Descalifican a la fiscal que lleva el caso contra Trump por interferencia electoral en Georgia
Una corte de apelaciones de Georgia retiró del caso de interferencia electoral en Georgia contra Donald Trump a la fiscal de distrito del condado Fulton, Fani Willis, por considerar que existió un conflicto de interés al haber mantenido una relación sentimental con un fiscal especial que contrató para llevarle el proceso.
El caso contra Trump y más de una docena de personas ya había estado prácticamente paralizado durante meses, mientras la Corte de Apelaciones de Georgia consideraba la apelación previa al juicio.
Ahora dependerá del Consejo de Fiscales de Georgia encontrar otro fiscal que se haga cargo del caso y decidir si continúa con él, aunque eso podría retrasarse si Willis decide apelar ante la Corte Suprema del estado.
Pero, independientemente de si finalmente es Willis u otro fiscal el que está a cargo, parece poco probable que un proceso contra Trump pueda continuar mientras sea presidente durante los próximos cuatro años. Pero hay otros 14 acusados que aún enfrentan cargos.
Sin importar cómo evolucione la situación, puede decirse que es un triunfo del equipo de defensa de Trump, que desde el principio del proceso ha batallado por anular el caso y sacar a la fiscal Willis del mismo.
Ya dos causas penales federales contra Trump fueron abandonadas después de que el republicano ganara la presidencia en noviembre, mientras que el juez de Nueva York Juan Merchán se ha negado a anular su condena por soborno a principios de este año, aunque el futuro de ese caso también es incierto.
El caso en Georgia contra Trump
En agosto de 2023, un gran jurado de Atlanta acusó a Trump y a otras 18 personas de participar en un amplio plan para intentar anular ilegalmente la estrecha derrota de Trump en las elecciones presidenciales de 2020 ante el demócrata Joe Biden en el estado. Cuatro de ellos se han declarado culpables desde entonces tras llegar a acuerdos con los fiscales. Trump y los demás se han declarado inocentes.
Trump y algunos de los acusados restantes intentaron que Willis y su oficina fueran apartados del caso y que fuera desestimado. Argumentaron que su relación romántica con el fiscal especial Nathan Wade creaba un conflicto de intereses y que ella había hecho declaraciones públicas indebidas sobre el caso.
El juez de la Corte Superior Scott McAfee dictaminó en marzo que no existía ningún conflicto de intereses que debiera obligar a Willis a renunciar, aunque ordenó que uno de los dos fiscales saliera del caso, lo que finalmente hizo Wade.
El fallo de la Corte de Apelaciones indica que McAffee "erró al fallar en descalificar a la fiscal Willis".