Nuevas evidencias sobre acción policial en masacre de Uvalde: ¿se habrían salvado vidas si los oficiales entraban antes?
El jefe de la policía del distrito escolar de Uvalde, en Texas, muy criticado por la aparente lenta respuesta de los agentes durante uno de los más mortíferos tiroteos en una escuela de Estados Unidos, dijo que no se consideraba la persona al mando mientras sucedía la balacera y asumió que otro funcionario dirigía la operación.
En sus primeras declaraciones tras los cuestionamientos luego de la masacre en la Escuela Primaria Robb donde fueron asesinados 19 niños y 2 maestras, Pete Arredondo dijo al Texas Tribune que nunca se consideró el comandante de la operación policial en el lugar y que no dio ninguna instrucción sobre el ingreso de agentes al edificio.
"No di ninguna orden", dijo Arredondo. "Pedí ayuda y solicité una herramienta de extracción para abrir la puerta" que, según el jefe policial, estaba cerrada con llave, tenía marcos reforzados de acero y no podía ser pateada.
Agregó que desde su teléfono celular pidió equipo táctico, un francotirador y llaves para entrar en el aula. Afirma que se mantuvo alejado de la puerta durante 40 minutos para no provocar disparos y que probó decenas de llaves que le trajeron, pero que, una a una, no funcionaron.
"Cada vez que probaba una llave me ponía a rezar", dijo al Tribune.
Tiroteo en Uvalde: más de una hora de espera por chalecos
Por otra parte, el diario The New York Times publicó un reporte basado en nueva evidencia según la cual la policía estuvo fuera de la escuela durante aproximadamente una hora, a la espera de equipos de protección para los agentes, sabiendo que algunas víctimas necesitaban tratamiento médico urgente.
Videos y documentos referidos por el Times, sin embargo, no dejan claro el momento en que Arredondo y otros oficiales se dieron cuenta de que había heridos en la escuela, ni si se enteraron de las llamadas al 911 de un niño dentro de las aulas que reportaba que varios habían sido disparados pero que estaban vivos.
Las investigaciones preliminares indican que más de una docena de los 33 niños y tres profesores que se encontraban originalmente en las dos aulas permanecieron con vida durante la hora y 17 minutos que transcurrieron desde el momento en que comenzó el tiroteo hasta que cuatro agentes entraron.
"La gente va a preguntar por qué estamos tardando tanto", se escucha decir a un hombre en una de las grabaciones de una de las cámaras corporales que, según los investigadores, podría tratarse del propio Arredondo. "Estamos tratando de preservar el resto de vidas", dice la misma voz.
Los documentos citados por el Times indican que el atacante disponía de un dispositivo que le permitía disparar un rifle semiautomático tipo AR-15 como si fuera un arma automática. Algunos de los agentes que llegaron primero tenían armas largas, más potencia de fuego de la que inicialmente se reportó.
Según el informe, mientras estaba dentro de la escuela, Arredondo se enteró de la identidad del pistolero e intentó en vano comunicarse con él por su nombre. Cuando dos agentes que se acercaron inicialmente a la puerta fueron tiroteados, Arredondo aparentemente priorizó evacuar a otros niños.
¿Se habrían salvado vidas si la policía irrumpía antes en la escuela de Uvalde?
Arredondo aseveró que dejó adrede las radios de la policía y del campus antes de entrar en la escuela, pensando que le retrasaría el ingreso al edificio y dijo al Tribune que sabía que las radios no funcionaban en algunos edificios escolares. La mala comunicación por radio es uno de los puntos bajo pesquisa.
Steven McCraw, jefe del Departamento de Seguridad Pública de Texas, considera que el jefe de la policía escolar, al que describió como el coordinador de la respuesta, tomó la "decisión equivocada" de no ordenar a los agentes que entraran más rápidamente para enfrentarse al atacante.
Las fuerzas de seguridad todavía no han presentado una línea de tiempo y detalles precisos del tiroteo. También han hecho frecuentes correcciones a declaraciones anteriores, muchas de ellas contradictorias.
Los investigadores han estado trabajando para determinar si alguno de los fallecidos podría haberse salvado si hubiera recibido atención médica antes, según un funcionario dijo a AP.
Algunas de las víctimas seguían vivas y necesitaban desesperadamente atención médica mientras se desarrollaban las acciones. Un profesor murió en una ambulancia. Tres niños murieron en hospitales cercanos, según los documentos.
Xavier López, de 10 años, fue uno de los niños que murió tras ser trasladado a un hospital. Su familia dijo que le habían disparado en la espalda y que había perdido mucha sangre mientras esperaba la atención médica. "Podría haberse salvado", cree su abuelo Leonard Sandoval. "La policía no entró durante más de una hora. Se desangró".