El Talibán controla Afganistán: cierran el aeropuerto de Kabul en medio del caos para evacuar a miles de personas
Escenas de pánico se observaron este lunes en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, capital de Estados Unidos.
Alrededor de las 20:00 horas local (11:55 horas ET) los vuelos militares y civiles fueron suspendidos en el aeropuerto controlado desde el sábado por tropas estadounidenses para permitir la evacuación de funcionarios.
Minutos más tarde, soldados estadounidenses mataron a dos hombres armados en las instalaciones luego de que un jefe militar del Pentágono le exigiera en una reunión cara a cara el domingo en Doha a los talibanes que no atacaran la terminal, asegur´ó un funcionario de Defensa a la agencia AFP. Otras fuentes locales indican que el número de muertos, solo en la terminal aérea se eleva a siete.
"En medio de las miles de personas que estaban allí pacíficamente, dos individuos que portaban armas las blandieron amenazadoramente. Ambos fueron abatidos", declaró a la AFP el funcionario bajo condición de anonimato.
Unos 6,000 efectivos estadounidenses se encuentran realizando la operación de movilización de emergencia para intentar evacuar a miles de personas —la mayoría empleados y personal de su embajada— horas después de iniciar un traslado aéreo desde ese complejo que recordó al ocurrido durante la caída de Saigón en 1975 en el final de la Guerra de Vietnam.
En Washington, mientras tanto, funcionarios del Departamento de Estado (DOS) continúan elaborando planes de contingencia para decidir el futuro inmediato, no solo de ciudadanos estadounidenses que no han logrado salir de Afganistán, sino de personal afgano que colaboró con las tropas estadounidenses y trabajadores de la embajada en Kabul.
Una fuente del DOS dijo a Univision Noticias este lunes que “se está trabajando en eso”.
La cancillería aseguró el domingo dijo que “dado el deterioro de la situación de seguridad, estamos trabajando para asegurar al personal, y pedimos a todas las partes que respeten y faciliten la salida segura y ordenada de los ciudadanos extranjeros y afganos que deseen abandonar el país”.
“Quienes ocupan posiciones de poder y autoridad en todo Afganistán tienen la responsabilidad —y la rendición de cuentas— de la protección de la vida humana y la propiedad, y del restablecimiento inmediato de la seguridad y el orden civil”, agregó el comunicado.
Retiran bandera y movilizan personal
A última hora del domingo en Washington, y cuando ya se acercaban las 6:00 de la mañana del lunes en Kabul, el DOS confirmó que había "completado" el proceso para transportar al aeropuerto a los aproximadamente 4,000 empleados de su embajada en Kabul.
"Todo el personal de la embajada está ahora ubicado en las instalaciones del aeropuerto internacional Hamid Karzai, cuyo perímetro está protegido por los militares estadounidenses", dijo en una breve nota el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
La bandera estadounidense fue retirada del complejo de la embajada estadounidense y trasladada junto al personal a un "lugar seguro", y el encargado de negocios en el país, Ross Wilson, también se encuentra en el aeropuerto, explicó a Efe otra fuente del Departamento de Estado.
La compleja operación de traslado al aeropuerto fue recogida por las cámaras de televisión, que capturaron a helicópteros yendo y viniendo de la embajada estadounidense al aeropuerto, mientras Kabul quedaba asediada y después controlada por los talibanes.
Tropas estadounidenses dispararon al aire cuando miles de afganos se aglomeraron en la pista del aeropuerto de Kabul para intentar tomar un vuelo que los saque del país tras la toma del poder por los talibanes.
"Estoy muy asustado aquí. Están disparando muchos tiros al aire", declaró el testigo a la AFP.
Las escenas fueron de pánico generalizado tanto en las pistas del aeropuerto como en las inmediaciones y el caos estalló esporádicamente cuando cientos de personas se aglomeron cerca de los pocos aviones de pasajeros que quedan en las instalaciones con la esperanza de abordarlos y salir del país.
