De Dennis Rodman a la muerte de Otto Warmbier: 6 casos extraordinarios de estadounidenses en Corea del Norte
El Comando de las Naciones Unidas liderado por EEUU en Corea del Sur está ocupado con una noticia que ha dado la vuelta el mundo este jueves un soldado estadounidense que huyó a Corea del Norte.
El soldado Travis King, de poco más de 20 años, acababa de salir de una prisión surcoreana donde estaba detenido por cargos de agresión.
En lugar de subirse a un avión que lo llevaría de regreso a Fort Bliss, Texas, se fue y se unió a un recorrido por la aldea de Panmunjom, donde cruzó corriendo la frontera.
Su caso, si bien extraordinario, no es único.
Algunos estadounidenses han cruzado al otro lado impulsados por el fervor evangélico o simplemente atraídos por el misterio de un estado policial severamente enclaustrado alimentado por protestas antiestadounidenses. Otros, como el basquetbolista Dennis Rodman, no han tenido que entrar de polizones y han sido tratados con honores.
Estos son algunos de ellos.
Charles Jenkins
Nacido en Rich Square, Carolina del Norte, Charles Jenkins fue uno de los pocos soldados estadounidenses de la era de la Guerra Fría que huyó a Corea del Norte mientras prestaba servicio en el sur.
Jenkins, entonces sargento del Ejército, abandonó su puesto en 1965 y huyó a través de la Zona Desmilitarizada que separa las dos Coreas. Corea del Norte trató a Jenkins como un activo de propaganda, mostrándolo en folletos y películas.
En 1980, Jenkins se casó con Hitomi Soga, una estudiante de enfermería japonesa de 21 años que había sido secuestrada por agentes norcoreanos en 1978.
A Soga se le permitió regresar a Japón en 2002. En 2004, a Jenkins se le permitió salir de Corea del Norte y reunirse con su esposa en Japón, donde se rindió a las autoridades militares de Estados Unidos y enfrentó cargos por haber abandonado su unidad y desertar. Fue dado de baja con deshonra y sentenciado a 25 días en una cárcel militar estadounidense en Japón. Murió en ese país en 2017.
Matthew Miller
En septiembre de 2014, Matthew Miller, entonces un joven de 24 años de Bakersfield, California, fue sentenciado a seis años de trabajos forzados por la Corte Suprema de Corea del Norte por cargos de que ingresó ilegalmente al país con fines de espionaje.
El tribunal afirmó que Miller rompió su visa de turista al llegar al aeropuerto de Pyongyang en abril de ese año y itió una “ambición salvaje” de experimentar la vida en prisión de Corea del Norte para poder investigar en secreto las condiciones de derechos humanos del país.
El anuncio inicial de Corea del Norte sobre la detención de Miller ese mes se produjo cuando el entonces presidente Barack Obama viajaba a Corea del Sur en una visita de estado.
Miller fue liberado en noviembre de ese mismo año junto con otro estadounidense, Kenneth Bae, un misionero y guía turístico.
Semanas antes de su liberación, Miller habló con la agencia AP en un hotel de Pyongyang donde las autoridades norcoreanas le permitieron llamar a su familia. Miller contó que cavaba en los campos ocho horas al día y que lo mantenían aislado.
Kenneth Bae
Bae, un misionero coreano-estadounidense de Lynnwood, Washington, fue arrestado en noviembre de 2012 mientras dirigía un grupo turístico en una zona económica especial de Corea del Norte.
Las autoridades del país sentenciaron a Bae a 15 años de prisión por “actos hostiles”, incluido el contrabando de “literatura incendiaria” e intentar establecer una base para actividades antigubernamentales en un hotel en una ciudad fronteriza.
La familia de Bae dijo que padecía problemas de salud crónicos, como dolor de espalda, diabetes y problemas cardíacos y hepáticos.
Bae regresó a Estados Unidos en noviembre de 2014 luego de una misión secreta de James Clapper, entonces director de inteligencia nacional de EEUU, que también aseguró la liberación de Matthew Miller.
Dennis Rodman
Una visita que levantó más de una ceja (y que contrasta con la experiencia de otros estadounidenses en Corea del Norte) es la que el famoso basquetbolista Dennis Rodman hizo al país en 2013.
