Hallan un océano líquido en una luna de Saturno: ¿hay vida en la 'Luna de la Muerte'?
Una pequeña luna que ha sido comparada con la 'Estrella de la Muerte' de la saga Star Wars (la Guerra de las Galaxias) alberga un secreto bien guardado, al menos hasta ahora.
Mimas, una luna de Saturno, parece esconder un océano bajo su superficie, indica una nueva investigación.
Su superficie helada oculta un insospechado océano líquido, propicio para la vida, según un estudio publicado el miércoles.
"Si hay un lugar en el universo donde no esperábamos encontrar condiciones favorables para la vida, es Mimas", explicó en una rueda de prensa Valéry Lainey, principal autor del estudio publicado en la revista Nature.
¿Cómo es Mimas?
Mimas es una luna del planeta de los anillos que fue descubierta el 17 de septiembre de 1789 por el astrónomo inglés William Herschel.
Mimas está cubierta de cráteres y con menos de 198 kilómetros (123 millas) de radio medio, es la más pequeña y la más interna de las lunas principales de Saturno, detalla la agencia espacial NASA.
No es lo suficientemente grande como para tener una forma redonda, por lo que es algo ovoide. A una distancia media de poco más de 186,000 kilómetros (115,000 millas) del planeta, Mimas tarda solo 22 horas y 36 minutos en completar una órbita. Mimas siempre mantiene la misma cara hacia Saturno mientras vuela alrededor del planeta, tal como lo hace nuestra Luna con la Tierra.
La mayor parte de la superficie de Mimas está saturada de cráteres que varían en tamaño hasta más de 40 kilómetros (25 millas) de diámetro. Sin embargo, los cráteres en la región de Mimas en el Polo Sur tienen generalmente 12.4 millas (20 kilómetros) de diámetro o menos.
La Luna comparada con la Estrella de la Muerte
El astro fue apodado 'Luna de la Muerte' por su aspecto frío, inerte y su aspecto inhabitable. Su superficie está plagada de cráteres, entre ellos uno enorme que la asemeja a la 'Estrella de la Muerte', la estación espacial del Imperio Galáctico en la saga Star Wars.
El cráter Herschel (el más grande que se ve en la imagen) tiene 130 kilómetros (80 millas) de ancho.
Su capa de hielo parecía inmóvil, sin rastro de actividad geológica interna que pudiera alterarla, a diferencia de su hermana mayor, Encélado, cuya superficie lisa cambia regularmente por la actividad de su océano interno y sus géiseres, fuente de calor necesaria para mantener el agua en estado líquido.
Pero los científicos tenían la corazonada de que "algo pasaba en el interior" de Mimas, así que estudiaron la rotación del satélite sobre sí mismo y sus pequeñas oscilaciones, que pueden variar según la estructura interna del astro.
Así descubrieron el océano de Mimas
Los científicos analizaron por años imágenes de Mimas y otras lunas de Saturno. Encontraron que la forma en que hace la rotación y cómo órbita Mimas a Saturno solo podía explicarse o por un núcleo rocoso alargado o por océano escondido debajo de la capa helada de la luna que hace que la capa externa se mueva por separado.
Los primeros estudios del experto, publicados en 2014, no hallaron pruebas de la existencia de un océano líquido. La mayoría de los científicos se inclinaron más por la hipótesis de un núcleo rocoso.
"Podríamos haberlo dejado así, estábamos frustrados", recuerda Valéry Lainey. Su equipo recuperó entonces varias decenas de imágenes tomadas por la sonda Cassini de la NASA (2004-2017), con el fin de ampliar la investigación a todo el sistema de Saturno y 19 de sus lunas.
Estos datos permitieron analizar el movimiento orbital de Mimas alrededor de Saturno y detectar la presencia de un océano líquido bajo toda la superficie.
"Es la única conclusión viable", indican Matija Cuk, del Instituto SETI de búsqueda de inteligencia extraterrestre (California), y Alyssa Rose Rhode, del Southwest Research Institute en Boulder (Colorado) en Nature.
Ese océano tiene unos 70 kilómetros (o aproximadamente 45 millas) de profundidad y se cree que constituye más del 50% del volumen de la luna. También creen que el océano se formó en los últimos 25 millones de años. El océano se mueve bajo un espesor de hielo de entre 20 y 30 kilómetros (12 a 18 millas).
Los cálculos sugieren que el mar es joven. El estudio considera que se formó hace entre 5 y 15 millones de años, lo que explicaría por qué aún no se detectaron señales geológicas en la superficie.
La luna "reúne todas las condiciones de habitabilidad: agua líquida, mantenida por una fuente de calor, en o con rocas para que puedan desarrollarse los intercambios químicos indispensables para la vida", resume Nicolas Rambaux, otro de los autores.
Mira también: