Así fue como casi 400 periodistas del mundo hicieron posible Paradise Papers
Muy pocos días antes de la publicación de una filtración inmensa de documentos, la empresa advirtió a sus socios que algo raro había pasado, porque muchos periodistas estaban preguntando lo mismo y con minuciosos detalles. Sí, ocurrió el año pasado con los Papeles de Panamá y pasó esta vez con Paradise Papers.
En ambos casos, el bufete panameño Mossack Fonseca (2016), y ahora Appleby (2017), en Bermuda, estaban en lo cierto. Casi 400 periodistas tenían en su computador los secretos que hasta ahora guardaban en caja fuerte.
¿Pero cómo lo hicieron?
No se había cumplido un año desde el escándalo de los Papeles de Panamá, la filtración más grande de la historia, cuando en marzo de 2017 un grupo de periodistas de casi 100 medios del mundo se reunía en Munich, Alemania. Con las mismas intenciones y un poco más de experiencia. Gerardo Reyes, de Univision Investiga, estuvo allí para luego contarle al equipo el trabajo que venía.
Bastian Obenmayer y Frederik Obenmaier, del periódico alemán Süddeutsche Zeitung, ya eran caras conocidas en el mundo del periodismo colaborativo, porque fueron los mismos que recibieron el lote de documentos de los Papeles de Panamá. Como aquella vez, tampoco ésta revelarán sus fuentes.
Frente al grupo de periodistas que tomaba nota, explicaban que aunque la cantidad de información digital pesaba menos en terabytes que la del bufete panameño Mossack Fonseca, contaban con unos dos millones de documentos más que la filtración anterior (13.4 millones en total).
Correos electrónicos, registros de empresas, presentaciones en Power Point con datos comprometedores y otros insumos, fueron obtenidos de dos grandes bases de datos (Appleby, en Bermuda, y Asiaciti Trust, de Singapur). También recibieron el registro de 19 jurisdicciones que hasta ahora mantenían información secreta.
Marina Walker y Gerard Ryle, líderes del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), también eran rostros conocidos en la conducción de trabajos colaborativos ( Offshore Leaks (2013), Swiss Leaks (2015), y Papeles de Panamá (2016)). Se disponían, una vez más, a cumplir la misma función de coordinar la labor periodística, garantizar plataformas para comunicarse, como la red social interna Athena, y otras dos plataformas para profundizar en la búsqueda.
Los reporteros obtuvieron pistas de cómo empezar a buscar, claves secretas y formas de proteger el a las plataformas digitales, que a su vez ya contienen la información de filtraciones anteriores como la del bufete panameño Mossack Fonseca, HSBC y otras.
Una vez en sus países, comenzó la búsqueda. No era fácil. A diferencia de la base de datos de Mossack Fonseca, Appleby usa mecanismos más sofisticados y los correos electrónicos no siempre fueron tan explícitos. Fue necesaria la guía de expertos, quienes firmaban acuerdos de confidencialidad para no revelar el contenido de las consultas.
Según los intereses de medios y países, los grupos se dividieron en temas. El de Appleby y Glencore, una empresa minera con tentáculos trasnacionales fueron de los más populares.
Las medidas de seguridad para evitar fuga de información se incrementaron a medida que se acercaba el lanzamiento. Correos encriptados, llamadas por sistemas menos vulnerables y doble y triple verificación de s. Cuidados extremos mientras los periodistas comenzaban a buscar la opinión de las personas que investigaban.
A mediados de julio, un grupo de periodistas de Univision Noticias viajó a la sede del ICIJ en Washington para recibir capacitación en la búsqueda digital y técnicas para mejorar la investigación en las plataformas.
La elaboración de hipótesis sólidas, demostrables, era la mayor preocupación y, hay que decirlo, se cayeron muchas en el camino. Tener una lista de nombres y conexiones no son suficiente para un trabajo periodístico, se debe poder establecer un argumento y demostrarlo.
Sin embargo, otras dieron sus frutos y ya pueden leerlas en Univision Noticias y 96 medios aliados.
La primera carta dirigida a Appleby fue en septiembre. Repondieron. Adviertieron sobre posibles acciones legales contra los periodistas y exigieron saber cómo se había obtenido la información. También las copias de lo que se había filtrado.
En el intercambio epistolar cada vez los periodistas preguntaban con más detalles, como en la comunicación escrita del 6 de octubre, con 63 preguntas llenas de especificaciones.
Un grupo de reporteros viajó a Bermuda en octubre. Equipos de televisoras australianas, periodistas japoneses, británicos, Will Fitzgibbon, del ICIJ, y Univision Noticias.
Luego de reuniones para acordar el abordaje, tocaron las puertas de Appleby y fueron atendidos. Pero los representantes de la firma no quisieron declarar frente a las cámaras.
¿Y qué pasó en Bermuda? Puede verlo en este video
A los días, Appleby emitió un comunicado en su sitio web en el que advierten que una investigación de este estilo estaba en puertas. Aunque iten que pudieron cometer algunos errores, insistieron en que no quebrantan la ley. Los periodistas no hicieron acusaciones de delito alguno, solo preguntas que quedaron sin responder.
Se espera que cuando salga a la luz todo lo que hasta ahora ha estado bajo el amparo del secretismo, no solo los periodistas sino los ciudadanos del mundo, obtengan respuestas.
Muchos de los trabajos escritos, videos, fotos y contenido de algunas entrevistas que van a poder leer en 96 medios del mundo —y los que se sumen estos días— serán producto de un intercambio y colaboración entre periodistas.
Las cosas están cambiando: ya los periodistas no trabajan en solitario y esconden su exclusiva hasta el final. Ya los ricos no pueden estar seguros de que esconder su dinero, a muchas millas de sus costas, se mantenga en secreto.
Vea también: