La apuesta de Putin en Venezuela para que Rusia sea 'great again'
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En medio del malogrado levantamiento popular en Venezuela de finales de abril, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó que el asediado líder del régimen, Nicolás Maduro, se estaba preparando para abandonar el país rumbo a Cuba, pero que Rusia lo convenció de que no lo hiciera.
"Tenía un avión en la pista, estaba listo para irse (...) Es lo que tenemos entendido, y los rusos le indicaron que debía quedarse", dijo Pompeo en una entrevista con CNN.
Pompeo no ofreció evidencias, pero sus comentarios, junto con la reciente llegada a Venezuela de 100 tropas rusas y dos aviones militares, sirvieron para reforzar la narrativa de que Moscú respaldaba firmemente a Maduro y se había convertido en un obstáculo importante para los esfuerzos internacionales encaminados a restablecer la democracia en Venezuela.
Algunos expertos en Venezuela cuestionan si Rusia se ha comprometido realmente a defender a Maduro, o si en cambio está enfrascada en un astuto juego diseñado para proteger sus inversiones petroleras en Venezuela mientras adopta la postura de un actor global en el 'patio trasero' de Estados Unidos.
"Creo que hemos visto algunos mensajes sutiles, pero claros, de que Moscú estaría abierta a una posible solución alternativa para Venezuela, aunque no puede dar la impresión de que abandona totalmente al régimen de Maduro", dijo Maximilian Hess, analista de AKE International, una firma consultora de riesgos políticos y seguridad con sede en Londres.
"Los intereses de Rusia en Venezuela son el resultado de un esfuerzo de diez años para asegurar acuerdos petroleros y obtener beneficios. La geopolítica es una cereza en el pastel, pero no mucho más", agregó.
Las expresiones públicas de preocupación de Estados Unidos por las intenciones de Moscú llegaron incluso a manifestarse en las declaraciones de altos funcionarios de la istración Trump que invocaron la infame Doctrina Monroe, una política estadounidense del siglo XIX que se oponía a la injerencia extranjera en su hemisferio.
"Los destinos de nuestras naciones no los dictarán las potencias extranjeras; los definirán las personas que viven en este hemisferio. Hoy, proclamamos con orgullo para que todos lo escuchen: la Doctrina Monroe está viva y coleando", le dijo el director de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, a Univision en una entrevista el mes pasado.
Llamadas y reuniones
Tan sólo en las últimas semanas, los funcionarios estadounidenses y rusos han tenido ya varias reuniones y llamadas telefónicas en las que ha surgido el tema de Venezuela. Pompeo intercambió acusaciones con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una llamada telefónica realizada en mayo, pero prevaleció la razón cuando se reunieron a principios de esta semana en Sochi, donde acordaron con más cortesía mantener sus opiniones encontradas.
En medio de todo esto, Trump también mantuvo una larga llamada telefónica con Vladimir Putin tras la cual el presidente de Estados Unidos dijo que le fue asegurado que Rusia "no está intentando involucrarse para nada en Venezuela".
"Eso es lo que Moscú quiere. Dan la impresión de estar enfrentándose a Estados Unidos", dijo Russ Dallen, director gerente de Caracas Capital, un banco de inversiones boutique con sede en Venezuela, que monitorea estrechamente la industria petrolera. "Reciben mucho a cambio de muy poco. Buscan volver a los días de gloria de la Guerra Fría, por eso Putin puede hacerse su propia gorra roja (como Trump): 'Haz de Rusia un gran país nuevamente'".
Sin embargo, muchos analistas dicen que la idea de que Rusia esté intentando establecer una nueva cabeza de playa en Venezuela para promover sus intereses geopolíticos es una mala interpretación de sus intereses económicos y su alcance global.
"Básicamente están jugando un juego para sacar ventaja donde no existía", dijo Fernando Cutz, ex director para Sudamérica del Consejo de Seguridad Nacional, que asesora a la Casa Blanca sobre política exterior. "Hasta hace seis meses eran irrelevantes. Luego, después de que la istración Trump decidió intentar eliminar a Maduro, vieron una oportunidad. Enviaron unas pocas tropas y se volvieron relevantes. Es una jugada maestra", agregó.
Rusia captó la atención de los medios en diciembre del año pasado, cuando dos aviones bombarderos estratégicos rusos capaces de transportar armas nucleares aterrizaron en Venezuela. A finales de marzo, dos aviones militares que transportaban a unos 100 efectivos rusos adicionales llegaron a Caracas.
Rusia dejó de invertir
De hecho, la relación entre Rusia y Venezuela ha vivido mejores momentos. Los lazos económicos, incluyendo los grandes préstamos, las inversiones en petróleo y gas y los acuerdos de armas se han reducido en los últimos años debido a que el país se ha hundido en el caos y la corrupción. Sus recientes despliegues de tropas y aviones tienen más que ver con la protección de sus intereses petroleros. "No han invertido más dinero en Venezuela desde hace mucho tiempo", dijo Hess.
La enorme compañía petrolera estatal rusa, Rosneft, ha otorgado al menos 17,000 millones de dólares en préstamos y líneas de crédito desde 2006, según Reuters, principalmente en pagos anticipados por suministros de crudo venezolano. Rosneft también tiene una participación del 49.9% en la refinería estadounidense Citgo por un préstamo hecho en 2016 de aproximadamente 1,500 millones de dólares.
Algunos de esos préstamos fueron para comprar rifles Kalashniko, aviones Sukhoi, tanques y otros equipos militares de fabricación rusa. Rosneft, cuyo director ejecutivo, Igor Sechin, ha realizado varias visitas a Venezuela, tiene participación en varios proyectos petroleros del país. Hasta el momento, aunque ha incumplido el pago de los 25,000 millones de dólares que debe a tenedores de bonos, Venezuela ha cumplido con sus pagos a Rusia, incluyendo los 500 millones anunciados esta semana, con lo cual redujo su deuda a 1,800 millones.
