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    Los "Solucionadores de Problemas", el grupo que complica el regreso de Nancy Pelosi a la presidencia del Congreso

    Son nueve, por ahora, y pertenecen al llamado Caucus de los Solucionadores de Problemas. Sin embargo, para la líder demócrata pueden ser un escollo para ganar la presidencia de la Cámara de Representantes.
    27 Nov 2018 – 01:41 PM EST
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    Nancy Pelosi quedará este miércoles más cerca de cumplir sus deseos de regresar al puesto en el que hizo historia al ser la primera mujer en ocuparlo: la presidencia de la Cámara de Representantes, el cargo que ejerció entre 2007 y 2011.

    Cuando los demócratas se reúnan para elegir a quién nominarán para el puesto que es el de mayor visibilidad en el Congreso y el tercero en la línea de sucesión presidencial, se espera que den a Pelosi el respaldo que viene buscando desde que el partido recuperó la mayoría en la Cámara de Representantes y con ella el derecho a presidir el parlamento y sus comisiones.

    Se da por descontado que Pelosi logre la mayoría simple de votos necesaria para la nominación. Pero la selección interna nunca ha sido el problema para la veterana congresista de California, sino la posibilidad de que en enero, cuando se instale el nuevo Congreso, no logre el apoyo de toda su bancada a la hora de la elección en el pleno y no logre los 218 votos que necesita para asumir el cargo.


    Desde que las elecciones del 6 de noviembre dejaron al Partido Demócrata con una bancada de 233 escaños (posiblemente 234, a la espera de un resultado en el Distrito 21 de California que había sido adjudicado al republicano David Valadao pero cuyo conteo ahora favorece al demócrata TJ Cox por pocos cientos de votos) Pelosi ha visto cómo muchas voces han salido a expresarse en contra de sus planes de repetir como speaker of the house.

    Pelosi llega a la votación del miércoles con la satisfacción de haber desmontado la que parecía la rebelión potencialmente más dañina, la del grupo de 16 congresistas que firmó una carta expresando la necesidad de renovar el liderazgo demócrata pero que, al carecer de propuesta alternativa, terminó aceptando que la actual líder de la minoría es la única opción que tienen para navegar los turbulentos tiempos que vienen dentro del Congreso y su relación con la Casa Blanca de Donald Trump.

    Cuando la estrella del movimiento reformista demócrata, Alexandria Ocasio Cortez, la flamante representante por Nueva York, dijo que Pelosi contaba con su apoyo, parecía que el conato de sublevación quedaba reducido a los firmantes de la carta, quienes de hecho fueron deponiendo su actitud luego de conversaciones con la líder.

    Eso no significa que esté asegurado el resultado de la votación en el pleno de la Cámara de Representantes que se va a instalar en enero y cuya primera medida será elegir quién será su presidenta (o presidente).

    Hay un grupo de 9 demócratas, del bipartidista Caucus de los Solucionadores de Problemas (Problems Solver Caucus) que dice que no respaldará a Pelosi en enero si no se compromete a reformar reglamentos internos que, según ellos, faciliten el trabajo parlamentario. Tienen un plan de tres puntos que se llama precisamente “Romper el estancamiento”. Para contar con sus votos Pelosi solo tiene que aceptarlo, aunque eso signifique reducir el poder que ella tendría como presidenta del Congreso.

    Quiénes son

    Los ‘Solucionadores de Problemas’ son un grupo de congresistas de tendencia moderada de ambos partidos que, ante la creciente tendencia de los últimos años a que demócratas y republicanos se queden en sus trincheras sin lograr compromisos políticos y por tanto avances de leyes, decidieron conformar esa instancia en enero de 2017.


    Lo integran 48 congresistas, la mitad republicanos y la mitad demócratas, y lo presiden Josh Gottheimer, demócrata de Nueva Jersey, y Tom Reed, republicano de Nueva York. Su cometido es lograr consensos bipartidistas en la Cámara Baja y puentes con el Senado para garantizar que las leyes aprobadas por los representantes tengan mayor oportunidad de ser aprobadas por los senadores.

    Pero como destaca un trabajo publicado en The Washington Post a principios de noviembre, el caucus ha resuelto pocos problemas, a juzgar porque solo una de las cinco iniciativas que ha presentado hasta ahora ha tenido éxito: una legislación para detener la difusión del uso de opioides sintéticos.

