El petróleo venezolano: ¿salvavidas o talón de Aquiles de Maduro?
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Después del fracasado intento por llevar ayuda humanitaria al pueblo venezolano el fin de semana pasado, la campaña internacional de decenas de países para obligar a Nicolás Maduro que deje el poder parece destinada a convertirse en una larga guerra de desgaste.
El enfoque ahora está cambiando hacia una estrangulación lenta y constante de la economía venezolana, rica en petróleo, con el aumento de las sanciones estadounidenses contra la empresa petrolera estatal, PDVSA, la antigua gallina de los huevos de oro que ahora algunos ven como el talón de Aquiles de Maduro.
Pero los expertos advierten que las sanciones nunca son perfectas y que la industria petrolera es tan fluida que puede ser difícil alejar completamente a los compradores del petróleo venezolano.
"El petróleo es una mercancía y al precio adecuado la gente lo va a comprar. Es como las cosas robadas; siempre hay alguien dispuesto a hacer dinero", dijo Russ Dallen, director gerente de Caracas Capital, un banco de inversión con sede en Venezuela que monitorea estrechamente la industria petrolera.
Bajo las sanciones anunciadas por el gobierno de Trump a finales de enero, Estados Unidos ya ha incrementado la presión sobre PDVSA, pues ordenó que todos los pagos estadounidenses de importaciones de petróleo de Venezuela se desvíen a una cuenta de fondos en custodia "bloqueada" a la que el régimen de Maduro no tiene .
Al hacer el anuncio, el asesor del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo que se bloquearon inmediatamente $7,000 millones en activos y estimó que Maduro perdería $11,000 millones en ingresos por exportaciones durante el próximo año.
Funcionarios estadounidenses acusaron al régimen de Maduro de "saquear" a PDVSA para llenarse sus propios bolsillos y comprar la lealtad del Ejército. "El objetivo principal para Estados Unidos parece ser cortarle el suministro de efectivo al régimen de Maduro", dijo Eric Smith, experto en la industria petrolera y director del Instituto de Energía de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans.
Maduro, a quien sus enemigos consideran un dictador y usurpador, ha rechazado los esfuerzos diplomáticos para negociar su renuncia. Y a pesar de algunas deserciones, en su mayoría de bajo rango, las fuerzas armadas se han mantenido leales a él. Aunque la istración Trump ha dicho que todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo la intervención militar, la mayoría de los gobiernos de la región parecen reacios a tomar ese camino, a menos que las circunstancias extremas lo requieran, como un ataque a una embajada extranjera en Caracas por parte de las fuerzas de Maduro, o una masacre al estilo de la ocurrida en la Plaza de Tiananmen.
"Un trabajo incremental"
En reconocimiento al control del poder que posee Maduro, los diplomáticos ahora están pidiendo paciencia. "¿Es una transición que va a ser inmediata? Probablemente no. Va a ser sistemática, no probada, se trata de un trabajo incremental", le dijo esta semana Gonzalo Koncke, jefe de personal del secretario general de la OEA, Luis Almagro, a la agencia de noticias española EFE.
Eso deja las sanciones como la principal herramienta.
Aunque son célebremente ineficaces, Venezuela es más vulnerable a las sanciones que la mayoría de los países, pues el petróleo representa el 92% de su economía. Alrededor del 50% del petróleo que produce se destina directamente a los pagos de deudas, principalmente a China. La otra mitad se vende y casi el 90% va a refinerías estadounidenses en Texas y Louisiana.
"Estados Unidos controla del 80% al 82% de la entrada de efectivo a Venezuela", dijo Fernando Cutz, quien trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca con los presidentes Obama y Trump antes de dejar el gobierno el año pasado. Estimó que, si bien es probable que Venezuela encuentre nuevos mercados para su petróleo, cortar los envíos a Estados Unidos probablemente "bloquearía el 50% de su economía".