Kim Jong-un, un aficionado del básquetbol, estaba obsesionado con invitar a una estrella de la NBA y fue así que una delegación norcoreana hizo o con Rodman.
Pero todo comenzó como un error, Dennis Rodman pensó que la invitación que le habían hecho para un partido de exhibición y para firmar autógrafos era para Corea del Sur y no Corea del Norte.
El manager del basquetbolista, Steve Simon, fue quien se dio cuenta de la confusión. “Lo miró y le dijo: ‘Eres un idiota. Déjame ver el contrato”, explicó el agente de publicidad de Rodman, Darren Prince, en el documental dedicado al tema en la serie 30 for 30 de ESPN.
“Entonces le enseñó, ‘mira, ahí dice Pyongyang, Corea del Norte’. Y me dice: ‘No puedes mandar a Dennis a Corea del Norte. ¿Sabes qué tipo de lugar es ese?".
Rodman no se enteró de su verdadero destino hasta que aterrizó en Pekín y su equipo le explicó. “Nadie me había dicho qué era Corea del Norte. [...] Estaba muy ciego, amigo”, dijo a Yahoo Sports.
El basquetbolista llegó a Corea del Norte y fue recibido con honores militares y una alfombra roja. Pero recuerda que pronto se sintió incómodo. “Estaba sentado en una banca y algunas de las personas cercanas a [Kim Jong-un] me pidieron que fuera con ellos. Pensé que me llevarían a una prisión”.
Rodman fue conducido a un asiento especial, donde se sentó al lado del propio Kim Jong-un. Fue invitado cuatro veces más, y el basquetbolista habló con entusiasmo de sus visitas, un ánimo no compartido en Estados Unidos.
El basquetbolista fue a Corea del Norte por última vez en 2017, y hoy atribuye su comportamiento errático de entonces –en el que llegó a decir que Kim Jong-un era “ su amigo para siempre”– a una adicción al alcohol de la que se rehabilitó ese mismo año.
Aun así, dijo que había tenido un papel clave en las negociaciones que culminaron con el encuentro del expresidente Donald Trump con Kim Jong-un en 2019, una información que no fue confirmada por el gobierno estadounidense.
Jeffrey Fowle
Un mes antes de la liberación de Bae y Miller, Corea del Norte también liberó a Jeffrey Fowle, un trabajador municipal de Ohio que estuvo detenido durante seis meses por dejar una Biblia en un club nocturno de la ciudad de Chongjin.
La liberación de Fowle siguió a negociaciones que involucraron al diplomático jubilado y excongresista de Ohio Tony Hall.
Si bien Corea del Norte garantiza oficialmente la libertad de religión, analistas y desertores describen al país como estrictamente antirreligioso.
La distribución de Biblias y servicios de oración secretos puede significar encarcelamiento o ejecución, dicen los desertores.
Otto Warmbier
Quizá el caso más dramático que se recuerde en tiempos recientes es el de Otto Warmbier, un estudiante de 22 años que fue detenido tras supuestamente haber intentado robar un cartel propagandístico en el hotel donde se hospedaba.
Warmbier fue secuestrado por las autoridades norcoreanas de un grupo de turistas en enero de 2016 y sentenciado a 15 años de trabajos forzados.
El joven, que era estudiante de la Universidad de Virginia, murió en junio de 2017, días después de regresar a casa tras pasar 17 meses en cautiverio en Corea del Norte.
Warmbier tenía daño cerebral, estaba en estado vegetativo y su familia aseguró que tenía claras señales de tortura, acusaciones que fueron negadas por el régimen de Pyongyang.
Corea del Norte acusó a Estados Unidos de usar a Warmbier como “campaña de desprestigio” y dijo que el régimen de Kim Jong-un era “la mayor víctima” de la muerte del joven.
En 2022, un juez federal de Nueva York dictaminó que los padres de Warmbier, Fred y Cindy Warmbier, deberían recibir $240,300 incautados de una cuenta bancaria de Corea del Norte, que sería un pago parcial de los más de $501 millones que recibieron en 2018 por un juez federal en Washington.
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