La nueva caravana de migrantes que salió del sur de México teme ser reprimida en cualquier momento
Sujey de la Cruz García González está cansada, pero dice que le quedan suficientes fuerzas para seguir adelante hasta llegar a la capital mexicana.
“Esperé cuatro meses en Tapachula y no me resolvieron mis papeles”, dice a Univision Noticias. "Vengo con mi niña de 9 años, otra de 16 años y una nieta de 9 meses y otra sobrina. Somos un grupo familiar de nicaragüenses que escapamos de mi país porque allá tenemos un presidente muy malo”, en referencia a Daniel Ortega, quien en los últimos dos años ha reprimido a la oposición para conservar el poder.
Los papeles que reclama García son los mismos que pide el resto de los caminantes de la caravana: documentos de asilo y un permiso para trabajar legalmente en el territorio mexicano.
García asegura que los necesita porque, en su país, cualquier crítica que el pueblo levante contra Ortega y su gobierno lleva a que los "persigan, arresten y encarcelen".
El primer tramo
Cansados y adoloridos, los cerca de 4,000 migrantes que esta mañana salieron de Tapachula, una zona del sur de México fronteriza con Guatemala, con destino a la capital finalizaron la primera jornada bajo un clima húmedo y caluroso.
La mayoría de los caminantes son centroamericanos, principalmente originarios de Honbduras, dijeron organizadores.
“Arrancamos a las 7:00 de la mañana unas 3,000 personas desde la plaza Bicentenario de Tapachula y en el camino se fueron agregando otros cientos”, dice Luis García Villagrán, director ejecutivo del Centro de Dignificación Humana A.C., una de las organizaciones que convocó la caravana. “Tras nueve horas de camino nos detuvimos en el municipio Álvaro Oregón. La gente está muy cansada”.
El municipio de Álvaro Obregón se ubica a 14 kilómetros de Tapachula. La caravana se detuvo en ese lugar “porque más adelante hay muchos soldados y policías”, señala García. “Aquí podemos descansar un poco más tranquilos, pero existe el temor que esta noche nos repriman, nos dispersen y nos regresen a Tapachula”, agrega.
El avance logrado fue gracias a los mexicanos que, en su trayecto, les dieron frutas, pan y otros alimentos, dijeron los organizadores. En el municipio de Álvaro Obregón también les repartieron agua potable y permitieron usar baños públicos. “Una ayuda que no tiene precio”, indicaron.
El miércoles, tres días antes del inicio de la caravana, el Instituto Nacional de Migración (INM) había advertido a los migrantes que si salían de la jurisdicción de Tapachula corrían el riesgo de ser detenidos y puestos en proceso de deportación, además de abandonar sus casos de asilo en México.
Pero los migrantes alegan que muchos de ellos interpusieron amparos ante la justicia federal, un recurso judicial disponible que, cuando es concedido, el extranjero no puede ser deportado. Sin embargo, el INM previene que la protección solo rige dentro de la jurisdicción de Tapachula.
Por qué marchan
Los organizadores de la caravana reiteran que la caminata se debe a la inacción del gobierno federal mexicano en responder a miles de solicitudes de asilo. “Hay más de 95,000 personas en Tapachula de distintas nacionalidades, principalmente centroamericanos”, dice García.
“La gente está desesperada, tiene hambre, no tiene trabajo. Y cuando piden una cita ante la Comisión Nacional de Refugiados (COMAR) para iniciar el proceso de asilo, tiene que esperar de cuatro a seis meses. Y, cuando por fin tiene cita y presenta el caso, debe esperar otros cuatro o seis meses para que lo atienda el INM y le dé papeles y un permiso de trabajo. Mientras tanto la gente mendiga”, dice el activista.
La mayoría de los caminantes se concentraron desde el viernes en la noche y durmieron a la intemperie. "La mayoría son mujeres, hay más de 60 embarazadas, muchos niños y ancianos. Es la caravana de los más desvalidos de los más de 95,000 que están en Tapachula y que huyeron de sus países en busca de asilo”.
Medidas de protección
Poco antes que la primera jornada, este sábado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo que había emitido “medidas cautelares” para proteger a los integrantes de la caravana en su trayecto desde el estado de Chiapas, donde se ubica Tapachula, hacia la capital.
La medida, dijo el grupo, se trata de una ayuda de carácter humanitario “ante el probable uso de la fuerza para su contención” y que en caso de efectuarse “se realice en armonía con los principios de legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad”.
Entre agosto y comienzos de septiembre, al menos cuatro caravanas de migrantes fueron detenidas por tropas de la Guardia Nacional de México y agentes de la Policía Nacional por salir de Tapachula sin autorización.
Cientos de detenidos fueron deportados luego hacia una zona selvática de Guatemala y abandonados a su suerte, perdiendo sus derechos de permanencia en México y sin oportunidad de proseguir viaje hacia la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo.
El CNDH dijo que los amparos obtenidos para unos 4,000 migrantes pueden ayudarlos en caso de que el gobierno use la fuerza pública para contenerlos, “además de que durante su tránsito requerirán atención especializada y la provisión de satisfactores básicos en materia de alimentación, salud y seguridad”.
Estados Unidos vigila de cerca
Mientras la caravana avanza, una unidad de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) observa de cerca el avance de los miles de migrantes que viajan rumbo al Distrito Federal. Muchos de ellos tienen planes de no detenerse en la capital y seguir viaje rumbo al sur de Estados Unidos para pedir asilo.
La semana pasada el gobierno reconoció a Univision Noticias que tiene en marcha “un nuevo esfuerzo” de inteligencia para detectar y frenar migrantes que desean llegar al país, además de haber desarrollado recientemente “un nuevo esfuerzo analítico que combina la aplicación de la ley y los recursos de inteligencia para mejorar nuestra capacidad de prepararnos operativamente para un gran número de migrantes que pueden llegar a lo largo de la frontera suroeste”, dijo el ministerio en un correo electrónico.
La dependencia agregó que la iniciativa “está dirigida por la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento, la Oficina de Aduanas y Control de Aduanas (ICE) y la Guardia Costera.
Las caravanas de migrantes asomaron a principios de 2017 tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Miles de migrantes, principalmente originaros de Honduras, se organizaron a través de mensajes publicados en redes sociales para caminar juntos rumbo a la frontera sur de Estados Unidos y pedir asilo.
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