Al no poder recibir los pagos del petróleo que se le vende a Estados Unidos, Maduro ya comenzó a buscar mercados alternativos, como India, el segundo país más poblado del mundo con 1,400 millones de personas y un mercado de combustible en rápido crecimiento que tiene una gran sed de combustible conforme su población pasa de las bicicletas a las motos y los automóviles.
"Los indios aman el petróleo venezolano", dijo Dallen. "Es muy pesado, como el alquitrán, pueden convertirlo en asfalto y usarlo para hacer carreteras".
En el mes hasta la fecha, las importaciones estadounidenses de petróleo venezolano han caído a mínimos históricos, la semana pasada bajaron casi un 70% desde el comienzo del año, según la istración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Venezuela envió un promedio de 580,000 barriles por día de petróleo crudo y productos derivados a Estados Unidos en 2018. La semana pasada esa cifra cayó a 208,000 barriles.
Las sanciones estadounidenses también prohíben el uso de dólares estadounidenses en cualquier transacción de PDVSA. Sin embargo, las sanciones no pueden impedir las operaciones de trueque o las transacciones no monetarias por petróleo con PDVSA o el uso de otras monedas como el euro.
Deuda y flujo de efectivo
Pero para eludir las sanciones, Maduro enfrenta, según expertos, varios problemas, incluyendo la forma de llevar el crudo a nuevos destinos y el costo de hacerlo. "El problema será el retraso en el flujo de efectivo y un precio por barril más bajo en comparación con las entregas a Estados Unidos", dijo Jorge Piñon, exejecutivo del petróleo y director del Programa de Energía para América Latina y el Caribe de la Universidad de Texas en Austin.
Los envíos de petróleo a China no producen efectivo pues Venezuela aún está pagando $65,000 millones en préstamos, de los cuales $20,000 millones están aún pendientes. Venezuela también le debe $2,300 millones a Rusia, que está pagando con petróleo.
Incluso aunque se encuentren nuevos mercados, el costo del envío al otro lado del mundo en lugar del viaje relativamente corto a través del Caribe hacia Estados Unidos, reducirá las ganancias. A esto se le suma el mercado limitado para el crudo pesado venezolano, conocido como 'orimulsión' al mezclarse con agua, que contiene mucho azufre y requiere una capacidad especial de refinación, por lo que el valor disminuye.
Pero los funcionarios estadounidenses reconocen que las sanciones tienen brechas, especialmente si se considera que 50 países de Naciones Unidas, entre ellos Rusia, China, Turquía e Irán, no han reconocido al nuevo presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y han prometido continuar apoyando a Maduro.
En una reunión celebrada el lunes por líderes extranjeros del llamado Grupo de Lima, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, llamó a todos sus 12 , entre ellos Brasil, Argentina, México y Colombia, a congelar inmediatamente los activos de PDVSA. "Es hora de hacer más", dijo Pence. "En los próximos días, Estados Unidos anunciará sanciones aún más fuertes contra las corruptas redes financieras del régimen. Encontraremos hasta el último dólar que se hayan robado y le devolveremos ese dinero al pueblo venezolano", agregó.
El senador estadounidense Marco Rubio le dijo a Univision Noticias que tiene esperanzas de que más países que reconocen a Guaidó corten las transacciones comerciales de petróleo venezolano con Maduro. "La presión internacional continúa aumentando sobre Maduro y sus compinches, lo que les hace más difícil mantenerse en el poder," dijo. "Continuaremos instando a todos los países a que apoyen al presidente interino Juan Guaidó y los esfuerzos del pueblo venezolano por restablecer la democracia y el orden constitucional", agregó.
Incompetencia, produccion en caída
Irónicamente, el mejor aliado de Washington para cortar el de Maduro a los ingresos provenientes del petróleo ha sido el propio Maduro, gracias a la mala gestión de PDVSA. Venezuela posee las reservas de petróleo probadas más grandes del mundo de más de 300,000 millones de barriles, pero su producción de petróleo crudo se ha desplomado en un 70% en las últimas dos décadas, de tres millones de barriles por día en 1998 a apenas un millón de barriles por día en enero. Según el informe mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El actual director de PDVSA, el general Manuel Quevedo, es un oficial militar de carrera sin experiencia en la industria petrolera. "Quevedo ha hecho el trabajo de nuestras sanciones por sí solo debido a su incompetencia", dijo Dallen. "Ellos mismos han matado la gallina de los huevos de oro", agregó.