    El caucus ha presentado la única propuesta de reforma migratoria bipartidista, pero es una de esas iniciativas que no ha agarrado vuelo en el Capitolio.

    Los ‘Solucionadores de Problemas’ quieren que Pelosi se comprometa a adaptar su plan para “Romper el Estancamiento”, que consiste en restarle poder al presidente de la cámara -eventualmente Pelosi- a la hora de
    presentar al pleno iniciativas de ley a ser debatidas.

    Las propuestas

    • Agilizar la discusión de propuestas de ley que tengan el respaldo de al menos 290 de los 454 representantes de la Cámara Baja.
    • Garantizar que cualquier enmienda legal que sea promovida por al menos 20 congresistas sea debatida y votada en el pleno.
    • Permitir que cada representante pueda presentar en cada nueva sesión del Congreso una ley a consideración del comité del que forme parte siempre y cuando tenga respaldo bipartito.

    La presidenta o presidente de la Cámara de Representantes tiene la potestad de presentar a consideración del pleno las iniciativas de ley, por lo que tiene el poder de definir qué cosas debaten los congresistas, algo que algunos critican por considerar que le da un poder desproporcionado a la hora de definir la agenda legislativa.
    Además, bajo la llamada ‘Regla Hastert’, cuando ejercen la mayoría, los republicanos no consideran propuestas que no cuenten con al menos la mitad de sus representantes, lo que en la práctica significa que iniciativas demócratas con algún respaldo republicano tienen menos posibilidades de llegar a convertirse en leyes. Pueden estar de acuerdo 200 demócratas y 100 republicanos, pero como eso no implica a la “mayoría de la mayoría” la regla informal indica que no sea debatido el tema.

    “Si vamos a resolver cosas en reforma migratoria, infraestructura y cuidados de salud, no solo tenemos que tener un voto en la Cámara (de Representantes), sino que en esta era de gobierno dividido, tenemos que lograr que pase el Senado y la Casa Blanca”, dijo este lunes Gottheimer al explicar por qué su insistencia en el cambio de reglas.

    La disidencia progresista

    Pero no todos están de acuerdo con esto que los proponentes consideran que agilizaría y democratizaría el trabajo parlamentario. Entre ellos, Alexandria Ocasio Cortez, quien dejó claro en un mensaje en su cuenta Twitter que la movida favorece al Partido Republicano.

    “9 demócratas están escogiendo mantener como rehén a todo el caucus de más de 220 (representantes demócratas) si no aceptamos sus reglas amigables con el GOP que van a cercenar los esfuerzos sobre el cuidado de salud desde el primer momento. El pueblo nos mandó acá para hacer las cosas, no para ‘negociar’ con una istración que enjaula niños y destroza la salud de pueblo”.

    La posición que defiende Ocasio-Cortez de no transar con los republicanos y ejercer el poder de la mayoría es justamente lo que indican los del Caucus de los Solucionadores de Problemas que los motivó a formar el grupo.

    En el pasado, han sido los republicanos, estando en la minoría y en años recientes ya con el control de ambas cámaras, quienes en su momento se negaron a pactar con sus colegas demócratas o la Casa Blanca de Barack Obama.

    La polarización de las últimas décadas ha terminado haciendo que el trabajo natural del parlamento, la negociación política, se haya convertido en una mala cosa. La idea de que no se pactará con el otro le ha dado réditos, en su momento a la facción conservadora republicana representada en el Tea Party y últimamente al movimiento progresistas dentro del Partido Demócrata.

    Al enfrentar la incipiente rebelión en su contra, Pelosi ha hecho gala de los dotes como negociadora política que le reconocen simpatizantes y detractores por igual. En menos de dos semanas logró que la representante Martha Fudge no solo desistiera de presentar su candidatura al cargo, sino que la sumó a las voces que promueven su regreso a la presidencia de la cámara.

    Tras reuniones con dos de los firmantes de la carta de los disidentes hizo que estos cambiaran de opinión y también se sumaran a la barra que la respalda. Pero no todos los que se oponen a Pelosi firmaron aquella carta, ni se han comprometido a respaldarla en enero.

    Al menos una veintena de representantes demócratas expresaron durante la campaña electoral su deseo de ver nuevas caras en el liderazgo del partido. Para regresar al mando de la Cámara de Representantes, la demócrata necesita 218 votos, lo que significa que no podrá perder más de 18 de los suyos

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