Por qué se demora tanto el balance oficial de muertos
Las imágenes de destrucción generalizada que llegan de algunos rincones de "el huracán más mortífero en la historia de Florida".
Pero esas palabras de Biden son lo más parecido a balance de fallecidos que tenemos. Los equipos ya trabajaban en algunas de las zonas más afectadas por el desastre pero las autoridades federales y estatales seguián sin dar un reporte oficial de víctimas fatales.
De hecho, la falta de estos informes ha obligado a los medios a recurrir a hacer sus propios balances a base de recopilar información de condado en condado, de agencia en agencia.
Y en eso hizo bastante ruido Carmine Marceno, sheriff del condado Lee, donde tocó tierra Ian como un poderoso huracán, al decirle el jueves por la mañana a Good Morning America de ABC News que allí había “cientos de muertos”.
"No tenemos números confirmados, pero definitivamente sé que las fatalidades son centenares", respondió Marceno al ser preguntado por si había fallecidos en su condado. “Por el momento, confirmados cientos", llegó a decir cuando el entrevistador le insisitó sobre la cuestión del número de víctimas mortales, pese a que era evidente que no tenía tal confirmación.
Marceno se ganó numerosas críticas por haber aventurado ese tipo de catastrófico balance sin tener confirmación oficial de ello. De hecho, había pasado poco más de una hora cuando, en CNN, se mostró bastante más prudente y dijo que tenía “unos cinco” muertos.
DeSantis, que en la mañana de este viernes seguía sin hacer ningún tipo de balance de fatalidades, sí respondió el jueves a lo dicho por el sheriff Marceno: “Nada de eso está confirmado”, sentenció el gobernador.
Determinar el número de víctimas requiere mucha burocracia
En la mañana del viernes, algunos medios habían recopilado informaciones relativamente aisladas de diferentes condados y autoridades para publicar sus balances.
Por ejemplo, la Patrulla de Tráfico había reportado un accidente con dos fallecidos, el condado de Volusia informó de un hombre que murió intentado vaciar la piscina o un alguacil del condado Sarasota le dijo a CNN que allí había dos muertos.
El director de la División de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, dijo que eran 21 los reportes de fallecidos, pero que solo tenían uno confirmado, en el condado Polk.
Pero como le dijo al diario The New York Times la experta en gestión de emergencias de la Universidad de Alabama Laura Myers, estos balances tan tempranos no son significativos. Cualquier número es muy provisional y no sirve para dar medida del verdadero nivel de daño causado.
De hecho, esto que ocurre con el huracán Ian en Florida no es inusual. En 2005, a un mes del paso del huracán Katrina, sólo no se habían identificado ni mil de las más de 1,800 víctimas.
Aparte de que se trata de un proceso que requiere mucha burocracia y consume mucho tiempo, más en el panorama de pesadilla que suele dejar los vientos, lluvias y marejada ciclónica de un huracán, en principio no es una prioridad de los rescatistas, que se centran inicialmente en rescatar a los sobrevivientes.
El proceso para la generación de estadísticas oficiales sobre muertes en casos como el de Ian está descrito en la Guía de Referencia para la Certificación de Muertes en Desastres Naturales del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales (NVSS), la oficina de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que monitorea muertes y nacimientos.
Esa guía establece que los certificados de defunción son la fuente primaria de las estadísticas sobre fallecimientos y señala los criterios a seguir para determinar si se puede atribuir o no al evento.
El NVSS describe una muerte "directamente relacionada" como la atribuible a las fuerzas del desastre o sus consecuencias directas, como una estructura que se desmorona. Y califica de "indirectas" a las causadas “por las inseguras o insalubres condiciones en cualquier fase del desastre”.
En un caso como el del huracán Ian, está por ver si se produce alguna muerte indirecta por la masiva extensión de los cortes de electricidad o la interrupción en el suministro de agua que reportó DeSantis en el condado Lee.
O puede haber envenenamientos por monóxido de carbono que emiten los generadores de electricidad y eso también se puede atribuir al huracán aunque sea indirectamente.
Son los médicos forenses los encargados de emitir los certificados de defunción con que se elaboran las estadísticas oficiales. Antes de emitir el documento, tienen que llegar a los cuerpos y determinar si la muerte fue causada, directa o indirectamente, por el huracán.
Eso no es tarea fácil que se pueda resolver apresuradamente, aunque en algunos casos pueda resultar bastante obvia. “Como en cualquier muerte, la causa debería ser reportada con la mayor precisión posible”, señala la guía de NVSS, que requiere especificar el tipo de lesiones mortales y las circunstancias en que se produjeron para determinar si se puede atribuir al desastre en cuestión.
Ese proceso, cuando los esfuerzos están enfocados en salvar vidas y no en determinar los muertos, es lo que obviamente hace que se demore un balance fehaciente de las víctimas causas por un desastre de la magnitud del huracán Ian, más allá de que un sheriff pueda reportar que alguaciles de su jurisdicción han encontrado X números de cadáveres.
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