Tanto los republicanos como los demócratas se preparan para largas batallas legales por los resultados electorales
El republicano Donald Trump, que todavía se niega a aceptar que perdió las elecciones de 2020 ante el demócrata Joe Biden, dice que quiere una victoria presidencial el 5 de noviembre tan abrumadora que los resultados sean “demasiado grandes para amañarlos”.
Independientemente de los márgenes que logren Trump y su rival principal, Kamala Harris, tanto republicanos como demócratas se preparan para batallas potencialmente largas sobre los resultados una vez se conozcan.
Ya se están tramitando decenas de demandas que podrían sentar las bases para impugnaciones después del conteo de los votos en tribunales de todo el país. La mayoría ha sido presentada por republicanos y sus aliados. Muchos de los casos se refieren a impugnaciones del voto por correo, papeletas de votantes en el extranjero y reclamaciones sobre supuestos votos de personas que no son ciudadanas estadounidenses, algo que según antecedentes electorales es sumamente raro.
Trump, que enfrenta cargos penales federales por sus esfuerzos para anular su derrota en 2020, se ha negado en repetidas ocasiones a declarar que aceptará los resultados de este año.
Los demócratas, mientras tanto, advierten que los negacionistas electorales instalados en puestos clave relacionados con la votación en todo el país pueden tratar de impedir la certificación de resultados legítimos y desencadenar litigios.
“En 2020, los negacionistas electorales improvisaron (...) Ahora, ese mismo impulso negacionista está mucho más organizado, es mucho más estratégico y está mucho mejor financiado”, dijo Michael Waldman, presidente del Centro Brennan para la Justicia, a los periodistas durante una sesión informativa telefónica. “Al mismo tiempo, el sistema electoral está mucho mejor capacitado, creemos, para manejar algo así”, matizó.
Aunque las batallas partidistas sobre las normas de votación han formado parte de las campañas presidenciales desde hace mucho tiempo, los litigios electorales se han disparado en los últimos años. Y es probable que sigan creciendo porque cada vez se está destinando más dinero a estos esfuerzos y hay más grupos externos implicados en ellos.
“Y no son solo los partidos, sino organizaciones externas que recaudan fondos hablando sobre cómo es posible para ellas proteger la democracia o preservar la integridad de las elecciones, o lo que eso signifque”, afirmó Derek Muller, experto en derecho electoral y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame. “Tienen donantes adinerados que respaldan estos litigios. Así que no parece que vayan a disminuir”, acotó.
Aumenta el número de litigios electorales previos a las elecciones
A poco más de dos semanas de la jornada electoral, en lo que va de año se han presentado unos 180 casos relacionados con el proceso de votación y las elecciones, según el abogado demócrata Marc Elias, fundador del grupo de seguimiento de litigios electorales Democracy Docket.
Se produce cuatro años después de que Trump y sus aliados inundaran los tribunales con demandas alegando fraude. Esas demandas fueron rotundamente rechazadas por jueces nombrados por los presidentes de los dos principales partidos políticos.
La tasa de litigios electorales casi se ha triplicado desde 2000, cuando la Corte Suprema en una votación de 5-4 resolvió el resultado electoral a favor del republicano George W. Bush sobre el demócrata Al Gore, escribió en 2022 el experto en derecho electoral Rick Hasen, de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles.
El papel del alto tribunal en aquella contienda disparó el interés por el derecho electoral, alimentando un aumento de los litigios que se aceleró en 2020 debido a los cambios en las normas de votación durante la pandemia de coronavirus.
Los cambios en las normas de financiación de las campañas hace una década han permitido a los donantes dar a los partidos enormes sumas de dinero en efectivo específicamente para las luchas legales. Hoy en día, los litigios electorales no siempre tienen que ver con ganar en los tribunales, sino también con enviar un mensaje político a los donantes.
