En China quieren tener bicicletas que purifican el aire

Como si caminar bajo el espeso y repugnante esmog no fuera lo bastante dañino, andar por entre él en bicicleta a un ritmo discreto pudiera hacernos sentir como si estuviéramos aspirando del tubo de escape de un Ford F-150. Sin embargo, en el futuro montar una bici en medio de la contaminación podría ser menos perjudicial, si es que resulta la intervención de dos ruedas que promete el artista holandés Daan Roosegaarde.
La semana pasada el estudio de Roosegaarde, ubicado en Rotterdam, hizo pública su propuesta de ‘bicicleta libre de esmog’. La idea es movilizar flotillas de bicicletas de alta tecnología (quizá a través de programas chinos de bicicletas compartidas, como es el caso de Mobike), a fin de depurar la desagradable polución que cae sobre los enormes centros urbanos de la nación.
En teoría, estas bicicletas incluirían un dispositivo, probablemente ajustado a los manubrios, que puede extraer aire del ambiente y hacerlo pasar a través de filtros de ionización positiva para así remover el material particulado. El resultado: una brisa limpia y saludable soplando en el rostro de los ciclistas. Si un programa así se adoptara a gran escala, estos purificadores podrían incluso tener un impacto marginal en mejorar la calidad general del aire en la ciudad.

El sistema de Roosegaarde emplearía una red de bicicletas, quizás el sistema de bicis públicas, para limpiar el aire alrededor de la ciudad (Studio Roosegaarde).
Sería comprensible que todo esto sonara a un sueño, pero Roosegaarde ya ha realizado una obra concreta –aunque algo rara- en la lucha contra la famosa grisura de las nubes chinas. Hablamos de su ‘Torre Libre de Esmog’, de 23 pies de altura, que fue erigida en Pekín el año pasado para inhalar aire sucio y despedir aire fresco en torno a la estructura.
Para Roosegaarde, el experimento muestra que la torre ha funcionado hasta ahora, removiendo cuando hay buen tiempo hasta un 40% de partículas PM10 y un 25% de partículas PM2.5 dentro de cerca de 30 pies de la torre. Ahora está trabajando en realizar más instalaciones de este tipo en ciudades chinas y cuenta con el apoyo del gobierno central del país para hacerlo (por si usted se está preguntando qué hace el artista con el humo que captura, resulta que la sustancia, a muy bajas presiones, puede ser transformada en joyas finas).
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al Gigante Asiático como el país con el peor índice de contaminación del aire: más de un millón de personas murió de forma prematura en 2012 debido al humo despedido por fábricas, autos, y otras fuentes contaminantes. El estudio de Roosegaarde no se compromete a decir que su sistema de bicicletas esté destinado a combatir el esmog a escala de toda la ciudad, siendo como es un proyecto incipiente. Ahora mismo, parece que la tecnología está orientada a proteger los pulmones de ciclistas individuales.
“Aún estamos en la fase conceptual, por lo que es muy pronto para nosotros el poder responder esa pregunta”, refiere la portavoz Jane Lee. “Por ahora solo queremos expulsar el aire contaminado en torno al ciclista”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.