La velocidad con la que se movilizó el Talibán por todo el país la semana pasada, logrando acuerdos con milicias locales o sencillamente sometiéndolos violentamente, terminó por desvanecer en pocos días una larga ocupación estadounidense de dos décadas. El rápido control de los talibanes tomó por sorpresa tanto al Ejército como al gobierno estadounidense en Washington DC.
Los vuelos de helicópteros militares estadounidenses organizados apresuradamente evacuaron el extenso complejo de la embajada estadounidense en Kabul, transportando a diplomáticos estadounidenses y trabajadores.
Sin embargo, las escenas más desgarradoras ocurren en el área civil de la terminal aérea donde cientos de afganos lloraban desesperados mientras rogaban a trabajadores de las pocas líneas aéreas comerciales que quedaban que enviaran a sus familias al exterior.
Kabul no es Saigón en 1975, dice Blinken
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, insistió el domingo en que la situación en Kabul no era como la de Saigón en 1975, a pesar de que en esa ciudad hubo una evacuación aérea del personal de la embajada en Vietnam que fue prácticamente idéntica a la de Kabul, con helicópteros en la azotea.
Tras la evacuación de la mayoría del personal diplomático de su embajada en Kabul, Washington dejará en el país apenas a una "presencia diplomática mínima" compuesta por Wilson y otros pocos asesores, según el Departamento de Estado.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, aseguró este domingo a Efe que Estados Unidos ha evacuado ya "a varios cientos de civiles, incluido personal (de su embajada) y ciudadanos estadounidenses" que estaban en Afganistán.
Para reforzar esa operación, el Pentágono autorizó este domingo el envío de 1,000 soldados más a Kabul, lo que significa que, en un plazo de 48 horas, habrá "aproximadamente 6,000" militares estadounidenses en el aeropuerto de la capital afgana, confirmó Kirby.
Además, las fuerzas estadounidenses han "asumido" las riendas del control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul, para facilitar sus evacuaciones y las de sus aliados, y el tráfico de aviones comerciales en el mismo continúa, añadió ese portavoz.
Temor al regreso del radicalismo islámico
Este lunes los talibanes mantienen control de Afganistán, luego de que e l presidente Ashraf Ghani huyó del país y concedió que los insurgentes ganaron la guerra de 20 años.
Escenas de pánico se vivieron en la capital Kabul tras el rápido colapso del gobierno, cuando los insurgentes irrumpieron el domingo en el palacio presidencial.
Ghani huyó el domingo cuando los insurgentes rodearon Kabul, sellando una victoria militar en la que los talibanes tomaron todas las grandes ciudades afganas en apenas 10 días.
"Los talibanes ganaron con el juicio de sus espadas y armas, y ahora son responsables del honor, de la posesión y de la autopreservación de su país", apuntó Ghani en un mensaje en Facebook.
Ghani aseguró anoche en un comunicado que abandonó el poder "para evitar un derramamiento de sangre", ya que, según el, los talibanes estaban dispuestos a atacar Kabul para derrocarlo.
Por su parte, el cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, también anunció la victoria del movimiento.
"Ahora tenemos que mostrar que podemos servir a nuestra nación y garantizar la seguridad y el bienestar", dijo Baradar en un video.
Con la salida de Ghani, un grupo de líderes políticos formó rl domingo el Consejo de Coordinación para la transición del poder a manos de los talibanes, integrado por el expresidente afgano Hamid Karzai, el presidente del Consejo Superior para la Reconciliación, Abdullah Abdullah; y el líder del partido Hizb-e-Islami y ex señor de la guerra, Gulbuddin Hekmatyar.
Sin embargo, de momento los insurgentes no han dado detalles de cómo será el proceso de transición o la toma del poder.
Las fuerzas gubernamentales colapsaron sin apoyo de las tropas estadounidenses, que invadieron el país en 2001 tras los ataques del 11 de setiembre y depusieron a los talibanes por su apoyo a Al Qaida.
Estados Unidos no logró construir un gobierno democrático capaz de resistir a los talibanes, pese a invertir miles de millones de dólares y otorgar apoyo militar durante dos décadas.