¿Podría el senador Bob Menéndez correr la misma suerte que el congresista George Santos?
Días atrás, el ahora excongresista expulsado de la Cámara de Representantes, en una drástica medida a la que se llegó tras meses de investigaciones locales, federales y del Comité de Ética de la Cámara.
Tras ese voto bipartidista que forzó la salida de Santos con la reprimenda de sus propios colegas, muchos se preguntan por qué no ha pasado lo mismo con el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, quien también enfrenta investigaciones federales y serias acusaciones.
Si bien hay similitudes entre el caso de Santos y el de Menéndez, también hay diferencias que hacen que -al menos hasta ahora- el demócrata no haya corrido la misma suerte que el republicano. Particularmente, la manera como cada cámara procesa los asuntos éticos de sus .
Primero hay que comprender ambos casos.
El caso de George Santos
El caso contra Santos comenzó porque se hallaron inconsistencias en su currículum. Apenas elegido para el escaño del Distrito 3 de Nueva York en las elecciones de noviembre de 2022, un reporte señaló que Santos no se graduó en la universidad que dijo, ni trabajó en corporaciones como Citigroup o Goldman Sachs.
"Embellecí el currículum", reconoció entonces. Pero ese fue el puntapié inicial de investigaciones locales, federales y del Congreso.
Santos también hizo afirmaciones dudosas sobre otras facetas de su vida, como una supuesta persecución política y religiosa en Europa a su familia.
¿De qué está acusado George Santos?
En marzo, tras una serie de denuncias, actividades ilegales cometidas en la campaña, violar leyes federales sobre conflictos de interés y conducta sexual inapropiada.
Cuando fiscales federales presentaron cargos, que incluían fraude, lavado de dinero, apropiación de fondos públicos y mentir a la Cámara de Representantes, Santos se declaró inocente en el tribunal de Long Island.
Luego, el Comité de Ética concluyó que Santos "buscó explotar fraudulentamente... su candidatura para obtener beneficios económicos personales" y "robó descaradamente en su campaña, engañó a donantes para que dieran lo que pensaban que eran contribuciones, pero que en realidad eran pagos para su beneficio personal". Santos lo calificó de “parcializado”, aunque el líder del es republicano.
Santos se negó a los pedidos de renuncia de sus colegas partidarios republicanos de Nueva York. Y finalmente, tras sobrevivir dos votos, el 1 de diciembre se aprobó su expulsión con 311 votos a favor y 114 en contra. De esos 311, 105 fueron republicanos. Además, enfrenta 23 cargos federales que abarcan graves acusaciones de conspiración, fraude electrónico, falsificación de registros y fraude de tarjetas de crédito.
El caso de Bob Menéndez
El demócrata ya había sobrevivido a un escándalo previo por cargos de corrupción relacionados con presuntos pagos a cambio de influencia política, pero su juicio en 2017 terminó en fallido por desacuerdos en el jurado.
Ahora, el senador acusaciones.
¿De qué está acusado Bob Menéndez?
El Departamento de Justicia presentó en septiembre tres cargos de corrupción vinculados a un presunto plan de soborno a cambio de usar el poder político como senador para ayudar al gobierno egipcio y a tres empresarios de Nueva Jersey.
"Robert Menéndez supuestamente acordó utilizar su posición oficial para beneficiar a Wael Hana, José Uribe, Fred Daibes y el gobierno de Egipto a cambio de cientos de sobornos a Menéndez y su esposa Nadine Menéndez, que incluían lingotes de oro, efectivo, y un convertible de lujo", dice la acusación.
Un gran jurado apuntó a un plan de sobornos "que lleva años" y que "entre otras cosas, Menéndez... buscó presionar a un alto funcionario del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en un esfuerzo por proteger un monopolio comercial dado a Hana por Egipto, desbaratar un caso criminal relacionado con asociados de Uribe e interrumpir un proceso penal federal iniciado en Nueva Jersey contra Daibes".
Sin embargo, son muchos los colegas del senador que están pidiendo su renuncia. John Fetterman (de Pennsylvania) recurrió recientemente al humor para volver a recordarle a Menéndez que está arrinconado. Para ello, el equipo de Fetterman hizo un video con un cameo con, nada menos, que el mismísimo George Santos que le dice "Bobby... defienda su posición... ¡Manténgase fuerte!".
