La Casa Blanca dice que la llegada de indocumentados seguirá mientras no se apruebe la reforma migratoria de Trump
El gobierno de Donald Trump dice que el reciente aumento del flujo de inmigrantes indocumentados en la frontera con México se debe a los fallos en el sistema migratorio actual y culpó al Congreso de no hacer lo necesario para “arreglarlo”.
En un documento publicado por la Casa Blanca en su página digital, reconoce que “recientemente ha habido un aumento significativo en los cruces fronterizos ilegales” y que para empeorar las cosas, “las lagunas (legales) siguen impidiendo la deportación de muchos extranjeros ilegales”, uno de los principales objetivos de Trump fijados durante la campaña.
“Entre abril de 2017 y abril de 2018, el número de cruces fronterizos ilegales se ha más que triplicado”, advierte el documento. Y añade que abril de 2018 “fue el segundo mes consecutivo en el que se detuvo a más de 37,000 personas después de ingresar ilegalmente al país a lo largo de la frontera con México”.
Las razones de Trump
Si bien la Casa Blanca afirma que el problema de la frontera se agravó por la reciente llegada de la Caravana del Viacrucis, lo cierto es que la llegaba de menos de 200 inmigrantes, la mayoría de ellos niños y mujeres, no representan una amenaza teniendo en cuenta los más de 37,000 detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza tras haber cruzado de manera indocumentada la frontera.
Sin embargo, el gobierno insiste en que la llegada de extranjeros a la frontera se ha convertido en un problema de seguridad nacional y exige cambiar la ley para poner en ejecución un duro plan migratorio que, de acuerdo con las promesas de campaña, incluyen la construcción de un muro a todo lo largo de la frontera y la deportación de los 11 millones de indocumentados.
A pesar de las advertencias lanzadas en los casi 16 meses de gobierno, Trump no ha deportado a todos los inmigrantes que quiere y tampoco ha logrado evitar que sigan entrando por la frontera.
“La eliminación de extranjeros una vez cruzan ilegalmente nuestra frontera, se ven obstaculizada por flagrantes fallas en la ley actual y las limitaciones judiciales defendidas por activistas” pro inmigrantes, apunta.
Al tiempo que la Casa Blanca se queja por lo que llama “lagunas” del actual sistema para implementar la dura política migratoria de Trump, la comunidad inmigrante aplaude el hecho que el Congreso no haya cedido a las presiones del presidente para eliminar beneficios clave.
“ Hay cosas que debemos de hacer para mejorar el sistema migratorio, como modernizar y acelerar la línea de espera, que en algunos casos tarda años para resolver un caso”, dice Greisa Martínez, directora de políticas de United We Dream, la principal organización de dreamers de Estados Unidos.
“Muchos programas dan protección a mujeres desprotegidas, resguardan la seguridad de niños que piden asilo, los protege de abusos, garantizan su libertad y facilitan la ciudadanía”, agrega. “El actual sistema refleja la esencia de lo que somos, una nación de inmigrantes. Pero Trump quiere cambiar eso y crear un sistema sólo para personas blancas”.
Manos atadas
El documento de la Casa Blanca enumera la lista de dificultades que tiene el presidente para ejecutar su reforma migratoria:
- No puede deportar inmediatamente a todos los indocumentados arrestados a la frontera.
- Los jueces de inmigración son quienes deciden el futuro de los menores indocumentados detenidos en la frontera.
- Muchos indocumentados presentan casos de asilo fraudulentos.
- Muchos indocumentados liberados no se presentan a las cortes de inmigración para continuar con sus procesos.
- Las cortes de inmigración se encuentran atascadas por culpa del flujo de inmigración indocumentada.
- Existencia de las denominadas jurisdicciones o ciudades santuario.
Trump culpa al Congreso por “no tomar medidas reales para asegurar nuestra frontera y cerrar las lagunas en nuestro sistema de inmigración”.