“Se ha convertido en parte de la campaña mostrar los recursos que tienes en los tribunales”, consideró Rebecca Green, profesora de la Facultad de Derecho en la universidad William & Mary y experta en derecho electoral. “Se ha vuelto común que las campañas litiguen para aparecer en los titulares y así difundir un mensaje”, explicó.
En 2020, si bien Trump comenzó sus mentiras sobre el resultado electoral apoyado por abogados reconocidos, la mayoría abandonó el barco cuando él persistió con sus reclamos infundados de fraude, incluso cuando su propia istración insistió en que las elecciones fueron sido seguras y no hubo fraude generalizado.
Por ello, este año el Comité Nacional Republicano lanzó esta primavera lo que describió como un programa de integridad electoral “sin precedentes”, con planes para tener 100,000 voluntarios y abogados en estados clave como parte de un “compromiso para garantizar la transparencia y la imparcialidad en las elecciones de 2024”.
“El esfuerzo de integridad electoral del presidente Trump está dedicado a proteger cada voto legal, mitigar las amenazas al proceso de votación y asegurar las elecciones. Mientras los demócratas continúan su interferencia electoral contra el presidente Trump y el pueblo estadounidense, nuestra operación está enfrentando sus esquemas y preparándose para noviembre”, dijo Claire Zunk, directora de comunicaciones de integridad electoral del RNC. Dijo que estaban preparados para litigar.
¿Qué podría pasar con los litigios electorales después de las elecciones?
Es poco probable que algunos de los casos presentados en los tribunales se resuelvan antes del 5 de noviembre. Pero podrían reflotar después de que se cuenten los votos para impugnar los resultados en los tribunales, dijo Jess Marsden, asesora del grupo Protect Democracy y directora de su programa para garantizar unas elecciones libres y justas.
Las luchas judiciales más importantes podrían girar en torno a las normas de certificación del voto. En virtud de las actualizaciones de la Ley de Reforma del Conteo Electoral aprobadas por el Congreso en 2022, existe un nuevo proceso de revisión más rápido para las disputas sobre la certificación. Pueden ser presentadas ante un tribunal de tres jueces en el estado donde se originaron y ser apeladas rápidamente ante la Corte Suprema.
“Sospecho que podría ser utilizado por los candidatos perdedores como un último intento, o peor todavía en algunos casos, como una manera de tratar de alistar a la corte para tratar de cambiar el resultado de las urnas", dijo Wendy Weiser, vicepresidenta para la democracia en el Centro Brennan. “Dicho esto, también es una salvaguarda en caso de que haya habido algún complot relacionado con la certificación”, agregó.
Lo que ocurrió con el cambio de último momento en las normas electorales en Georgia
Un juez de Georgia declaró la semana pasada que Entre ellas se incluye una que exigía el conteo manual del número de papeletas después del cierre de las urnas. Otra exigía a los funcionarios del condado realizar una “investigación razonable” antes de certificar los resultados, pero no especificaba qué significa eso.
Los republicanos han apelado la decisión del juez de invalidar las normas ante el más alto tribunal del estado. El presidente del RNC, Michael Whatley, calificó ese fallo como “lo peor del activismo judicial”.
“Al anular las normas de sentido común de la Junta Electoral del Estado de Georgia aprobadas para salvaguardar las elecciones de Georgia, el juez se puso del lado de los demócratas en sus ataques contra la transparencia, la rendición de cuentas y la integridad de nuestras elecciones”, dijo Whatley en un comunicado. “No permitiremos que esto siga”.
No hay forma legítima de que un condado o un estado se niegue a certificar los resultados electorales, pero eso no significa que no lo intente, dijo Weiser a los periodistas el miércoles. Incluso si no tienen éxito, esos esfuerzos pueden alimentar teorías conspirativas y “contribuir al caos y a los retrasos”, dijo.
“Si hay múltiples intentos de negarse a certificar (los resultados) y se da una enorme avalancha de demandas al mismo tiempo cuando el margen sea muy estrecho, eso dificultará (el proceso) para los funcionarios electorales”, dijo Weiser.
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