Mientras el DHS pide al Congreso más ayuda para la frontera, los demócratas se preguntan por qué no usa el dinero del muro
Un día después de que el levantar 280 kilómetros (175 millas) de muro en el límite con México, el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kevin McAleenan, envió una carta al Congreso para pedirle a los legisladores que aprueben más ayuda que permita al gobierno poner fin, de una vez por todas, a la crisis que se vive en la frontera.
Fuentes demócratas que pidieron mantenerse en el anonimato dijeron a Univision Noticias que, mientras leían la misiva, se preguntaron por qué el gobierno de Donald Trump no usa los miles de millones de dólares que sacará del Departamento de Defensa para solucionar el problema.
“En vez de eso, acude al legislativo para pedirle más recursos siendo que hace dos meses le aprobamos $4,600 millones para ese mismo propósito. Parece un saco sin fondo, insaciable”, agregaron.
La carta
McAleenan comienza la carta –a la cual tuvo Univision Noticias– agradeciéndole a cada uno de del Congreso la aprobación, a finales de junio, de la Ley HR 3401 que le proporcionó al gobierno fondos de emergencia para atender la crisis.
“Estos montos representan una inversión significativa para financiar las acciones que he dirigido para aumentar la calidad de nuestra atención para quienes están bajo nuestra custodia, y nos han permitido mitigar las condiciones de hacinamiento en la frontera”, asegura. “Su apoyo nos ha permitido continuar nuestros esfuerzos para aumentar el apoyo humanitario para las poblaciones más vulnerables que encontramos cada día a lo largo de la frontera suroeste cada día”, agrega.
Según McAleenan, la situación en la frontera con México “está mejorando en cada métrica disponible”, pero advierte que, a pesar de haber disminuido por ahora el flujo de migrantes, “necesitamos continuar construyendo sobre ese éxito” con “cambios legislativos” que aumenten la asistencia técnica y el trabajo que llevan a cabo las dependencias que participan en la frontera.
Sin más apoyo y cambios a las leyes vigentes, “no habrá una solución duradera para esta crisis”, añade.
El dos tercios de los 11 millones de indocumentados que viven en el país no cruzaron la frontera de manera ilegal, sino que lo hicieron con visa y se quedaron en el país después del vencimiento de sus permisos.
¿
Q
ué quiere el DHS?
La carta no detalla cómo y en qué se han utilizado hasta ahora los $4,600 millones en fondos de emergencia aprobados por el Congreso y cuántos de esos fondos todavía se encuentran disponibles; solo menciona la contratación de algunos médicos para apalear la crisis tras la muerte de niños migrantes en los centros de detención del CBP y lo que quiere hacer el DHS en la frontera en el futuro inmediato para revertir la crisis.
En primer lugar, indica McAleenan, el DHS quiere aumentar las detenciones indefinidas de familias migrantes en la frontera y acelerar los procesos de deportación. “Necesitamos poder procesar a las familias juntas de manera expedita para abordar este problema”, escribió.
En segundo lugar, el director interino del DHS recomienda al Congreso “cambios para facilitar que las personas que buscan protección contra la persecución lo hagan en su propio país o en tercer país seguro, sin tener que hacer el peligroso y costoso viaje hacia el norte”, apunta. “Creemos que las asociaciones regionales (con los países envueltos en la crisis) pueden ayudar a resolver los problemas internacionales que acompañan a la migración ilegal. Estas protecciones deben ser fácilmente accesibles y disponibles cerca del lugar de procedencia”, dice.
La tercera petición de McAleenan es cambiar la denominada Ley de Reautorización de Protección de Víctimas de la Trata de 2008 (TVPRA), que prohíbe al gobierno la deportación inmediata de menores de países no fronterizos, y exige que sea un juez de inmigración quien decida sus futuros en el país. El gobierno de Trump demanda arrestos masivos y deportaciones expeditas y que sean los agentes del DHS quienes determinen si el menor tiene o no una causa legítima de asilo.
El cuatro cambio sugerido en la carta tiene que ver con las reformas a la política de asilo que el gobierno de Trump ha exigido desde que llegó a la Casa Blanca en enero del 2017 y que forman parte de la política migratoria de ‘tolerancia cero’.
