Perú "ingobernable": de Fujimori a Castillo, un país donde los presidentes terminan en desgracia
Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y ahora Dina Boluarte: Perú encadena seis presidentes en menos de cinco años, en una espiral de inestabilidad marcada por los escándalos de corrupción y los enfrentamientos con el Congreso.
De hecho, desde Alberto Fujimori (1990-2000), Perú cuenta ya once presidentes, y virtualmente todos han acabado con problemas con la Justicia. Las excepciones son el fallecido Valentín Paniagua (2000-2001), Francisco Sagasti (2020-2021) y, por supuesto, Boluarte, la primera mujer en el cargo.
Así es que el ya expresidente Castillo, destituido el miércoles tras intentar disolver el Congreso en lo que Boluarte y otros llamaron intento de golpe de Estado, es solo el último de una larga lista de presidentes caídos en desgracia.
Prácticamente toda su gestión estuvo marcada por la inestabilidad: tras haber llegado a la presidencia el 28 de julio de 2021 al superar por solo 44,000 votos a la derechista Keiko Fujimori en la segunda vuelta electoral, Castillo llegó a ordenar más de 70 cambios ministeriales en casi 17 meses, incluyendo algunos secretarios novatos en el cargo.
En agosto, Castillo fue objeto de un total de seis investigaciones por corrupción y tráfico de influencias, una situación sin precedentes en Perú. Y el 11 de octubre, la justicia interpuso un recurso de inconstitucionalidad acusándolo del delito de organización criminal de corrupción. Esta investigación sigue en curso.
Sin experiencia política ni apoyos institucionales sólidos, la jugada política con la que Castillo quería evitar un juicio político -el tercero- no tuvo eco ni en las fuerzas armadas ni sus propios colaboradores en el gobierno.
Fueron inevitables los paralelismos a lo que pasó a la historia como el 'fujimorazo'. En 1992, el entonces presidente Alberto Fujimori también ordenó la disolución del Parlamento, pero tenía el apoyo de las Fuerzas Armadas con lo que permaneció en el cargo ocho años más hasta que dejó el poder acosado por escándalos de corrupción.
"Hoy se ha dado un golpe de Estado al mejor estilo del siglo XX. Es un golpe destinado al fracaso, el Perú quiere vivir en democracia. Este golpe no tiene ningún fundamento jurídico", aseveró en radio el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Morales.
Andres Feldmann, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Illinois, explica a Univision Noticias que lo ocurrido en Perú con la destitución de Castillo refleja un proceso de descomposición política en el que ha estado sumido el país suramericano durante los últimos 10 años.
Feldmann destaca que la posición de Boluarte, quien era la vicepresidenta y asumió el mando del país tras la remoción de Castillo, tampoco es fuerte porque fue expulsada de su propio partido Perú Libre. “Va a ser muy difícil para ella poder mantenerse en el cargo” porque carece de piso político, advierte el analista.
El propio Congreso que destituye presidentes está desprestigiado
Tres congresos han usado ocho veces una causal permitida por la Constitución llamada “permanente incapacidad moral” para destituir presidentes.
Así, procesos similares a los que fue sometido Castillo forzaron la caída de los exmandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.
Pero el propio Congreso es la institución más desprestigiada de Perú. Según un sondeo nacional de noviembre del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el Congreso unicameral peruano tiene 86% de desaprobación y apenas un 10% de aprobación.
Fujimori condenado, huido, extraditado y condenado
El 21 de noviembre de 2000, el Parlamento peruano destituyó también por "permanente incapacidad moral" a Fujimori, en el poder desde 1990, quien había presentado su renuncia el día antes desde Japón, donde había huido.
Fujimori fue detenido en 2007 en Chile y extraditado a Lima, donde fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
El expresidente gozó de un breve período de libertad entre fines de 2017 y octubre de 2018, cuando recibió un polémico indulto que posteriormente fue anulado por la Justicia. Fujimori cumple su condena en Lima.
Dimisiones, escapes tragedias
Tras la caída de Fujimori y la presidencia transitoria de Valentín Paniagua, Alejandro Toledo ganó las elecciones en 2001. En 2003, declaró el estado de emergencia ante una ola de descontento social. Parte de la oposición y la prensa exigieron su salida "por incompetencia". El gobierno dimitió en bloque pero él consiguió terminar su mandato.
Eso sí, sospechoso de corrupción por haber recibido fondos ilegales de la petrolera Odebrecht, el expresidente Toledo fue arrestado en 2019 en Estados Unidos y luego puesto bajo prisión domiciliaria tras siete meses encarcelado. La justicia estadounidense autorizó su extradición en 2021, pero Toledo apeló y Perú está a la espera.
Luego, la gestión de Alan García, quien tras gobernar como socialdemócrata entre 1985 y 1990 había regresado al poder en 2006 como un neoliberal. Al segundo año de mandato, aceptó la renuncia del gobierno tras descubrirse un presunto caso de corrupción a favor de la petrolera noruega Discover Petroleum.
También implicado en un supuesto caso de lavado de dinero relacionado con el escándalo de Odebrecht, García se suicidó en abril de 2019 cuando estaba por ser arrestado.
El 6 de junio de 2011, Ollanta Humala se convirtió en el primer presidente de izquierda en 36 años. Un año después, los de su gobierno, criticados por su gestión de los conflictos sociales (17 muertos), renunciaron.
Investigado por el mismo caso, Ollanta Humala recibió prisión preventiva en 2017, acusado de haber recibido tres millones de dólares de Odebrecht durante su campaña. Acusado en 2019, ha estado en juicio, junto con su esposa, desde el 21 de febrero de 2022. En cualquier caso, Humala ha sido el último en completar el mandato constitucional de cinco años. Eso fue en 2016.
La inestabilidad se convierte en extrema en los últimos cuatro años
En 2016, las elecciones para suceder a Humala las ganó el centroderechista Pedro Pablo Kuczynski, quien pronto pasó a ser investigado por presunto lavado de dinero en el escándalo Odebrecht.
El 21 de marzo de 2018, "PPK" renunció en vísperas de una probable votación parlamentaria para acusarlo formalmente de cara a un juicio de destitución. Fue puesto en prisión preventiva y luego bajo arresto domiciliario. Su sucesor fue su vicepresidente, Martín Vizcarra.
El mandato de Vizcarra también estuvo marcado por los enfrentamientos con la mayoría fujimorista en el Congreso, hasta el punto que en septiembre de 2019 ordenó su disolución, decisión posteriormente avalada por el Tribunal Constitucional, y anunció elecciones legislativas anticipadas.
En septiembre de 2020, le presentaron el primer proceso de "permanente incapacidad moral", que consiguió superar, ya que los fujimoristas habían perdido el control del Congreso en las elecciones. Pero en octubre de ese año, los escándalos de corrupción llevaron a que la vacancia consiguiera los apoyos necesarios.
A Vizarra lo reemplazó el presidente de la Cámara, Manuel Merino, quien renunció a los cinco días, presionado por movilizaciones en la calle y la clase política. El ingeniero Francisco Sagasti, presidente electo del Parlamento, asumió la presidencia interina entre noviembre de 2019 y julio de 2021. Luego ganó Castillo y ya sabemos cómo acabó su mandato.
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