Estos estados niegan el cambio climático. Ahora, podrían ser los más afectados por una “extraordinaria” temporada de huracanes
La istración Oceanográfica y Atmosférica Nacional (NOAA) pronosticó este jueves una temporada de huracanes "extraordinaria" en el Atlántico para 2024, con hasta 13 huracanes, siete de ellos de gran intensidad, con vientos superiores a las 111 millas por hora.
"La NOAA pronostica un rango de 17 a 25 tormentas en total (con vientos de 39 mph o más). De ellas, se pronostica que de 8 a 13 se convertirán en huracanes (con vientos de 74 mph o más), incluidos de 4 a 7 huracanes importantes (de categoría 3, 4 o 5; con vientos de 111 mph o más)", dijo la NOAA.
"El pronóstico... es el más alto que la NOAA haya emitido jamás para las perspectivas de mayo", aseguró el director de la agencia, Rick Spinrad.
La NOAA también espera que la próxima temporada de huracanes en el Atlántico tenga una actividad superior a lo normal debido a una confluencia de factores, "incluidas temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el océano Atlántico, el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento; todo lo cual tiende a favorecer la formación de tormentas tropicales".
Aunque esta no es una buena noticia para ninguno de los estados de la costa este de Estados Unidos, el pronóstico representa un riesgo extraordinario para Alabama, Florida, Louisiana, Mississippi y Texas, también conocidos como los estados de la costa del Golfo, que son los que tradicionalmente reciben con mayor frecuencia el impacto de los huracanes junto a Georgia y las Carolinas.
Según la comunidad científica, el aumento de la actividad de huracanes para la temporada 2024 se debe en gran parte a temperaturas oceánicas anormalmente cálidas impulsadas por el cambio climático.
En los últimos años, los huracanes del océano Atlántico han causado daños multimillonarios y han matado a cientos de personas, a medida que el cambio climático hace que tormentas muy poderosas sean cada vez más comunes. Cuatro de las últimas cinco temporadas han tenido un número de tormentas superior al promedio.
Sin embargo, contradictoriamente, los gobiernos de estos estados proclives a las inclemencias de los huracanes se encuentran también entre los principales negacionistas del cambio climático.
Solo esta semana el gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó una legislación que elimina las menciones al cambio climático de la ley estatal, justo cuando la mayor parte del sur del estado enfrentaba temperaturas récord sin que aún haya comenzado el verano.
En Alabama, por ejemplo, de acuerdo a la organización no gubernamental Centro Nacional Para la Educación Científica los estándares educativos sobre el cambio climático se encuentran entre los peores del país, y el único estándar que aún sobrevive que aborda los aspectos humanos y las causas naturales del calentamiento global en la escuela intermedia está por ser eliminado.
En Louisiana, donde más del 90% de la ciudad de Cameron se vio obligada a abandonarla por la devastación causada por los huracanes y el cambio climático, en sus primeras cuatro semanas en el cargo el gobernador republicano, Jeff Landry, designó ejecutivos de la industria petrolera en los puestos ambientales de su gobierno.
Por su parte en Texas, la legislatura estatal en su sesión de 2023, ignoró los pedidos de reformas de los defensores del medio ambiente y en su lugar aprobaron leyes para bloquear esfuerzos locales de controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, eliminar los incentivos fiscales para las empresas de energía renovable y apoyar la construcción de más centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles.
Cómo la Costa del Golfo es la principal afectada por los huracanes en EEUU
La costa del Golfo ha sido tradicionalmente la región más impactada por huracanes en EEUU desde que se llevan registros.
Solo Florida, desde 1850, ha recibido el impacto de más de 120 huracanes y unos 40 de ellos han estado entre la categoría 3 y la 5 (consideradas las mayores).
De acuerdo con la NOAA; desde 1900, los huracanes que azotan los Estados Unidos en la frontera con el Golfo de México han matado a más de 9.000 personas y causado enormes daños.
En los últimos siete años, la región ha recibido el impacto de ocho huracanes en las mayores categorías.
El sur de Estados Unidos está experimentando uno de los años más lluviosos y calurosos de su historia.
En las últimas semanas, el suelo de varios estados de la zona del Golfo se ha saturado con el agua de las lluvias, lo cual constituye uno de los peores escenarios para enfrentar un huracán.
Cuanto más saturado está el suelo, más rápido las fuertes lluvias provocarán inundaciones en el área, la que bajo circunstancias normales podría absorber unos pocos centímetros de lluvia antes de verse abrumada, según explicó a CNN el climatólogo de la Universidad Estatal de Luisiana, Barry Keim.
Estas condiciones difieren radicalmente de las vividas durante el verano pasado, cuando una serie de domos de calor causó sequía en el área, especialmente en Texas.
Pero ese no es el único problema.
Según explica la geóloga y geoquímica marina Carolyn Gramling en un artículo escrito para la publicación Science News, cuando un huracán toca tierra firme suele ser el inicio de su degradación final, pero cuando “pasa sobre suelo cálido y anegado puede recibir un choque de energía que puede reavivar su furia”.
Gramling explica que el fenómeno, conocido como “efecto océano marrón”, es similar a cómo el océano alimenta los ciclones tropicales, al suministrar agua y calor a las tormentas.
El “efecto del océano marrón” fue descrito en 2013 por el científico atmosférico Marshall Shepherd y la geógrafa Theresa Andersen, después de estudiar la evolución de la tormenta tropical Erin en 2007, la cual era débil y desorganizada, pero al pasar sobre los suelos inundados de Oklahoma se fortaleció inesperada y repentinamente, e incluso formó un ojo por primera vez.