Del protuberante tumor que esta bebé tenía en la frente ya no queda rastro gracias a una cirugía
Cuando Chloe McKnight tenía pocos días de nacida su madre notó un pequeño raspón en el área de la frente. Pero, lejos de desaparecer, a medida que la bebé fue creciendo este se hizo más y más marcado y protuberante.
A los dos meses de nacida no quedaban dudas: era un hemangioma, una malformación vascular formada por una maraña de vasos sanguíneos, que puede variar en tamaño y aparecer en cualquier parte del cuerpo.
De acuerdo con la Vascular Birthmark Foundation, los hemangiomas afectan hasta el 12% de los bebés -son los tumores benignos más comunes en infantes- y si bien a veces desaparecen por sí solos o ‘involucionan’ hasta hacerse menos visibles con el paso del tiempo; en otros casos no paran de crecer y por sus dimensiones y ubicación pueden interferir con actividades vitales como comer, respirar, hablar o ver.
Aquellos muy notorios y grandes, como el que Chloe llegó a tener en la frente, pueden afectar el desarrollo psicosocial durante la infancia.
Durante los primeros meses de nacida, sus padres y dos hermanitos mayores lo aceptaron como parte de ella. “Lo besábamos, nos referíamos a él como su ‘fresita’”, cuenta su madre Ashley Mc Knight en conversación con Univision Noticias.
Siempre había que cuidar que Chloe no se tropezara, pues el tumor podía sangrar.
El hecho de estar resguardados en casa por la pandemia evitó que tuvieran que lidiar con comentarios o miradas de terceros.
Pero a medida que la pequeña fue creciendo, y con ella el tumor benigno sobre su frente, su madre decidió buscar un especialista y, a través de un grupo de Facebook, dio con uno de los más prestigiosos expertos en hemangiomas y malformaciones vasculares en el mundo: el doctor Gregory Levitin, director de Marcas de Nacimiento y Malformaciones Vasculares del New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai.
Como padre de una gemela que nació con un hemangioma, él había estado en los zapatos de los McKnight 20 años atrás.
“El caso de mi hija era aun más complejo porque interfería con su capacidad de hablar o alimentarse. No quería que ningún otro papá o hijo tuvieran que pasar por eso. Es tan reconfortante para un padre al que le han dicho que no hay nada que hacer llegar a nuestra página web y saber que hay esperanza, una posibilidad que merece todo niño”, dice en conversación con Univision Noticias.
Desde entonces ha removido miles de malformaciones vasculares -entre ellas un sinfín de hemangiomas-.
Un hemangioma “inusualmente grande y difícil de operar”
A diferencia de otros hemangiomas que pueden tratarse con medicación para reducir su visibilidad hasta quedar prácticamente imperceptibles, el de Chloe -que describe como “inusualmente grande y en un área difícil con pojo tejido como lo es la frente”- requería medidas más extremas.
“Era uno que no se iba a borrar. La única opción era removerlo mediante una cirugía en la que también deberíamos reconstruir gran parte de la frente”, explica Levitin a Univision Noticias.
El timimg en estos casos es crucial: “Aquellos hemangiomas grandes y desfigurantes intentamos atajarlos y operarlos a tiempo, lo que trae ventajas porque restituyes su apariencia a lo normal, lo que favorece el desarrollo psicosocial del niño porque no lidian con esa diferencia que los afecta y puede afectar su autoestima”.
El antes y después de la cirugía
En tres horas la apariencia de Chloe cambió por siempre: especialista de Mount Sinai, Gregory Levitin logró eliminar el hemangioma sobre y preservar el tejido muscular de la frente, de modo que no se alterara su expresión facial.
Al salir del quirófano, ya no había rastros del protuberante tumor de color fresa, sino una cicatriz en el área donde nace el cuero cabelludo que a dos meses de la operación casi no se nota y en cuestión de un año será prácticamente invisible.
La recuperación también fue mucho menos traumática de lo que su mamá esperaba. “A las 24 horas ya era ella misma, activa como siempre”.
El cambio fue tan drástico que costó asimilarlo: “Al principio sentíamos que faltaba un pedacito de ella y sus hermanitos bromeaban diciendo que extrañaban al hemangioma, ahora vemos las fotos del antes y después y vemos que la transformación ha sido asombrosa”, cuenta McKinight.
A padres que estén en una situación similar les recomienda confiar en su instinto e informarse. “Hay que educarse y buscar ayuda. Esta cirugía ha cambiado la vida de Chloé estamos muy agradecidos por eso”.