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Tiroteo en El Paso

No, no hay un vínculo comprobado entre los videojuegos y la violencia que provoca tiroteos masivos

Por más que se ha investigado el tema, no hay evidencia científica que establezca una asociación. De hecho, países como Corea del Sur o Japón, donde se registran las mayores ventas de videojuegos, tienen índices muy bajos de ataques con armas de fuego.
6 Ago 2019 – 03:17 PM EDT
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Estadísticas indican que cuando aumenta la popularidad de los videojuegos o hay nuevos lanzamientos, la violencia juvenil disminuye. Crédito: Akio Kon/Bloomberg via Getty Images

Desde hace años se ha intentado demostrar sin éxito que los videojuegos llevan a las personas a cometer ataques violentos. No existe ningún tipo de evidencia científica que respalde esta teoría, e incluso numerosas instancias jurídicas como la Corte Suprema de Justicia lo han certificado.

No es la primera vez que se les culpa. El año pasado, a raíz del tiroteo de Parkland, el mandatario convocó a los ejecutivos de esa industria a la Casa Blanca a una reunión que no tuvo mayores repercusiones.

Gremios como la Asociación Estadounidense de Psicología han pedido a los medios y legisladores que dejen de establecer asociaciones entre los tiroteos masivos y los videojuegos. Y, a diferencia de muchos políticos, el público general parece haber entendido el mensaje.


Después del discurso de Trump, miles de personas recurrieron el hashtag "no culpen a los videojuegos" ( #dontblamevideogames) para expresar su opinión.

"He jugado Call of Duty desde el comienzo, es decir llevo más de diez años jugándolo y ni una sola vez he pensado en cometer un asesinato masivo", escribió Sean Maloy.


"Sufro de depresión y los videojuegos me han ayudado a superar las recaídas. Culpar a los videojuegos por la violencia es irrelevante ya que se ha comprobado que no influyen", tuiteó otra usuaria de la red social.

Las estadísticas no mienten

¿Cómo se puede saber con certeza que no hay un nexo entre los tiroteos y los videojuegos? Hay estadísticas que rápidamente desmontan esa creencia. Tal y como revela un gráfico publicado en la página web Vox, si se revisa el uso de videojuegos en otros países y se le compara con los actos de violencia cometidos con armas de fuego, rápidamente se ve que ni Japón, ni Corea del Sur –países con la más alta la inversión per cápita en videojuegos en el mundo– tienen un alto índice de muertes violentas por uso de armas.

Basta una mirada al gráfico para comprobar cómo ninguna otra nación equipara a EEUU en esta categoría.


“Más de 165 millones de estadounidenses disfrutan de videojuegos y miles de millones de personas los juegan en el mundo entero, pero aún así otras sociedades no luchan con los trágicos niveles de violencia que ocurren en Estados Unidos”, declaró la Asociación de Software de Entretenimiento en un comunicado publicado a propósito del tiroteo masivo de El Paso.

Las estadísticas también demuestran que cuando hay picos en la popularidad de los videojuegos, lejos de aumentar, se reduce la violencia juvenil, explica en un artículo el profesor Christopher Fergunson, quien durante 15 años ha investigado los efectos de los juegos violentos.

En uno de sus meta-análisis examinó 101 estudios en la materia y encontró que los videojuegos violentos tenían poco impacto en el comportamiento agresivo o humor de los jóvenes.


Otros estudiosos como Benjamin Burroughs, profesor de medios emergentes de la Universidad de Nevada coinciden. “Con seguridad podemos decir que no hay un vínculo con la violencia y el uso de armas”, declaró a la Associated Press.

El experto aclara que puede haber un aumento de pensamientos agresivos poco después de jugar, pero que esto no se traduce en un aumento en el comportamiento violento. “Muchos jugadores se molestan cuando pierden, pero eso no lleva a una descarga violenta”.

“Es como cuando ves una película triste. Puede que te haga llorar pero no te hace padecer de depresión clínica”, dijo a la AP Patrick Markey, profesor de la Universidad de Villanova, quien se ha enfocado en el tema. En una de sus investigaciones encontró que los hombres que comenten severos actos de violencia, en realidad juegan menos videojuegos que el promedio, algo que explica a profundidad en su libro Why the War on Violent Video Games is Wrong.

Un blanco fácil

¿Por qué entonces persiste esta teoría? Todo apunta a que, al no tener gran capacidad de lobby, la industria de los videojuegos es un blanco fácil al que pueden atacar los políticos cuando ocurren este tipo de actos, algo que no ocurre con otras (un ejemplo: la Asociación Nacional del Rifle).

Las declaraciones en contra de los videojuegos no son nuevas y han venido tanto de republicanos, como de demócratas como Joe Biden.

“Los políticos en ambos bandos acechan a los videojuegos de forma unánime. Los hace ver como si están haciendo algo al respecto”, declaró Markey a AP.

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