de la juventud socialista. En 1998 fue elegido por primera vez para el parlamento federal (Bundestag) y entre 2007 y 2009 fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, bajo el primer gobierno de coalición de Merkel.
De 2011 a 2018 se desempeñó con éxito como alcalde de Hamburgo, una experiencia que lo empujó hacia el sector más moderado de su partido. En 2018 se convirtió en el ministro de Finanzas y vicecanciller del país, bajo el gobierno de gran coalición de Merkel.
Algunos le han comparado con el presidente estadounidense Joe Biden, por su largo recorrido en la política y su entendimiento de cómo se hacen las cosas a nivel legislativo, político y a partir de consensos.
Adelantos de su liderazgo al frente de Alemania
Los objetivos de su gobierno, aprobados en un acuerdo con los partidos de coalición, contemplan aumentar el salario mínimo a $13.50 (12 euros) la hora, eliminar las centrales de carbón para 2030 y alcanzar un compromiso para que el país sea neutral en carbono para 2045.
En materia de política exterior, Scholz anunció lo que ya muchos anticipaban sobre su gobierno: multilateralismo, europeísmo y acercamiento a la OTAN y Estados Unidos (en contra de las voces más a la izquierda de sus posturas, como las del partido izquierdista Die Linke).
"La relación transatlántica y nuestra cooperación como parte de la OTAN se mantienen firmes", dijo este martes. "Nos comprometemos con una comunidad de democracias en todo el mundo y estoy muy agradecido con el presidente Biden por enfatizar la importancia del multilateralismo y, al mismo tiempo, estamos comprometidos con lo que une a naciones particulares: la idea de libertad, el estado de derecho, democracia y respeto a los derechos humanos".
"Fue elegido porque es muy similar a Angela Merkel, y ese fue su cálculo", dijo a Euronews Lars Haider, editor en jefe del Hamburger Abendblatt y biógrafo del canciller alemán. Pero, según Haider, Scholz es más decisivo. “Tiene metas claras y pone las cosas en su lugar para alcanzarlas [...]. Si no funciona, dice: "Está bien, la próxima vez lo haré mejor", agregó Haider.
Un dato interesante sobre su gobierno y que ha sido muy bien recibido es que 8 de los 16 de su gabinete serán mujeres, que ocuparán ministerios importantes, relacionados con seguridad y diplomacia, en algunos casos siendo primera vez que una mujer asume ese puesto.
Por ejemplo, su ministra de Relaciones Exteriores será Annaelena Baerbock, de los Verdes, la socialdemócrata Nancy Faeser será la ministra de Interior y la también socialdemócrata Christine Lambrecht será ministra de Defensa.
Además, su ministerio de Agricultura irá a las manos de Cem Özdemir, de los Verdes, quien será la primera persona de ascendencia turca (la principal minoría de Alemania) en formar parte de un gabinete de gobierno.
Luces y sombras del nuevo canciller de Alemania
Pocos hubieran apostado por Olaf Scholz como el futuro sucesor de Ángela Merkel, que en 2019 fue derrotado en la contienda por el liderazgo de su propio partido (el SDP), que buscaba una proyección más a la izquierda.
Y es que el 'Scholzomat', como solía conocerse a Scholz por su estilo lacónico y mecánico, no ha tenido muchas pruebas de afecto entre sus propios compañeros.
También se ganó importantes críticas durante su desempeño como ministro de Finanzas, cuando se destapó el fraude de la firma de pagos Wirecard, el mayor en décadas en el país. Por si fuera poco, se supo que sus funcionarios habían presionado a los fiscales para que investigaran a los periodistas del Financial Times que habían expuesto el escándalo.
Como resultado el entonces ministro tuvo que declarar ante una comisión parlamentaria y responder ante las acusaciones de obstrucción a la justicia que alegaban que su ministerio no transmitió a los fiscales las pruebas de irregularidades existentes.
Pero Scholz negó cualquier implicación y contrario a lo esperado, cuando fue presentado luego como el candidado del SDP a las elecciones generales, su partido ganó terreno en las encuestas.
Ya había sido señalado antes por otros escándalos mientras él era alcalde de Hamburgo: los disturbios contra el G20 en esa ciudad o el caso CumEx, un importante banco que consiguió no devolver unos 47 millones de euros en impuestos reclamados por la municipalidad.
Pero a pesar de todo, los alemanes parecen confiar en Scholz, una persona seria, pragmática, lacónica y, como su predecesora en el cargo, firme, predecible y estable.
Además, durante la pandemia de covid-19, el actual canciller tuvo la oportunidad de anotarse algunos puntos públicamente, al ser el responsable de proporcionar miles de millones de euros en ayudas a las empresas afectadas y como uno de los diseñadores del fondo de recuperación de la Unión Europea, de 845,000 millones de dólares (750,000 millones de euros).
Scholz supo capitalizar esa ayuda a su favor y ponerse en el centro de atención mientras desplegaba la amplia asistencia financiera que puso en marcha Alemania ante la crisis desatada por la pandemia.
Sus allegados aseguran no haberle escuchado nunca alzar la voz o gritar cuando se enoja. Y muchos señalan que la gran confianza que tiene en sí mismo es una de las principales cualidades que le han permitido sortear obstáculos todos estos años.
Pandemia y diferencias políticas: los principales retos de Olaf Scholz
Pero aunque la pandemia ha sido un contexto que Scholz ha aprovechado para atraer votos, será también uno de los principales desafíos que tendrá que enfrentar como máximo líder del país, en un momento en que Alemania está viviendo récords históricos de contagios darios de covid-19.
El nuevo canciller ya presentó a su ministro de salud: Karl Lauterbach, un epidemiólogo y político socialdemócrata que fue crítico de la gestión del gobierno de Merkel de la pandemia y que aboga por mayores restricciones y por imponer la vacunación obligatoria contra el covid-19, lo cual permite anticipar consecuencias políticas y malestar en un país en el que todavía queda un 30% de la población sin vacunarse y que vivido fuertes protestas por las restricciones.
Otro desafío que enfrenta Scholz es la transición a una economía más ecológica y digitalizada, sin endeudar con ello al país. En la coalición de su gobierno se encuentra el Partido Verde, que estará haciendo especial énfasis en disminuir el impacto ambiental. Él mismo calificó la transición hacia un futuro libre de carbono como la mayor prueba industrial de Alemania en un siglo, y ello implicará un gran desafío.
Pero probablemente entre sus principales problemas tendrá justamente el de manejar las diferencias que existen en su propia coalición de gobierno, conformada por tres partidos distintos, con sus propias agendas y aspiraciones. Esta será la prueba definitiva de las habilidades del pragmático Scholz para lograr concensos.