"Otros presos inocentes se volvieron locos": un cubano cuenta cómo fue estar años encarcelado injustamente
Tras pasar más de tres décadas en la cárcel por un delito que no cometió, Joaquín Ciria tenía claro lo primero que iba a hacer: “Necesito comida cubana, la necesito de verdad”, les dijo a los periodistas que lo esperaban tras ser puesto en libertad en San Francisco.
Ciria, de 61 años, fue condenado por homicidio en 1990 por un testimonio falso. Esta semana se convirtió en el primer exonerado a recomendación de la Comisión de Inocencia del Fiscal de Distrito de San Francisco, creada en 2020.
Su caso contó con la ayuda de The Inoncence Project, la misma organización que trabaja en evitar la ejecución de Melissa Lucio, programada para el 27 de abril en Texas.
El hombre, que perdió su libertad cuando su hijo apenas tenía 30 días y ha pasado más de media vida en la cárcel, ahora quiere ayudar a que otros inocentes erróneamente condenados puedan recuperar su libertad.
“La satisfacción mía es ayudar a explicar mi experiencia para que otros inocentes no pierdan la fe”, dijo Ciria en una entrevista con Univisión. “Yo vi con mis propios ojos otros presos que eran inocentes y se quedaron a mitad de camino. Se voliveron locos, hablaban solos, y ya no pudieron seguir con la lucha”, aseguró.
Cuánto vale el tiempo perdido en la cárcel
Preguntando sobre la indeminzación que podría recibir, se habla de hasta $1.6 millones, Ciria dijo que no hay cantidad que vaya a reponer el haber perdido media vida dentro de la cárcel.
“La justicia me privó de mis futuros hijos, de los hermanos que le podía haber dado a mi hijo (...) Me privaron de muchos familiares que se murieron en Cuba, hermanos, hermanas, mi papá, que nunca pudieron ver este día, no hay monto”, dijo.
“ Lo que más extrañé fue poder darle a mi hijo los consejos de un padre, de estar ahí al lado de él. No tuve esa oportunidad, pero gracias a la madre, que es una gran mujer y una gran amiga a pesar de que tomamos caminos diferentes, lo vi crecer estando yo tras las rejas”.
Pero Ciria prefiere mirar hacia delante: “ El tiempo es muy difícil poder recuperarlo, cuando pasa pasó, lo que puedo hacer es tratar de vivir cada día lo mejor posible”.
Ciria fue condenado con unas pruebas que hoy serían inisibles
En el caso de Ciria, ninguna evidencia física lo vinculó con el crimen. Los investigadores de la Policía de San Francisco lo identificaron como el tirador basándose "en rumores en la calle" y las declaraciones de un adolescente, explicó en un comunicado la Fiscalía de San Francisco citado por EFE.
La fiscal de distrito de San Francisco, Chesa Boudin, dijo después de revisar el caso que no había indicios de falsificación de pruebas o de que los investigadores intentaran incriminar a Ciria.
Agregó que las declaraciones de testigos presenciales como los usados en el juicio contra Ciria no serían isibles en un juicio en la actualidad, además de que ahora existen reglas estrictas respecto al interrogatorio de menores.
“Confiamos en que este tipo particular de condena injusta no ocurriría hoy. Y nuestra esperanza es evitar que otros tipos de pruebas engañosas den lugar a condenas injustas en el futuro”, recalcó Boudin al pedir disculpas a Ciria.
La investigación para exonerar al reo también encontró fallas del abogado defensor de Ciria en el juicio, quien itió errores como no presentar testigos que sostuvieran que su cliente estaba en casa con su familia y su hijo recién nacido en el momento del asesinato.
