“Hay poder en el amor para liberar”: el transgresor discurso del reverendo afroamericano en la boda real
Después de todo el revuelo que causó su birracialidad, al ser hija de una madre afro y un padre caucásico, y de haber incluso recibido amenazas racistas en su contra, Meghan Markle, secundada por el príncipe Harry, hizo de su matrimonio en la capilla de San Jorge una verdadera celebración de sus raíces afros. Una verdadera unión de la casa real británica con lo multirracial, con el mundo real.
A pesar de que el arzobispo de Canterbury fue quien oficializó la ceremonia, fueron las palabras del reverendo Michael Curry, líder de la iglesia episcopal de Estados Unidos y primer afroamericano en ocupar ese puesto, el que removió las fibras de los asistentes a la boda y de los testigos que en millones de hogares del mundo presenciaban la unión.
De manera inesperada citó al líder estadounidense por los derechos civiles Martin Luther King:“Tenemos que descubrir el poder del amor, el poder redentor del amor, y una vez que lo hagamos, haremos de este mundo de antaño uno nuevo mundo, ya que el amor es lo único”, para luego entregarse a un devoto discurso en torno a ese “poder“.
“Hay poder en el amor, no lo subestimen, no lo sentimentalicen demasiado. Hay poder en el amor, si no me creen, piensen en el momento en el que se enamoraron por primera vez, el mundo entero parecía dar vueltas. Hay poder en el amor, no solo en la manera romántica, pero en cualquier forma”, dijo el reverendo con una pasión que conmovía y robaba sonrisas entre los novios.
“Detrás de esto hay una razón, la razón tiene que ver con la fuente: fuimos hechos por amor y nuestras vidas han de ser vividas en ese amor, por eso hemos sido creados y estamos aquí. La fuente del amor es Dios mismo, la fuente de todas nuestras vidas”.
Después del sentido sermón, durante el cual los novios sostuvieron sus manos de una manera muy poco vista en las bodas reales, siempre más ceremoniosas y acartonadas, en la iglesia irrumpieron los cánticos de góspel liderados por la cantante Karen Gibson y ‘El coro del reino’, compuesto por 20 cantantes también afro que interpretaron la legendaria canción de Ben E King ‘Stand by me’ (1962).
La elección fue hecha por la misma Meghan Markle sacudiendo a la realeza británica de los tradicionales coros y poniéndolos de cara a un hit del rhythm and blues
afroamericano.
“No ha habido una boda como ésta en la historia moderna. Fue claramente una partida de la tradición y es sin duda un gran augurio para el futuro de la monarquía”, dijo Ingrid Seward, editora general de la revista Majesty Magazine que sigue de cerca todo lo relacionado con la monarquía británica.
Afua Hirsch columnista del diario The Guardian ha hecho mucho énfasis en la relevancia no solo de esta ceremonia, sino de esta alianza. “No hay que subestimar el simbolismo de una boda real. Desde ahora, va a ser imposible argumentar que ser negro es de alguna manera incompatible con ser británico”.
En ese sentido, los expertos ven que este matrimonio sí representa algo genuinamente diferente a los intentos del pasado de la monarquía por mostrarse más cercana con el mundo moderno. “Este matrimonio hará posible lo que el establecimiento británico creyó imposible: que una persona de la realeza puede amar y casarse con alguien cuya herencia étnica no es solo diferente a la suya, sino cercana a la herencia que más ha sido vista como diferente en Gran Bretaña: la de negros y africanos”, resumió Hirsch.
Para terminar la boda con un último gesto de apertura y, itámoslo, de amor, un joven chelista, inglés y afrodescendiente, conocido como Cello Bae, se encargó de inundar la capilla con notas clásicas para dar fin a la ceremonia. En su cuenta de Twitter, contó que la misma Markle quien lo llamó para que hiciera parte de esta gran celebración; una que pasará a la historia por estrechar verdaderos vínculos después de centurias entre la realeza y las raíces africanas.