Nuevas amenazas y exigencias: claves de la llamada entre cancilleres de Rusia y EEUU sobre la crisis en Ucrania
La conversación telefónica entre Antony Blinken y Serguei Lavrov, cancilleres de EEUU y Rusia, es la primera desde que Washington respondiera por escrito a las exigencias de seguridad de Moscú la semana pasada.
El Kremlin, que recibió con escepticismo esa respuesta de la Casa Blanca, pide, entre otras cosas, garantías de que Ucrania no va a formar parte de la OTAN. También que la alianza atlántica retire sus posiciones europeas a las de 1997.
Y hace esas exigencias mientras despliega más de 100,000 militares a lo largo de la frontera con Ucrania. Para EEUU y sus aliados de la OTAN, están preparando una invasión.
Para Moscú, las potencias occidentales no hacen más que sembrar “histeria” y “engañar a la comunidad internacional” con esa “acusación infundada”. Niega estar preparando la invasión.
Y mientras continúa el despliegue militar ruso y los intercambios de acusaciones, Blinken y Lavrov siguen teniendo línea directa.
El estadounidense la usa para advertir de las consecuencias que puede tener una acción rusa contra Ucrania y su contraparte para insistir en que sus demandas siguen sin estar satisfechas.
Sin que se reporten avances significativos, las diferencias, como quedaron escenificadas en el Consejo de Seguridad de la ONU, siguen siendo enormes.
Estas son algunas conclusiones que se pueden extraer de la conversación de este martes.
1. El compromiso de EEUU con Ucrania
Durante su conversación telefónica, el secretario de Estado exigió a su par ruso que retire de forma inmediata sus tropas de la frontera e inicie una desescalada.
Y, siempre según el breve recuento de la llamada facilitado por el Departamento de Estado, Blinken subrayó " el compromiso de EEUU con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, así como el derecho de todos los países de determinar su política exterior y alianzas".
Blinken recalcó que otra invasión a Ucrania "será respondida con rápidas y graves consecuencias".
Sin embargo, en EEUU un alto funcionario citado por la agencia AFP reconoció a periodistas que Lavrov no dio "ningún indicio" de "un cambio en los próximos días" en la frontera ucraniana.
"Seguimos escuchando esas garantías de que Rusia no planea invadir, pero ciertamente cada acción que vemos dice lo contrario", dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
2. Lavrov “ignora” Ucrania y se centra en “las preocupaciones rusas”
En lo que se puede considerar su recuento de la llamada, una declaración emitida en la televisión rusa, Lavrov no hizo mención directa de la crisis ucraniana.
El canciller ruso sí insistió en las demandas que Moscú hace a Occidente para -considera el Kremlin- garantizar la seguridad rusa.
“ Insistiremos en una conversación honesta y en una explicación honesta sobre por qué Occidente no quiere cumplir con sus obligaciones o quiere cumplirlas solo de forma selectiva, en su propia conveniencia”, dijo Lavrov.
En una carta enviada la semana pasada, EEUU rechazó esas peticiones, que considera un sinsentido, pero abrió la puerta a negociaciones sobre otros temas, como el despliegue de misiles o los límites recíprocos a los ejercicios militares.
3. Putin: Occidente ignora las exigencias rusas
El presidente Vladimir Putin no estuvo directamente en la llamada pero este martes habló de la crisis ucraniana por primera vez en más de un mes.
Y lo hizo para decir que, aunque continúa estudiando la respuesta de EEUU y la OTAN a las exigencias rusas, considera que Occidente las ha ignorado.
Putin opina que con eso, EEUU y sus aliados incumplen sus obligaciones de respetar la integridad de la seguridad de todas las naciones.
Y puso como ejemplo una hipótesis: que Ucrania, como país de la OTAN, inicia una operación militar para recuperar la península de Crimea.
“¿Qué hacemos? ¿Combatimos con la OTAN? ¿Acaso alguien ha pensado en eso? Parece que no", dijo Putin desde el Kremlin.
Pese a todo, el presidente ruso insistió en que se puede encontrar una solución dialogada.
4. Blinken y Lavrov, línea directa
Y esa es precisamente la conclusión seguramente más importante que podemos extraer de los recuentos de la llamada hechos por ambas partes: la vía del diálogo sigue abierta.
No solo eso, Blinken y Lavrov continúan optando por mantener su línea directa. Se reunieron en Ginebra el pasado 21 de enero, volvieron a hablar este martes y ambos, junto a Putin, dejaron la puerta abierta a continuar discutiendo la crisis.
El comunicado del Departamento de Estado señala, por ejemplo, que Blinken “enfatizó la disposición de EEUU, bilateralmente y junto a los aliados y socios, a continuar un intercambio sustantivo con Rusia respecto a preocupaciones de seguridad mutuas”.
Y Lavrov, por su parte, destacó en su intervención televisiva que “ Blinken estuvo de acuerdo en que hay razones para continuar el diálogo”. “Veremos cómo va", remató.
Ahora EEUU espera una “respuesta formal” y validada por Putin a la carta de Washington.