"Necesito que sea fuerte, su mamá está muerta": el ciclo de dolor que deja cada tiroteo en EEUU
En dos semanas y solo en Texas, 13 personas murieron en dos tiroteos con rifles de asalto. En la lista de fallecidos cuentan dos padres con su bebé de tres años, que murieron baleados mientras pasaban recibieron disparos en la cabeza dentro de una vivienda en un suburbio al norte de Houston.
Son familias destruidas por la violencia de las armas en Estados Unidos en un año que va superando a los anteriores.
Una compilación que arrancaron en 2006 la Northeastern University, la agencia The Associated Press y USA Today —que considera como tiroteo masivo aquellos en los que hay cuatro o más muertos, sin incluir al atacante— muestra 22 incidentes y 115 víctimas hasta el 9 de mayo de 2023, ambos números superiores a los de todos los años anteriores para esta fecha. Las cifras son incluso mayores a las de 2019 y 2022, que habían liderado la cuenta y contaban menos de 20 incidentes para inicios de mayo.
Otra base de datos, la de Gun Violence Archive, una organización que cuenta aquellos incidentes en los que cuatro o más personas mueren o son heridas con armas de fuego, sin incluir al atacante, lleva una cuenta mayor: suma 210 tiroteos masivos en 131 días que lleva 2023.
Para 2019 —cuando ocurrió el tiroteo en El Paso que dejó 23 muertos— la Asociación estadounidense de Psicología publicaba resultados alarmantes de una encuesta realizada a 2,017 adultos, mayores de 18 años y residentes en Estados Unidos. Concluyeron que un tercio de la población consultada aseguraba que el miedo a los tiroteos les impedía ir a ciertos lugares y eventos. La misma proporción manifestó entonces que no podía salir de casa sin sentir que iba a ser víctima de una balacera. Solo 21% dijo que nunca sentía estrés ante la posibilidad de quedar en medio de un tiroteo.
"Está claro que las masacres con armas de fuego están provocando daños a nuestra salud mental y debería preocuparnos particularmente que están afectando la vida cotidiana de muchos de nosotros", dijo entonces Arthur Evans Jr., director ejecutivo de la organización. "Mientras más eventos de este tipo ocurran en sitios a los que concurrimos frecuentemente, mayor será el impacto (...) No es necesario experimentar directamente esos acontecimientos para sentirnos afectados".
Este estudio halló que los sitios que más generaban estrés a los encuestados eran los eventos públicos, los centros comerciales, las escuelas o universidades y los cines.
Cuatro años después, estos espacios siguen siendo escenarios de tiroteos brutales, como el de Cleveland, donde un hombre entró a la vivienda de una familia hondureña y disparó su fusil asesinando a cinco personas; o como el ocurrido en el centro comercial Outlet de Allen, donde un guardia de seguridad llegó con un fusil semiautomático y comenzó a disparar y mató a ocho personas.
Univision Noticias ya había revelado hace un año en el especial Los niños de Uvalde el trauma que dejó en estudiantes sobrevivientes y sus familias el tiroteo en la escuela de Uvalde, en Texas.
A continuación te contamos historias que revelan cómo sigue perpetuándose la marca de dolor y trauma que estas masacres van dejando en los sobrevivientes, sus allegados y en comunidades enteras:
Si necesitas ayuda psicológica, puedes buscar especialistas en tu zona a través del localizador de la Asociación de Psicólogos de Estados Unidos aquí
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