"Socorro al 911": la infraestructura energética de Cuba está en ruinas y el gobierno pide ayuda urgente

Dos enormes barcos con plantas eléctricas en la bahía de La Habana se han convertido en un símbolo de la dramática crisis económica y energética a la que se enfrenta Cuba.
Los barcos, de propiedad turca, funcionan como centrales eléctricas móviles y —junto con otros cuatro fondeados frente a la costa de la isla— proporcionan el 20% de la producción de energía en Cuba. Son refuerzos para las centrales termoeléctricas del país, envejecidas y en decadencia: una de ellas está a pocos metros del puerto, con su gigantesca chimenea que se cierne sobre La Habana Vieja.
Mientras tanto, el país sufre a diario apagones que duran horas y escasez de combustible para el transporte. Por eso, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, viajó la semana pasada a cuatro países en busca de apoyo urgente para rescatar su sistema eléctrico.
No es de extrañar entonces que, además de las paradas en Rusia y China, Díaz-Canel visitara también Turquía, así como Argelia, un país rico en petróleo.
"Lo llamo la lista de llamadas de socorro al 911. Cuba tiene una emergencia", dice Jorge Piñón, un experto en energía nacido en Cuba que trabaja en la Universidad de Texas en Austin.
Aunque fue bien recibido en cada lugar y firmó varios acuerdos públicos, los analistas se preguntan si consiguió lo que buscaba y hasta dónde llegarán para resolver la crisis de energía en la isla, así como una carencia generalizada de artículos básicos, como la sal y el pan.
"No se sacó nada de la manga", dijo Piñón. "El problema es estructural. El sistema eléctrico está quebrado y no se puede arreglar con tiritas", añadió, refiriéndose a las mal mantenidas y anticuadas centrales termoeléctricas de la isla, que requieren una costosa inversión para ser mejoradas o sustituidas.
El gobierno cubano ha reconocido el problema y ha culpado a las sanciones de Estados Unidos, que se endurecieron bajo el mandato del expresidente Donald Trump.
Viaje de Díaz-Canel a cuatro países
Díaz-Canel inició su gira al exterior el pasado miércoles en Argel, donde negoció apoyos para el sector energético cubano, incluyendo una cantidad indeterminada de compra de petróleo y la donación de una planta de energía solar.
En Moscú, Díaz-Canel se reunió con el presidente Vladimir Putin, donde ambos inauguraron un monumento a Fidel Castro. Según los informes oficiales, Díaz-Canel afirmó que "Rusia siempre puede contar con Cuba" y condenó las sanciones de Estados Unidos.
Sin duda, aunque el embargo estadounidense no explica todos los problemas de Cuba, sí que perjudica de forma crítica su capacidad para obtener ayuda financiera de los principales prestamistas internacionales, así como piezas de repuesto para sus refinerías de petróleo y centrales eléctricas.
Los aliados de Cuba no son tan generosos como antes
Hasta su colapso en 1990, la antigua Unión Soviética ofrecía a Cuba una línea vital de importaciones, incluido el petróleo, que cambiaba por azúcar. Sin embargo, la industria azucarera cubana se encuentra en su punto más bajo y el comercio con Rusia se ha reducido a una fracción de lo que era.
Durante las dos últimas décadas, Venezuela ha suministrado petróleo a Cuba, pero también ha pasado por momentos difíciles, ya que su producción se ha reducido en un 80% desde el año 2000.
Por ello, a falta de un gran benefactor, Díaz-Canel emprendió su viaje con la intención de reunir una coalición de ayuda financiera. Pero eso es más fácil de decir que de hacer en el mundo actual. Cuba ya no cuenta con la figura de Fidel Castro, fallecido en 2016, para conjurar la solidaridad internacional.
Y luego están las deudas que dejó Castro. Cuba no ha informado de su deuda externa desde 2019, cuando se situaba en 19,600 millones de dólares.
En 2014, Putin perdonó el 90% de la deuda cubana, mientras que los $3,000 millones restantes fueron refinanciados. Para ayudar al viejo aliado de su país, Putin ofreció la semana pasada refinanciarla de nuevo.
China también acordó reestructurar la deuda cubana y proporcionar nuevos créditos comerciales y de inversión tras una reunión en Pekín entre los líderes de los dos países comunistas. China también donó 100 millones de dólares para ayudar al país a hacer frente a su actual crisis económica, al tiempo que acordó ayudar a completar un par de proyectos de energía eólica y solar.
Presión sobre Cuba para que haga reformas económicas
Pero la generosidad de China tiene sus límites y ha mostrado poco entusiasmo en invertir en Cuba mientras no realiza reformas económicas profundas y se resiste a pasar al modelo capitalista estatal más dinámico de China.
