Policía investiga como incidente de odio la carta con un polvo blanco enviada a Megan Markle
El 12 de febrero una carta sospechosa dirigida a Megan Markle, la prometida del príncipe Harry, fue interceptada por el escuadrón de seguridad del Palacio de Saint James. Según ha confirmado Scotland Yard, el servicio secreto inglés, en un comunicado oficial, antes de que la carta fuera entregada a su destinataria fue retenida por contener una sustancia sospechosa.
Después de que se realizaran investigaciones por más de una semana, los test han confirmado que se trata de un polvo inofensivo. Sin embargo, la policía metropolitana ha considerado la amenaza como un caso de odio racial que merece ser investigado para establecer la identidad de quien envió el paquete y si está relacionado con otro recado sospechoso entregado en el Parlamento un día después de lo sucedido en el palacio.
La policía tiene argumentos para tratar todo el incidente como un episodio de odio ya que el polvo iba acompañado de una “comunicación maliciosa”.
Desde que se anunció el compromiso entre el hijo menor del príncipe Carlos y Diana de Gales y la actriz nacida en Los Ángeles los comentarios racistas han estado a la orden del día, tanto que en 2016, cuando el romance apenas parecía hacerse serio, el palacio de Kensington emitió un inesperado comunicado diciendo que el príncipe Harry estaba preocupado por la seguridad de su novia y condenando los enfoques raciales que habían elegido varios medios locales para cubrir el romance.
Esta alianza que se sellará en la primavera de 2018 trae consigo unos interesantes desafíos para la monarquía británica: la actriz de 36 años, 3 años mayor que el príncipe, es divorciada, no es británica y además tiene sangre afroamericana por sus venas. Su condición social, lejos de la monarquía, de la nobleza e incluso de la clase alta inglesa, y que además sea de raza mezclada al tener una madre afroamericana y un padre blanco, la convierten en un verdadero hito.
Los expertos aseguran que es posible que en el matrimonio de la pareja se desborde el presupuesto de seguridad de 30 millones de libras esterlinas que se usó en el matrimonio del príncipe Guillermo y Kate Middleton.
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