Su colega por Nueva Jersey, Cory Booker, le pidió que dimitiera, así como los senadores Sherrod Borwn (Ohio), Bob Casey (Pennsylvania) y Tammy Baldwin (Wisconsin) entre muchos otros.
Menéndez se declaró inocente de todos los cargos y dijo que quienes piden su renuncia "lo han juzgado apresuradamente". Aseguró: "Seré exonerado y continuaré siendo... senador".
También el senador está acusado de actuar como un agente no registrado en nombre de otro país (Egipto).
El senador pidió a sus colegas esperar a analizar todos los hechos. Aseguró que los $480,000 en efectivo que la acusación dice que se encontraron en su casa, cajas de seguridad y sobres ocultos en ropa, era dinero para emergencias. Sin embargo, la acusación dice que hay huellas y ADN de Daibes en los sobres.
¿Por qué los casos de George Santos y Bob Menéndez son diferentes?
La primera diferencia es que Santos pertenecía a un cuerpo legislativo (la Cámara Baja) y Menéndez a otro (Senado).
Esto significa que están bajo diferentes modelos de supervisión ética y la Cámara de Representantes posee algo que el Senado no: un no partidista e independiente que no está conformado por los propios de la cámara, la Oficina de Ética del Congreso (OCE, por sus siglas en inglés).
Eso se traduce en que la Cámara de Representantes no ejerce solamente el autocontrol (con su Comité de Ética conformado por congresistas), sino que hay un supervisor diferente que puede recibir denuncias e iniciar investigaciones.
En cambio, en el Senado las investigaciones de violaciones éticas son iniciadas y desarrolladas por el Comité de Ética, conformado por del cuerpo legislativo, es decir: son los senadores controlando a los senadores (solo autocontrol).
Y algunos expertos opinan que es más difícil que los senadores tomen resoluciones drásticas contra sus pares por simple convivencia política. Los senadores tienen mandatos por seis años, mucho más largos que los congresistas -que se reeligen cada dos- por lo que denunciar a un colega senador podría generar un clima tóxico de largo aliento, vendettas, en una cámara donde la coexistencia de los partidos suele ser más amable que en la Cámara de Representantes.
"El Comité de Ética, aunque bipartidista, todavía está compuesto por del Senado encargados de investigar y castigar a sus colegas, de quienes dependen para obtener votos críticos para la legislación en una cámara estrechamente dividida", apunta Delaney Marsco, asesora de ética del Campaign Legal Center, un grupo de observación política no partidista.
"El proceso de ética en el Senado es una caja negra: un ciudadano... o un colega del Senado podría presentar una queja ante el Comité de Ética... pero no existe un proceso público para llevar esa queja a una investigación y llegar a una resolución".
Hasta ahora, el Comité de Ética del Senado no ha abierto una investigación sobre el caso de Menéndez.
La independencia de las cámaras al manejar sus asuntos
Otra diferencia es que, a la hora de votar por la expulsión, la Constitución establece que "cada Cámara puede determinar las reglas de sus procedimientos, castigar a sus por conducta desordenada y, con el consentimiento de dos tercios, expulsar a un miembro". Por un tema matemático, que haya dos tercios en una Cámara Baja de 435 puede ser más sencillo que en el Senado en el que hay solo 100: porque al haber más representantes hay más espectro político y más posibilidades de reunir votos para una posible expulsión.
Menéndez fue "amonestado" en 2018 por el Comité de Ética del Senado por el caso previo en el que fue acusado de aceptar obsequios de un médico mientras utilizaba su posición como senador para promover los intereses de ese médico.
Desde 1789, el Senado ha expulsado solo a 15 . "De ese número, 14 fueron removidos durante la Guerra Civil por apoyar a la Confederación. En varios otros casos, el Senado consideró la expulsión, pero abandonó el procedimiento. En esos casos, la corrupción fue la principal causa de denuncia", informa el Senado.
La Cámara de Representantes, por su parte, expulsó a seis en su historia: tres fueron removidos en la época de la Guerra Civil; dos por casos de sobornos (uno en 1980 y el otro en 2002); y el tercero, George Santos, por acusaciones de múltiples delitos.
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