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CityLab Transporte

Conoce los nuevos scooters que buscan cambiar la forma de moverse por Washington DC

A las llamadas 'dockless bikes' les ha salido un competidor de dos ruedas, eléctrico y divertido con el cual recorrer la ciudad. Y como negocio, puede ser mejor de lo que crees.
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19 Mar 2018 – 12:37 PM EDT
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Estos scooters pueden andar a 15-20 millas por hora, de forma eléctrica. Crédito: Andrew Small/CityLab

Sí, al parecer el futuro ya está aquí.

Aunque las ciudades estadounidenses todavía buscan responderse qué son las ‘dockless bikes’ –esas bicis que no necesitan estacionamientos y se pueden aparcar en cualquier lugar–, algunas empresas de la industria del transporte apuestan a que la gente ya está preparada para la novedad: los scooters públicos. LimeBike, una de las muchas compañías operando ‘dockless’ bicis en Washington DC, liberó una flotilla de scooters eléctricos en la capital del país esta semana, dando inicio, en la Costa Este, a este nuevo sistema.

“Las ciudades están, desaforadamente, buscando alternativas a la congestión”, dijo Maggie Gendron, desarrolladora estratégica de LimeBike, mientras transitábamos por las calles de Washington. “Puede que toque una bici a uno, y un scooter a otro, pero estamos tratando de crear oportunidades para los s que, a diario, van y vienen del trabajo”.

Para algunos, conviene que estos medios de transporte se conecten un tanto con el pasado. Los nuevos scooters parecen un versión eléctrica mejorada de aquellos Razor que causaron furor en la primera década del siglo, y que siguen siendo tremendamente populares. Esta versión adulta tiene llantas de goma maciza, un soporte para el pie y –quizá lo más importante– un acelerador eléctrico en el manubrio, el que permite a los s andar junto a sus contrapartes pedalistas a velocidades de entre 10 y 15 millas por hora. Una aplicación se encargará de la ubicación, el desbloqueo y el pago.

No sin una mezcla de novedad y familiaridad, compañías como LimeBike, Bird y Waybots esperan relanzar el que fue el Juguete del Año en 2001. Presienten que el mercado va más allá de la nostalgia millennial, y, en tiempos de innovaciones móviles, quizás estén en lo cierto. Puede ser que los adultos no compren, a gran escala, estos scooters eléctricos de próxima generación –los que cuestan, aproximadamente, unos $400–, pero tal vez sí desembolsen un dólar o dos para ir o volver del trabajo en uno de estos.


A juzgar por lo que afirma Scott Kubly, jefe del programa de LimeBike, este podría ser un paso decisivo para que hayan más ciudades multimodales. Tener un nuevo juguete en la cuadra podría atraer incluso a choferes, añade, y estos podrían convertirse en nuevos y necesarios s sobre la marcha.

“No podía imaginarme yendo en bici al trabajo con un vestido, pero sí me veo, definitivamente, en un scooter”.


“Los scooters podrían acabar cambiando la forma en que vemos un ‘carril para bicicletas”, dice Kubly, quien fue director del Departamento de Transporte de Seattle hasta hace un mes. “Mientras mayor sea la cantidad de s con que cuentes, más fácil será conseguir la infraestructura requerida”.

Incluso en un recorrido corto, es fácil apreciar cómo este medio de transporte suple carencias de años. La postura erecta que supone el escúter no riñe con ir de traje y corbata, cosa que en la bicicleta es imposible. La comodidad descansa menos en el clima, con la electricidad dándote una mano contra el calor o el viento. Antes de unirse a LimeBike, Maggie Gendron fue miembro del equipo de trabajo del senador Patrick Leahy, de Vermont. “No podía imaginarme yendo en bici al trabajo con un vestido, pero sí me veo, definitivamente, en un scooter”, dijo.


¿Pero hay un problema de imagen que resolver? ¿Los adultos se ven más o menos tontos en un scooter que sobre, digamos, un Segway, un monociclo eléctrico, una hoverboard (tablas de dos ruedas autoequilibrada) u otro medio de transporte del siglo XXI?

Es muy pronto para saber si el sistema de scooters públicos llamará la atención. En mi experiencia, los transeúntes me seguían con la mirada mientras yo circulaba, pero creo que se debe primero que todo a que es algo nuevo; no parecía algo virtuoso ni una declaración de moda, como sí lo fueron las primeras bicicletas públicas e incluso mi viejo Razor. Los scooters son más discretos; al menos pasan más desapercibidos que las bicicletas ‘dockless’; se sienten incluso algo camuflados por el diseño.


LimeBike ha sacado algunas de las 400 bicis que han venido rodando por DC desde septiembre, como parte de un ensayo llevado a cabo por el Departamento de Transporte del Distrito de Columbia (DDOT, por sus siglas). La compañía asegura que reemplazará algunas de ellas con 50 a 100 scooters para el cierre de esta semana.

LimeBike todavía no dispone de un número importante de s, pero Bird, su único competidor en materia de scooters, afirma haber registrado cerca de medio millón de viajes en menos de seis meses de operaciones en zonas de Los Ángeles. Un estimado muy generoso: permitiría hablar de 2.7 viajes diarios como promedio. Comparemos esa cifra con los resultados de la aplicación Transit, que calculó 1.6 viajes diarios en ‘dockless’ bicis al interior de DC, o los 5.3 recorridos al día operados por Capital Bikeshare, desde que comenzara la fase de prueba de las bicis sin estaciones. Bird quiere expandirse a otros 50 mercados, incluyendo este año a Washington DC, tras recaudar $100 millones en una tasación de $300 millones.

“Creemos que los vehículos eléctricos pueden contribuir a resolver este problema del espacio vial, que viene a ser como el del huevo y la gallina, ya que sabemos que las ciudades no necesariamente quieren crear carriles en detrimento de los autos”, dijo el director ejecutivo de Bird, Travis VanderZanden. “Pero si comprobamos una adopción masiva, entonces habría una evidencia para confrontar a las ciudades y demandar más carriles, ahora que hay otra modalidad de transporte. Construir carriles exclusivos es más fácil que excavar túneles”.

Kubly, quien trabajó para el DDOT en 2009, afirma que la sensación más próxima al actual optimismo y al escepticismo en torno a las ‘dockless’ bicis y a los scooters fue cuando el operador Capital Bikeshare de DC lanzó el limitado programa piloto de SmartBike de 10 estaciones.

“Recuerdo que un amigo me dijo 'No puede ser, ¿esas bicis que nadie usa?'”, contó. “Podría pasar lo mismo con los scooters –hasta que no lo experimentes por ti mismo, es difícil saber cuánto éxito van a tener. Pero una vez que descubras lo divertido y útil que pueden ser, podrías pensar '¿Por qué a nadie se le ocurrió esto antes?'”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com

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