Al ritmo actual, el préstamo podría quedar liquidado en su totalidad el próximo año. En ese caso, ¿estaría Rusia abierta a un acuerdo para destituir a Maduro? Algunos expertos dicen que no es inverosímil, pero no está claro qué puede ofrecerle Estados Unidos a Rusia.
Algunos de los atrevidos movimientos de Putin en Venezuela se consideran represalias por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania — y las sanciones contra Rusia después de su anexión de Crimea en 2014. "Aceptarían ese acuerdo en un milisegundo", dijo Hess, refiriéndose a un hipotético acuerdo de Estados Unidos para levantar las sanciones (contra Rusia) o abandonar Ucrania.
En una conferencia telefónica esta semana, el vicepresidente de Rosneft, Didier Casemiro, dijo que Estados Unidos había dado permiso para que Rosneft utilizara el petróleo venezolano para abastecer una gran refinería inmediata.
Pero, a pesar del aparente bromance entre Trump y Putin, eso es algo que probablemente la Casa Blanca no haría, dicen los expertos, pues estaría revelando demasiado y mostrando la debilidad de Estados Unidos. "¿Por qué nos retiraríamos de una situación falsa que los rusos han creado en Venezuela?", preguntó Cutz, agregando que las historias de Pompeo y Bolton acerca de la influencia de Moscú sobre el destino de Maduro podrían ser exageradas.
"Ni siquiera sé si, aunque ellos (Rusia) quisieran colaborar con nosotros, realmente podrían contribuir mucho", dijo.
Rusia carece de medios
Sin dudas, Rusia carece de medios para que sus aviones y buques de guerra establezcan una presencia significativa en Venezuela. Por ejemplo, a finales de marzo, Rusia trató de fondear un gran buque de guerra en Malta que, según lo que los funcionarios le dijeron a BuzzFeed News, iba rumbo a Venezuela. Según informes, los diplomáticos rusos intentaron comprar en la isla equipos antidisturbios y cápsulas de gas lacrimógeno que, según las sospechas de los funcionarios, querían cargar en el barco.
Eso sucedió días después de que Malta, miembro de la Unión Europea, le negara a Rusia el permiso para usar su espacio aéreo para enviar aviones militares a Venezuela desde Siria.
"No tienen capacidad para reabastecer sus aviones ni sus barcos", dijo Dallen. "Eso demuestra que realmente no son un actor global. Realmente no podrían competir con nosotros en Venezuela, incluso aunque quisieran".
Cutz es de los que dicen que Cuba y China parecen tener más influencia. Se estima que Cuba tiene una importante presencia en seguridad, apoyando a Maduro con la contrainteligencia en contra de la oposición y de la deslealtad entre sus militares; mientras que a China se le deben 20,000 millones de dólares en deudas y tiene una importante participación en la industria del petróleo y el gas.
De hecho, como han dicho en repetidas ocasiones los funcionarios estadounidenses, el régimen de Maduro se ha transformado en una cleptocracia sostenida por la corrupción pública masiva y el tráfico de cocaína colombiana. "No necesitan mucha ayuda externa", dijo Cutz.
Así como los funcionarios estadounidenses pueden haber sobreestimado el papel de Rusia, los expertos advierten que es un error subestimar el poder de permanencia de Maduro.
Sanciones
El gobierno de Trump impuso sanciones a los envíos de petróleo venezolanos a fines de enero, incluyendo la prohibición de cualquier tipo de transacción en dólares con la empresa petrolera estatal PDVSA. Las sanciones se diseñaron originalmente para asfixiar la economía y doblegarla en tres o cuatro meses, dijo Cutz, quien ayudó a redactarlas antes de abandonar el Consejo de Seguridad Nacional el año pasado. "Ya pasamos eso. ¿Cómo siguen manteniendo el flujo de dinero?", preguntó, sugiriendo que Estados Unidos también podría haber subestimado la magnitud de la economía ilícita — drogas y extracción de oro y otros minerales preciosos.
Irónicamente, Rusia ha incrementado sus envíos de petróleo a Estados Unidos en las últimas semanas, aprovechando el déficit en las importaciones estadounidenses que han dejado las sanciones contra Venezuela. "Los envíos rusos que vienen a Estados Unidos se han intensificado enormemente", dijo Dallen. Por ejemplo, en la primera mitad de este mes, 13 buques de Rusia llegaron a Estados Unidos y trajeron casi 5 millones de barriles de crudo y productos derivados del petróleo, "y hay más buques en camino", añadió, duplicando con creces, casi triplicando, la cantidad mensual de petróleo crudo que Moscú envió a Estados Unidos el año pasado.
"Está claro que sí quieren tener un puesto en la mesa en la era de la Doctrina Monroe", dijo Hess. Aunque es posible que Moscú aún no esté dispuesta a abandonar a Maduro, todavía se puede llegar a un acuerdo, como sugiere el reciente ajetreo de llamadas telefónicas y reuniones. "Incluso el hecho de que estén teniendo conversaciones es una victoria para Rusia. Los rusos solo tienen que conseguir algo que los haga quedar bien", agregó Hess.
En ese caso, Moscú podría estarle dando los toques finales a una de sus mansiones en el lujoso suburbio de Barvikha, el balneario del presidente de Rusia, popular entre los rusos ricos y algunos ex líderes extranjeros no gratos, según The New York Times, incluyendo a la esposa y los familiares de Slobodan Milosevic, el desprestigiado ex presidente de Serbia.