Puntos críticos
Entre las modificaciones se cuenta la cancelación del Acuerdo Judicial Flores de 1997 que prohíbe al gobierno federal privar de libertad a menores por más de 20 días y exige, entre otros beneficios, instalaciones adecuadas, atención médica, cuidados especiales y proveerles información para que puedan acceder a asistencia legal pro-bono para defender sus permanencias en el país durante sus procesos de deportación.
“Estos cambios propuestos a la ley son un primer paso esencial para poner fin a la crisis humanitaria y de seguridad en nuestra frontera”, afirma McAleenan. “Sin estos ajustes, la situación en la frontera empeorará con el tiempo y el DHS continuará enfrentando números abrumadores que desafían nuestra capacidad de cuidar a estas personas de una manera que beneficie los ideales de nuestro país”, apunta.
Las fuentes demócratas dijeron que la carta los “sorprendió” en ambas bancadas, y señalaron que el gobierno, por un lado, “argumenta razones de seguridad nacional y emplea fondos destinados a otras prioridades para construir un muro”, pero por otro lado, bajo un argumento similar “pide más recursos para atender la crisis en la frontera cuando debería utilizar el dinero del muro para atender a los miles de migrantes que huyen de sus países en busca de asilo, y no utilizarlos con fines electorales haciendo creer a sus votantes que se trata de una invasión”.
Las críticas formuladas por los demócratas no fueron anticipadas en la carta. “Con su apoyo, los cambios propuestos nos permitirán mantener a las familias unidas en los entornos apropiados, a la vez que nos aseguraremos de que reciban las audiencias de inmigración justas y expeditas”, escribió McAleenan a los congresistas de ambos partidos.
Problema oculto
La carta no hace referencia a las innumerables quejas de abogados, religiosos, organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes, congresistas y la Oficina de Inspector General del DHS), que han denunciado malos tratos y “hacinamiento peligroso” de migrantes, sobre todo en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza.
Entre junio y julio Univision Noticias publicó la serie había dado a luz y criaba a su pequeño en el suelo.
"Y generalmente nos gritan que nosotros somos basura, 'mierda' y que para qué nosotros nos veníamos a los Estados Unidos", contó un niño que huyó de su país a causa de la violencia y la pobreza en busca de asilo. Otro menor relató que en las 'hieleras' le "pegó la calentura (fiebre)" y los obligaron a que mojaran "trapos con agua helada y nos poníamos en el cuerpo para que se nos pasara".
Otro relato cuenta que "había un niño de 9 años que tenía dos meses de estar ahí porque al abuelo lo deportaron. Y a él lo dejaron solo y tenía esa cantidad (de tiempo encerrado) porque él no tiene comunicación con nadie. Y a los chicos gay los vigilaban y se los llevaban a una habitación, y después ya no sabíamos nada de ellos".
La agencia respondió a Univision Noticias que "no creía" en las acusaciones, pero que las investigará para esclarecer las denuncias.
McAleenan dijo en la carta que los actuales programas ejecutados por el DHS en la frontera “cubren temas tan diversos como evaluaciones médicas iniciales, higiene, ropa de cama, alimentos y bebidas, disponibilidad de agua potable, temperatura en áreas de espera y baños”.
Sin embargo, advierte que el número sin precedente de indocumentados (unidades familiares y menores no acompañados) “que estamos encontrando actualmente a lo largo de la frontera, ha ejercido una presión significativa sobre un sistema de seguridad fronteriza con infraestructura diseñada originalmente para evitar el cruce ilegal de hombres adultos solteros y una fuerza laboral de agentes de la ley con recursos médicos mínimos”.
Los demócratas dijeron que la misiva no responde la totalidad de las dudas existentes y que los pedidos de McAleenan para más recursos “no tienen apoyo bipartidista”.
Para aprobar cualquier cambio a leyes vigentes, la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas con 235 asientos (los republicanos tienen 197), necesita 218 votos. Mientras, en el Senado, bajo control republicano con 53 curules (los demócratas tienen 47), se necesitan 60 votos.