David Perdue, el senador republicano que perdió elección en Georgia fue coautor de la reforma migratoria de Trump
El republicano David Perdue perdió el martes su escaño en el Senado tras perder en la elección de segunda vuelta con Jon Ossoff en un cerrado duelo que le devolvió a los demócratas el control del Senado después de 11 años.
Perdue fue hasta casi el final un firme aliado del presidente Donald Trump, sobre todo en materia de inmigración. En febrero de 2017, menos de un mes después de que el magnate inmobiliario se instalara en la Casa Blanca, junto con el también republicano Tom Cotton (Arkansas) redactó un plan de reforma migratoria S.534, iniciativa basada en un fuerte componente de seguridad nacional y un sistema de méritos que privilegiaba a los extranjeros con mayores recursos.
En agosto de ese año, seis meses tres meses después de la presentación del plan, Trump invitó a la Casa Bñanca a Perdue y Cotton para apoyar el proyecto que, entre otras medidas, requiere que los solicitantes de Green card (residencia legal permanente) "hablen inglés, que puedan mantenerse financieramente y que contribuyan con nuestra economía", dijo el mandatario en esa ocasión, una postura que hasta el día de hoy mantiene.
Además, el presidente dijo en esa ocasión que los extranjeros que buscan entrar a Estados Unidos emigren a Estados Unidos deben poseer méritos profesionales que justifiquen su entrada legal y al mercado laboral, principio que a juicio de organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes, afecta negativamente la reunificación familiar de personas de bajos recursos que viven legalmente en el país.
Más restricciones
El plan migratorio de Perdue y Cotton deja fuera, además, a inmigrantes o personas mayores que ya no estén dentro de la fuerza laboral, algo que según ha dicho Trump, permitiría al país ahorrar miles de millones de dólares.
También afectaría los programas de visas de trabajo para extranjeros, tal como las visas tipo H-1B, H-2A y H-2B, y con ello favorecería la mano de obra estadounidense. También eliminaría la lotería de visas, que cada año sortea 55,000 residencias legales permanentes.
En mayo del año pasado Perdue publicó en su página de internet un comunicado señalando que el presidente “se toma en serio la búsqueda de soluciones para arreglar nuestro sistema de inmigración roto y asegurar nuestras fronteras. Si queremos continuar con este auge económico, debemos tener un sistema de inmigración que responda a las necesidades de nuestra economía en crecimiento, al tiempo que protege a los trabajadores estadounidenses”.
El derrotado legislador por Georgia aseguró además que “continuaré trabajando con la istración Trump y mis colegas del Senado para avanzar hacia un sistema de inmigración basado en el mérito que se centre en atraer a los mejores y más brillantes de todo el mundo que deseen venir a los Estados Unidos legalmente para trabajar y mejorar la vida para ellos mismos".
La última oferta
En julio del año pasado, durante una entrevista concedida a la cadena Telemundo, Trump aseguró que alista una profunda 'reforma migratoria' por medio de una orden ejecutiva que impondría un sistema basado en méritos. Si bien no ofreció detalles de su plan, el anuncio generó criticas dentro de su propio partido, donde algunos republicanos pusieron en duda que tenga autoridad para hacerlo por esa vía sin el respaldo del Congreso.
Una de ellas provino del senador Ted Cruz (Texas), quien dijo en su cuenta de la red social Twitter que "existe cero autoridad constitucional para que un presidente cree un 'camino a la ciudadanía' por orden ejecutiva. Era inconstitucional cuando Obama emitió una amnistía ejecutiva, y sería un ENORME error si Trump intenta expandir ilegalmente la amnistía”.
El sistema de méritos
La última vez que Trump habló de la reforma migratoria basada en méritos fue en julio durante una reunión de gabinete. Se refirió en concreto a un proyecto de ley elaborado por su yerno, Jared Kushner, basado en el plan Perdue-Cotton.
El proyecto no incluye a los dreamers e ignora la totalidad de los 11 millones de indocumentados que viven en el país. También incluye modificaciones a la Ley de Asilo, acelera las deportaciones y establece un complejo sistema de migración legal basado en méritos.
La iniciativa republicana selecciona a los inmigrantes en función de un sistema de puntos y presenta tres categorías de alta habilidad:
- Talento extraordinario;
- Vocación profesional especializada; y
- Expedientes académicos excepcionales.
El proyecto estipula que el inmigrante que entra legalmente a Estados Unidos, además de tener visa, debe saber hablar inglés, demostrar que puede mantenerse financieramente durante su permanencia y contribuir significativamente al país.
Cerco a la inmigración legal
El proyecto copatrocinado por Perdue recomendó, además, modificar los requisitos que regulan la petición de familiares inmediatos (cónyuges, hijos, padres y hermanos) por parte de ciudadanos y residentes legales permanentes.
Hasta ahora, ciudadanos pueden pedir la green card de familiares inmediatos, y los residentes se rigen por un sistema de cuotas y preferencias regulado por el Boletín de Visas.
El plan cambia los requisitos para pedir familiares inmediatos. Aunque no altera la petición de cónyuges e hijos menores de edad por parte de ciudadanos, sí deja fuera la petición de padres y hermanos por parte de residentes, quienes hasta ahora pueden ser reclamados para obtener una residencia.
En cuanto a los padres ancianos de ciudadanos estadounidenses, y que necesitan ser cuidados, el plan señala que podrán recibir visas temporales renovables.
También cambia la lista de requisitos para la obtención de visados de no inmigrante y para asegurar que la persona que ingresa a Estados Unidos solo permanezca el tiempo autorizado, no se quede más tiempo que el autorizado y no se convierta en una carga pública.
Batalla perdida
En los cuatro años de Trump en la Casa Blanca su gobierno y no logró convencer al Congreso para que apruebe la reforma migratoria escrita por Perdue y Cotton, a pesar de que en los dos primeros años de ejercicio el Congreso fue controlado por los republicanos.
Sin embargo, varios de los puntos clave han sido activados por medio de órdenes ejecutivas que cambiaron la in
terpretación de reglamentos que se utilizan para aplicar la Ley de Inmigración (INA).
Para aprobar una reforma migratoria se necesitan 218 votos en la Cámara de Representantes y 60 en el senado. Los demócratas cuentan con 222 votos en la Cámara de Representantes, suficientes para empujar la aprobación de un plan durante el gobierno de Joe Biden, que asume el 20 de enero.
En el Senado, requerirán del apoyo de al menos 10 senadores republicanos, siempre y cuando los 50 legisladores demócratas de la Cámara Alta voten a favor de una reforma.
Biden ha prometido que en los primeros 100 días de su mandato enviará al Senado un proyecto que, entre otras medidas, incluya un camino a la ciudadanía para la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en el país, pagan impuestos y carecen de antecedentes criminales, entre otros requisitos.
El senador Perdue dio un paso al costado en su apoyo a Trump al final de su fallida reclamación por los resultados de los comicios presidenciales del 3 de noviembre, ganados por el demócrata Biden quien el miércoles fue certificado por el Congreso tras un asalto al Capitolio por parte de partidarios del presidente. Los disturbios dejaron un saldo de 4 muertos, decenas de heridos y detenidos, y cuantiosos daños materiales.