El nuevo esfuerzo republicano para regularizar a los dreamers genera temor y escepticismo
Los jóvenes que entraron indocumentados al país antes de cumplir los 16 años y se les conoce como dreamers, no confían en la última promesa del liderazgo republicano del Congreso, que buscará la manera de redactar un proyecto de ley que incluya un camino para legalizar sus permanencias.
El futuro inmediato de los cerca de 700,000 soñadores que se encuentran protegidos por la Acción Diferida de 2012 (DACA), fue revuelta encabezada por el Freedom Caucus, un grupo integrado por representantes moderados.
Tras varias semanas de negociaciones a puertas cerradas, el presidente del Congreso, Paul Ryan (republicano por Wisconsin), prometió el viernes impulsar una iniciativa de ley que incluirá un camino a la legalización de miles de soñadores.
La veintena de congresistas moderados que participan en la revuelta batallan por mantener sus asientos en el Congreso. La mayoría de ellos representan a distritos donde un alto porcentaje de votantes apoya una reforma migratoria favorable a los indocumentados.
Con los ojos encima
Los dreamers no apuestan por resultados positivos para ellos; no confían en un buen resultado al término de las conversaciones prometidas por Ryan.
“Vemos que el debate que está ocurriendo puede abrir una puerta muy peligrosa”, dijo a Univision Noticias Juan Manuel Guzmán, director de asuntos gubernamentales de United We Dream (UWD), el principal grupo de soñadores del país.
“El representante Goodlatte y muchos otros republicanos están empujando para que ocurra un espacio donde ellos puedan presentar un tipo de proyecto de ley ultraconservador”, advirtió.
Guzmán indicó que “ellos quieren normalizar un plan de este calibre donde se habla de cosas muy horrorosas para la comunidad inmigrante”, entre ellas aumentar las redadas, acelerar las deportaciones, eliminar la lotería de visas, construir el muro en la frontera con México y reducir la reunificación familiar.
El plan de Goodlate fue entregado en enero y cuenta con el total respaldo de la Casa Blanca de Donald Trump.
El escenario de Ryan
Ryan no tiene las cosas fáciles de aquí a la elección de mitad de período de noviembre, cuando los estadounidenses elegirán un nuevo Congreso (la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado).
Si se inclina hacia el ala ultraconservadora de Goodlatte, es probable que el Freedom Caucus vuelva a amenazarlo con dividir al partido. Pero si cede demasiado y se acerca a una postura que motive a los demócratas para respaldar un plan bipartidista, Ryan sabe que Trump lo vetará.
“Si hay un compromiso migratorio en el que veamos un plan que se parezca de alguna forma al proyecto Goodlatte, eso no seria un plan que apoyaremos”, dice Juan José Gutiérrez, director ejecutivo de la Coalición de Derechos Plenos Para Los Inmigrantes de Los Angeles, California.
“Es una de las leyes mas restrictivas que este país puede ver en términos de inmigración”, agregó.
“Los republicanos no han sido capaces de hallar soluciones y no tienen una manera de salir adelante con el tema migratorio”, reiteró Carlos Paz, vocero del Caucus Hispano Congresional (CHC).
El plan Goodlatte
Una versión similar fue elaborado y presentada en la Cámara Alta por los senadores Tom Cotton (Arkansas) y David Perdue (Georgia).
Ambas iniciativas, sin embargo, no cuentan con el respaldo de la totalidad de la bancada republicana. En el Senado, en marzo solo 36 de los 51 senadores del partido de Trump votaron a favor del proyecto, a los que se sumaron tres demócratas. Y en la Cámara de Representantes Ryan no ha conseguido los votos necesarios para enviarla al pleno.
El proyecto incluye, además de la construcción del muro en la frontera con México y el aumento de redadas y deportaciones, acelerar juicios a indocumentados, limitar la inmigración en cadena, criminalizar la estadía indocumentada (hasta ahora una falta de carácter civil), construir nuevas cárceles para inmigrantes y reforzar la fuerza nacional de deportaciones que Trump prometió a sus electores durante la campaña.