Como resultado, casi 20 años después de que Hugo Chávez lanzara su "revolución bolivariana", la economía venezolana está en caída libre, los alimentos y las medicinas están escasas e inasequibles, la hiperinflación se encuentra a una tasa anual del 800,000% y aproximadamente tres millones de venezolanos se han ido del país.
Sanciones de anaconda
Aún así, los expertos señalan que las sanciones suelen tardar años en funcionar, o fracasar por completo, dado que no cuentan con un respaldo unánime en todo el mundo, como es el caso del gobierno comunista de Cuba que ha sobrevivido más de 50 años bajo el embargo estadounidense. "Si Maduro puede obtener nuevos salvavidas, entonces no se sabe cuánto tiempo puede aguantar", dijo Eric Farnworth, un experto en América Latina del Consejo de las Américas. "Sin embargo, lo que sí se puede anticipar es que habrá una mayor presión sobre el régimen, que lo apretará como las grandes anacondas que habitan las aguas de Venezuela".
Para evitar que Venezuela exporte petróleo a lugares como India, es posible que Estados Unidos tenga que tomar medidas impopulares, incluyendo sanciones secundarias contra otras empresas petroleras extranjeras. "El mensaje sería: si tocas el petróleo, te mueres, es la fruta del árbol envenenado", dijo el exembajador estadounidense John Feeley, analista de asuntos exteriores de Univision.
El consejero de seguridad nacional de Trump, Bolton, ya insinuó algo semejante en un tuit al advertirles a banqueros y corredores de petróleo que no comercien con los productos básicos "robados" de Venezuela, como el petróleo y el oro.
A diferencia de las sanciones estadounidenses a Irán, Estados Unidos no ha prohibido el uso de la banca y los envíos para comercializar petróleo venezolano en otras partes del mundo o por parte de empresas no estadounidenses. Por ejemplo, la empresa petrolera rusa Rosneft, controlada por el Kremlin, es propietaria de la refinería Vadinar en India, que compró en 2017 para manejar el crudo pesado de Venezuela. Otra compañía india, Reliance Industries, también es un cliente importante de PDVSA.
No fue una sorpresa para nadie que, menos de dos semanas después de que se anunciaran las sanciones estadounidenses, el director de PDVSA, el general Quevedo, viajara a India diciendo que Venezuela quería duplicar las ventas de petróleo a ese país.
Venezuela espera crear un bloque comercial formado por China, India y Rusia que la ayude a recibir los pagos de petróleo en monedas distintas al dólar, según Quevedo. "Todos podemos construir una economía y esa economía no necesariamente tiene que estar dentro de la economía del dólar", dijo Quevedo a los periodistas en India, refiriéndose a China, Rusia e India.
El gobierno de Trump continúa sancionando a individuos del régimen de Maduro, congelando activos, prohibiendo todo trato financiero con ellos y prohibiéndoles viajar a Estados Unidos.
¿Bloqueo naval?
Otra opción sería un bloqueo naval a Venezuela, una medida rara que Estados Unidos no ha utilizado en este hemisferio desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962. "Los barcos estadounidenses detuvieron los cargueros rusos con misiles a bordo. Eso funcionó bastante bien", dijo Smith, el experto en energía de Tulane. "Creo que Estados Unidos tiene la capacidad suficiente para implementar un embargo efectivo". Sin embargo, podría requerir el uso de fuerzas navales para interceptar a los buques petroleros que se sospecha que ingresan o salen de los puertos venezolanos", dijo Smith.
No obstante, eso probablemente "no les guste a los vecinos", dijo.