Corte Suprema decide a favor de la diseñadora web evangélica que se niega a trabajar para bodas gay
La Corte Suprema de Estados Unidos dio este viernes un duro golpe a los derechos de la comunidad LGBTQ+ al fallar a favor de la empresaria evangélica de Colorado que se niega a que el servicio de diseño de webs para bodas que quiere poner en marcha trabaje para parejas del mismo sexo.
Por 6 votos a tres, la mayoría conservadora de la Corte Suprema da la razón a Lorie Smith porque, según dice la opinión mayoritaria escrita por el juez Neil Gorsuch, "la Primera Enmienda prohíbe a Colorado forzar a un diseñador web a crear diseños expresivos que emitan un mensaje con el que el diseñador no esté de acuerdo".
La jueza Sonia Sotomayor, que escribió una opinión disidente a la que se unieron los otros liberales de la Corte Suprema, criticó la decisión de la mayoría diciendo: "Hoy, la Corte, por primera vez en su historia, garantiza a empresas abiertas al público el derecho constitucional a rechazar servir a una clase protegida".
La decisión es una nueva victoria del derecho a la religión y un retroceso para los de las personas gay, que venían siendo ampliados y reforzados en las últimas dos décadas, y que tuvieron un hito fundamental cuando se certificó la constitucionalidad del matrimonio entre parejas del mismo sexo en 2015.
Lorie Smith, la empresaria evangélica que no quiere servir a parejas del mismo sexo
Smith, dueña de 303 Creative, llegó a la Corte Suprema alegando que la ley estatal de Colorado que impide a las empresas discriminar a sus clientes podría violar sus derechos a la libertad de expresión y religiosa si el servicio de creación de páginas web para bodas que quería poner en marcha se veía obligada a servir a parejas del mismo sexo.
Antes de poner en marcha el servicio, Smith llevó el asunto a los tribunales y la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito falló en su contra.
Quienes se oponían a los argumentos de Smith creen que el fallo a su favor puede dar pie a que una variedad de empresas discriminen a clientes negros, judíos o musulmanes, parejas interraciales o interreligiosas o inmigrantes.
Entre los otros oponentes de Smith se encontraban también el gobierno del presidente Joe Biden y 20 estados, en su mayoría de tendencia demócrata, incluidos California, Nueva York y Pennsylvania.
Los estados le dijeron a la Corte, en uno de los 75 informes legales presentados por grupos externos en el caso, que aceptar los argumentos de Smith permitiría una discriminación generalizada.
Por su parte, los abogados de Smith, de Alliance Defending Freedom, rechazaron esos argumentos: “Es falso decir que una victoria de Lorie nos llevaría a esos tiempos en los que a las personas... se les negaba el a bienes y servicios esenciales en función de quiénes eran”, comentó Kellie Fiedorek, abogada de ADF, a la agencia AP.
Un abogado del fondo de educación CatholicVote.org le dijo a la corte que si se fallaba contra Smith, “un coreógrafo judío tendrá que montar una actuación dramática de Pascua, un cantante católico deberá actuar en una boda de dos divorciados, y un musulmán que opera una agencia de publicidad no podrá negarse a crear una campaña para una compañía de bebidas alcohólicas”.
La Coalición Judía para la Libertad Religiosa lo expresó de manera diferente, diciéndole a la corte que un panadero judío podría tener que cumplir con la solicitud de un neonazi que quiere un pastel que diga "¡Feliz 9 de noviembre!", una referencia a la Kristallnacht, la noche de 1938 cuando los nazis quemaron sinagogas y destrozaron negocios judíos en toda Alemania y Austria.
La segunda vez que la Corte Suprema decide sobre un caso similar
El caso de Smith marca la segunda vez en seis años que la Corte Suprema enfrenta el problema de un propietario de un negocio que dice que su religión le impide crear obras para una boda entre parejas del mismo sexo.
El caso anterior fue el del panadero Jack Phillips, también de Colorado, quien se negó a hacer un pastel de bodas para una pareja gay.
La pareja demandó y el caso llegó hasta la Corte Suprema, que respaldó al pastelero, pero la decisión –emitida en 2018– no aclaró la cuestión sobre si la Primera Enmienda permite la discriminación de negocios abiertos al público según las creencias religiosas de sus propietarios.
En el documento sobre ese caso, el juez Anthony M. Kennedy —ya retirado— reconoció que la corte no quiso ahondar en esa cuestión y que debería decidir en “futuras controversias similares a este caso”.