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¿Qué nos quiso decir Michelle Obama con sus arriesgadas botas largas y tornasoladas?

Crearon ovación en el público y dejaron sin palabras a la actriz e ícono de moda Sarah Jessica Parker: el costoso modelo de Balenciaga fue un grito chispeante que representa lo que ella ha elegido para sí misma, un camino mucho más divertido que el de la política.
20 Dic 2018 – 06:53 PM EST
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Michelle Obama con sus Balenciaga de $4,000 conversando con Sarah Jessica Parker en la gira promocional de su libro. Crédito: Getty Images

Michelle Obama apareció en un escenario de Nueva York usando un vestido amarillo y unas botas de un color dorado tornasolado que se trepaban a manera de medias hasta arriba de sus muslos.

Semejante apuesta, que dejó sin palabras incluso al ícono de la moda neoyorquina Sara Jessica Parker que estaba con ella en el escenario, parecía ir mucho más allá que demostrar que esos diseños imposibles y costosos de Balenciaga son permitidos para las mujeres reales.

Ese par de arriesgados zapatos, que se insinuaban por entre su falda y que desataron la euforia de los que habían ido esa noche a oírla hablar de su libro ‘Becoming’, eran realmente la declaración más contundente que ha hecho Michelle Obama recientemente sobre sus pretensiones a futuro: eran un grito chispeante de que ha elegido para sí un camino mucho más divertido que el de la política.

Las botas de 4,000 dólares dejan entrever que la exprimera dama está más alineada con institucionalizarse como una figura de la cultura popular. Con convertirse, si se quiere, más en una estrella pop –que no canta, pero da discursos– que en alguien a quien le interesa volver a los fueros del poder y la Casa Blanca, en donde tanto la quieren ver sus seguidores.


Nada es inocente ni vacuo en las apuestas de moda que hace Michelle Obama. No lo eran en ninguna de las cenas de estado cuando elegía cada vestido como una manera de celebrar a los gobernantes del país invitado y como una estratégica plataforma para hacerle eco a nuevos talentos de la moda local. No lo son ahora, cuando ya avanzada la gira de su libro y en vista de que empieza a bajar la atención que ha vuelto a recibir, lanza una bomba estilística como esta que hace que ni los medios más estrictamente políticos puedan evitar sucumbir y hablar de sus botas.

"Sabía que con mi ropa estaba haciendo una declaración, sabía que ese era el caso. Así que nos preguntamos por qué no usar esta plataforma para alentar a algunos nuevos diseñadores jóvenes que normalmente no recibirían este tipo de atención. Con esas apuestas podíamos cambiar sus vidas. Esa fue una de las razones por las que elegimos a Jason Wu para mi vestido de la posesión”, le confesó esa misma noche Michelle Obama a Sarah Jessica Parker.

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Con el mismo cuidado con el que durante sus años en la Casa Blanca Obama usó sacos Cardigan que la emparentaron con las mujeres comunes y eligió trajes con sus mangas destapadas para enseñar sus torneados brazos y demostrar que el poder podía verse más joven, en la noche de este miércoles Michelle eligió las emblemáticas botas que Demma Gvasalia, directora creativa de Balenciaga, ha venido poniendo en las pasarelas desde 2016.

Entrevistada por la actriz Sarah Jessica Parker, caminando sobre el escenario robándose todas las miradas, Michelle se puso más cerca de los atrevimientos de Rihanna y Jennifer López que también las han llevado y las han hecho casi un clásico de la marca, que de los reservados tacones tipo kitten tan populares entre Hillary Clinton, Theresa May y Christine Lagarde.

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Michelle Obama y sus botas de 4,000 dólares se convierten en la locura en internet
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