En el documento, la Casa Blanca menciona dos iniciativas enviadas por el presidente a ambas cámaras del Congreso, una en octubre y otra en enero, planes que, de ser aprobados, el gobierno estima que “asegurarán nuestra frontera porosa y abordarán muchos de los problemas clave en nuestro sistema de inmigración”.
“El presidente Trump ha dejado en claro que se deben tomar medidas, y está exigiendo que el Congreso proporcione las autoridades y los fondos necesarios para garantizar una frontera segura”, advierte.
El problema, advierten organizaciones pro-inmigrantes, grupos de derechos humanos y los demócratas del Congreso, es que los dos planes citados por la Casa Blanca no incluyen mejoras al actual sistema de inmigración, sino una larga lista de propuestas para combatir la inmigración con y sin papeles, y reducir la inmigración en un 50% en un plazo de 10 años.
El plan de octubre
El 9 de octubre del año pasado Univision Noticias reportó que el presidente Donald Trump envió a los líderes del Congreso un documento de 14 páginas con sus condiciones para alcanzar una reforma migratoria.
El plan incluyó la legalización de los casi 700,000 dreamers protegidos por DACA, pero a cambio de:
- Deportar inmediatamente a los menores no acompañados detenidos en la frontera.
- Reformar y reducir la política de asilo.
- Acelerar las deportaciones.
- Aumentar las causas de inisibilidad.
- Castigar severamente el reingreso indocumentado.
- Eliminar las ciudades santuario.
- Castigar a los inmigrantes que dejen vencer sus visas.
- Aumentar el poder de los agentes del DHS.
- Aumentar la verificación de trabajadores legales.
- Establecer un sistema de inmigración basado en mérito (reformar la reunificación familiar)
El plan de enero
A finales de enero, durante el debate del presupuesto para el año fiscal 2018, la Casa Blanca envió al Congreso un marco de principios de reforma migratoria que incluyó un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de dreamers a cambio de $25,000 millones para seguridad fronteriza, incluyendo la construcción del muro en la frontera con México, aumento de redadas y acelerar deportaciones de indocumentados.
El plan, además incluyó:
- Aumentar los poderes de los agentes del DHS, quienes podrán decidir cuándo un individuo puede ser deportado.
- Poner fin a la política del “catcjh and reléase” (capturar y liberar).
- Criminalizar la permanencia indocumentada (hoy en día sigue siendo una falta de carácter civil no criminal).
- Deportaciones expeditas de indocumentados.
- Expulsar inmediatamente a los menores inmigrantes indocumentados que sean capturados en la frontera. Eliminar la ley TVPRA de 2008.
- Poner fin al programa de reunificación familiar (inmigración en cadena).
La nueva estrategia
El lunes la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirsjten Nielsen, anticipó a un subcomité del Senado los planes del gobierno para frenar el flujo migratorio ilegal por la frontera.
Nielsen reveló seis programas en la mira del gobierno y que facilitarían al DHS desarrollar la política migratoria de Trump.
Los programas en la lista son:
- Acuerdo Flores. Prohíbe la detención de menores de edad en instalaciones restrictivas.
- Ley TVPRA. Prohíbe al gobierno deportar a menores de edad que no sean de países fronterizos (México o Canadá) detenidos en la frontera y exige que sea un juez de inmigración quien resuelta su futuro en Estados Unidos.
- Acuerdo Zadvydas. ICE no tiene derecho a mantener a un no ciudadano bajo custodia al que no ha podido deportar por más de seis meses a menos de que presenten claras señales de ser un riesgo para la seguridad nacional.
- Aumentar los castigos de fraudes.
- Cambio en proceso a menores solos no acompañados en la frontera.
- Desmantelar el contrabando de personas.
El gobierno de Trump también contempla deportar a México a todo inmigrante indocumentado que procese sin importar su nacionalidad.
“Nada de lo sugerido en los tres planes incluye mejorar el actual sistema migratorio que nos define como una nación de inmigrantes”, reiteró Martínez.