Kevin Farrell, el camarlengo de la Iglesia católica y figura clave tras la muerte del papa Francisco
La muerte del papa Francisco fue anunciada el lunes por el camarlengo de la Iglesia católica, el cardenal irlandés Kevin Farrell, en la mañana del lunes, desde la capilla de la Domus Santa Marta de Ciudad del Vaticano.
Las tradiciones de la iglesia indican que solo el anuncio de Farrell pudo oficializar la muerte de Francisco, dando inicio a una serie de tradiciones y ritos ancestrales, encabezadas por el camarlengo.
El camarlengo de la Iglesia católica es el funcionario de la Casa Pontificia que istra los bienes y los ingresos de la Santa Sede, y desde las reformas a la constitución apostólica de 1988, el camarlengo debe ser un cardenal. Sus funciones toman un papel protagónico en el funcionamiento del Vaticano cuando muere el papa.
El jefe de Estado
de la sede vacante
Farrell solo pudo hacer el anuncio después de haber cumplido con los actos protocolares que le corresponden como camarlengo, que se inician con la visita al cuerpo del papa, que en ese momento estará reposando en su capilla privada, para gritar su nombre tres veces y golpearlo suavemente en la cabeza en un intento por tratar de despertarlo, aunque en ese momento la muerte del pontífice ya ha sido confirmada por los médicos.
Cuando el papa no responde, el anillo del pescador, con el que sella su correspondencia, es destruido indicando el fin de su papado, los apartamentos papales son sellados y el camarlengo informa al Colegio de Cardenales que el papa ha muerto.
En ese momento se da inicio al proceso de sede vacante, en la que la Iglesia Católica no cuenta con un papa y en la que recae sobre el camarlengo la responsabilidad de dirigir istrativamente la ciudad-estado hasta que los cardenales elijan al nuevo pontífice.
La primera responsabilidad del camarlengo es la de encargarse de los preparativos de las exequias del papa fallecido.
Mientras dure el cónclave, que será convocado por el decano del Colegio Cardenalicio, el camarlengo actuará como jefe de Estado encargado de la Ciudad del Vaticano, pero no será responsable del gobierno espiritual de la Iglesia Católica el cual, de forma muy limitada, estará en manos del Colegio Cardenalicio hasta la elección del nuevo papa.
A diferencia del resto de la curia romana, que es como se conoce al conjunto de funcionarios del gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia Católica, quienes pierden su cargo durante la sede vacante, el camarlengo es el único funcionario que permanece en el ejercicio de su cargo.
El hecho de estar encargado del gobierno istrativo del Vaticano no impide que el camarlengo sea electo papa.
De hecho, hasta el momento tres camarlengos en funciones han sido elegidos papa: Inocencio VII en 1404, León XIII en 1878 y Pío XII en 1939. Dos excamarlengos, Honorio III en 1216 y Alejandro IV en 1254, también fueron elegidos papa.
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