Tras la reunión, Díaz-Canel casi itió lo mismo a los medios estatales que viajaban con él. El presidente cubano dijo que “los resultados han sido satisfactorios". "Yo diría que se van por encima de nuestras expectativas”, agregó.
Pero, también señaló que el líder chino, Xi Jinping, "alertó" que para ampliar su cooperación con la isla, China prestaría atención: "Cómo aprovechamos las oportunidades, cómo somos eficientes, cómo no malgastamos los recursos y cómo logramos que las inversiones tengan un adecuado rendimiento".
El problema al que se enfrenta Cuba, según los expertos, es que su estricto sistema económico, controlado por el Estado comunista, es demasiado ineficaz para generar los incentivos financieros que los inversores necesitan para asegurarse de que van a recuperar su dinero.
"Los argelinos les dieron algo, pero nadie más está en una actitud despreocupada para ayudar a los cubanos", dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba. "El problema para ellos es que Cuba está demasiado endeudada", añadió.
En el pasado, Cuba pudo apelar a la solidaridad de los aliados afines, pero en el mundo actual, posterior a la inflación, hay menos dinero gratis. Mientras tanto, la dirección comunista de Cuba sigue siendo reticente a abandonar su sistema económico.
"Cuando le debes dinero a la gente, ésta colaborará contigo si ve que trabajas para ayudarla. Pero en el caso de Cuba, su actitud es que les debemos este dinero y no queremos hacer ningún cambio que nos ayude a pagarles. Así que queremos que sigan sufriendo con nosotros. Y eso no es una gran estrategia de marketing", dijo Kavulich.
En su último viaje al extranjero, Díaz-Canel visitó Turquía dos veces, al principio y al final de su viaje. Los expertos dicen que eso se debe a que estaba tratando de averiguar cómo pagar los barcos de energía.
Cómo pagar los barcos turcos
Los modernos barcos eléctricos son generadores flotantes alimentados por petróleo o gas y pueden conectarse a la red eléctrica local. El propietario de los barcos, una empresa llamada Karpowership, comenzó a operar en Cuba en junio de 2019, y amplió su contrato el año pasado para incluir seis buques con una capacidad instalada de 420 MW en el país.
"Si Karpowership remolcara todos sus barcos de regreso a Turquía, las luces se apagarían en la mayor parte de Cuba", dijo Kavulich.
El Ministro de Energía de Cuba prometió al pueblo cubano en agosto que los apagones terminarían a finales de año, lo que ahora parece muy poco probable.
El sistema energético terrestre de Cuba depende de una combinación de plantas ineficientes alimentadas por petróleo, así como de cientos de generadores más pequeños y una proporción ínfima -alrededor del 5%- de fuentes de energía alternativas.
En 2014, Cuba anunció el objetivo de que el 24% de su electricidad proceda de fuentes renovables para 2030. Cuba cuenta con varios proyectos de energía renovable a escala de servicio público, incluidos los planes para instalar 700 mw de parques fotovoltaicos para 2030, así como 300 mw de cinco plantas de biomasa situadas en ingenios azucareros y tres parques eólicos que suman otros 125 mw. Pero todos estos proyectos están retrasados o han tenido problemas de financiación.
Las relaciones entre EEUU y Cuba se congelan tras la visita de Obama
Durante décadas, el gobierno cubano ha pedido a su pueblo que resista todo tipo de dificultades económicas, pero la situación actual es la peor de los últimos 30 años.
Cuba ha intentado relajar sus controles económicos en el pasado cuando se ha enfrentado a problemas económicos, más recientemente durante un breve período de calentamiento de las relaciones con Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama. Eso llevó a un mini-boom en los pequeños negocios del sector privado de Cuba, incluyendo restaurantes privados - llamados 'paladares' - y pequeños hostales familiares -tipo Airbnb- y algunas inversiones estadounidenses en hoteles, aerolíneas y cruceros.
Pero Cuba se pusó el freno de mano después de que Obama hiciera una histórica visita a la isla en marzo de 2016. Luego, muchas sanciones estadounidenses fueron reimpuestas por el presidente Donald Trump después de que asumiera el cargo en 2017. Posteriormente, el brote de covid diezmó la industria turística de Cuba durante dos años, que ahora lucha por recuperarse.
En el último año, Cuba ha mostrado algunas señales de voluntad para aflojar sus restricciones económicas como una forma de salir de su última crisis.
Pero muchos cubanos han perdido la esperanza de que el sistema cambie. En el último año, más de 225,000 cubanos han abandonado el país, vendiendo todas sus pertenencias para pagar vuelos chárter de 4,000 dólares a Nicaragua, desde donde caminan o toman autobuses hasta la frontera con Estados Unidos.
"Están tolerando al sector privado, pero no les gusta. Están haciendo lo minimo para sobrevivir", dijo Kavulich.