64 empresarios hispanos se ofrecen para construir el muro de Trump: estas son sus razones

El empresario hispano Mario Burgos no ve la construcción de un gran muro en la frontera con México como algo político, ni lo considera un símbolo contra los inmigrantes en Estados Unidos.

De hecho, cuando la istración de Trump comenzó a considerar a las empresas que podrían diseñar y construir el muro, el contratista de Nuevo México presentó a su compañía como una de las interesadas en involucrarse en el proyecto.

"Para mí no es un asunto sobre inmigrantes", argumentó a Univision Noticias el contratista estadounidense, cuya familia es ecuatoriana. "Realmente se trata de crear empleos. El muro pasará por cuatro estados y uno de ellos es Nuevo México, que tiene la tasa de desempleo más alta del país. Nosotros lo vemos así: si se va a construir un muro, nosotros queremos estar involucrados".

De las 630 compañías que se han ofrecido por ahora al gobierno de Trump para llevar a cabo la construccón del muro fronterizo, más de 60 son empresas con hispanos a su mando, representando cerca del 10% del total.

Hay muchas compañías pequeñas en los cuatro estados fronterizos –California, Texas, Nuevo México y Arizona–, aunque además han mostrado interés empresas de otros lugares de EEUU e incluso de otros países, como México, España, Suráfrica...

'Apartado de la política'

Para Burgos, presidente de la constructora Burgos Group en la ciudad de Albuquerque, no se trata de una decisión polémica o xenofóbica. "Lo que la gente no parece entender es que ya existen las fronteras. Cada país tiene fronteras. Y el muro es una manifestación física de ello", defendió.

Esta es la respuesta más común entre los contratistas hispanos que explicaron a Univision Noticias su interés en ayudar a construir el muro.

El empresario de origen español Michael Evangelista Ysasaga, dueño de la constructora Penna Group, aseguró que le tomó tiempo decidir si debía expresar interés en el muro, en parte porque un 80% de sus empleados son latinos.

“Tuvimos que hacer una gran búsqueda espiritual para decidir si queríamos formar parte de este proyecto”, explicó Ysasaga, quien fundó su empresa de construcción e ingeniería en Fort Worth, Texas, hace una década. “Nosotros hacemos mucho trabajo de infraestructura para el gobierno y decidimos (solicitar) porque escuchamos que otras compañías estaban considerando opciones letales o inhumanas como parte del diseño; cosas con electricidad y otras funciones muy inhumanas”.

Según el primer anuncio de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) sobre el proyecto, el gobierno buscaría diseñar y construir un muro de 30 pies de altura (unos 9 metros) que fuera difícil de escalar y que resistiera daños. También pedía que fuera estéticamente bonito.

Ysasaga considera la construcción del muro como un primer paso hacia una reforma migratoria. “Los inmigrantes son las personas que más trabajan, que hacen lo máximo por poca paga, que estadísticamente cometen menos crímenes”, dijo. “No sé de otra razón por la que la gente se resista a la inmigración excepto el hecho de que no hacemos cumplir las leyes que ya tenemos. La gente quiere ver eso primero”.

“Yo me mantengo apartado de la política”, enfatizó Luis Arellano, presidente de Security Operations Group International en Spring Branch, Texas. “Esto es un contrato para nosotros. No lo veo como una manera de dividir las raíces entre México y Estados Unidos. Es un contrato. Tenemos que incrementar la seguridad en nuestras fronteras de alguna manera”.

La empresa de Arellano ha trabajado para el Departamento de Estado, el Departamento de Transporte y el Departamento de Seguridad Nacional en diversos proyectos, aunque esta sería la primera vez que se lanza a un proyecto en la frontera.

“La manera en la que veo el muro en Texas, Nuevo México, Arizona y California es un muro anti-escalada donde habría una distancia entre el muro y el resto de la seguridad”, dijo Arellano sobre su propuesta. “Habrá sensores –que nos dirían si alguien quiere ir a través del muro– y cámaras térmicas que notan movimientos a una milla de distancia. Los sensores notarán las vibraciones y se manda una unidad de agentes”.

'No es más complicado que un Home Depot'

Otra de las empresas interesadas, SPC Building Services, fue fundada en Los Ángeles, California, por el empresario Ben Rodríguez, cuyo padre nació en Zacatecas, México.

“Hemos construido muchas cosas y un muro es un muro”, dijo Doug McMurrain, un desarrollador de la empresa que habló con Univision Noticias. “No lo veo más complicado que construir un Walmart o un Home Depot”.

Por su parte, el presidente hispano de Dependable Health Services –una compañía en San Antonio, Texas, que provee servicios de tecnología y de istración– también presentó a su pequeña empresa para involucrarse en el proyecto.

“Como contratistas, lo vemos como algo que necesita el gobierno y que podemos proveer”, explicó Joe Urby, quien se describe a sí mismo como mexicano-estadounidense de segunda generación. “Nosotros nos adaptamos a las necesidades del gobierno, ya sea construir un muro o proveer enfermeras al hospital de veteranos Walter Reed”.

Así también lo ve Mary Arana, vicepresidenta de operaciones de la empresa GFP Group en San Antonio, Texas, cuyo dueño es de origen mexicano. “Debemos respetar las decisiones que se toman en Washington. Por ahora seguiremos este proceso del muro porque él quiere construirlo, sin importar nuestra opinión”, explicó.

Juan Pablo Garnham colaboró con las entrevistas en este reportaje y Mariano Zafra elaboró los gráficos.