Quieres saber quién va a ganar el 5 de noviembre: no leas encuestas y espera los resultados
A menos de 20 días para el día de las elecciones presidenciales de 2024, una andanada de encuestas en las que hay incluso resultados contradictorios, están confundiendo a la opinión pública de Estados Unidos, creando incertidumbre en lugar de mostrar las tendencias entre los votantes.
Estas encuestas buscan satisfacer el apetito de curiosos y mercados de apuestas por saber anticipadamente quién va a resultar ganador de los comicios, y oscurecen la visión de algunos del público, que en vez de estudiar las propuestas, políticas e historial de los candidatos tratan de sumarse a la fórmula ganadora con base en lo que dicen los sondeos.
¿Cuán confiables son las encuestas en el actual ciclo electoral?
Según el asesor sénior de encuestas del Centro de Investigaciones Pew Scott Keeter, "el objetivo general de una encuesta es describir o explicar algo sobre una población de interés (por ejemplo, los votantes registrados) haciendo preguntas a un pequeño número de personas que representan a esa población".
Pero como dijo a KDKA News de Pittsburgh el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Northeastern Costas Panagopoulos, “las encuestas son mucho menos precisas de lo que la gente cree, y también son retratos congelados en el tiempo, que pueden predecir o no lo que sucederá el día de las elecciones”.
“Las encuestas son tan buenas como la metodología utilizada”, dijo Panagopoulos, lo cual es relevante en el actual ciclo electoral, ya que las responden a intereses partidistas y son promovidas por ellos, confundiendo al público.
Para complicar las cosas, en los dos ciclos electorales presidenciales anteriores la reputación de las encuestas sufrió dos duros golpes.
En 2016 las encuestas mostraban a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton como la gran favorita para ganar las elecciones que eventualmente perdió frente al expresidente Donald Trump, mientras que en 2020, según el Centro de Investigaciones Pew “la mayoría de las encuestas preelectorales exageraron la ventaja de Joe Biden en la votación nacional para presidente y, en algunos estados, indicaron incorrectamente que el demócrata probablemente ganaría o que la carrera estaría reñida cuando no lo estaba”.
Actualmente, los promedios de las encuestas nacionales, como el de Univision/R y FiveThirtyEight muestran a la vicepresidenta Kamala Harris con una leve ventaja sobre Trump, 1.7% y 2.6% respectivamente, y múltiples encuestas muestran a los dos candidatos prácticamente empatados en los cruciales estados péndulo, creando una gran sensación de incertidumbre y confusión.
¿Cómo saber quién va a ganar la elección presidencial de 2024?
La respuesta obvia es que hay que esperar a que se celebren los comicios y se declare un ganador. Después de todo, la gran y mejor encuesta electoral es la que se lleva a cabo el día de las elecciones.
Además, es un proceso confiable y seguro, que cumple con rigurosos protocolos, pero lo más importante, está descentralizado: son 50 sistemas electorales independientes que cuentan con el monitoreo libre y sin trabas de los medios de comunicación, que al final son los encargados de transmitir los resultados a la opinión pública.
De acuerdo a un grupo de académicos de la Universidad de California Berkeley “las elecciones en Estados Unidos son más seguras y los resultados son más precisos que hace 20 años”.
En una publicación de la Facultad de Informática y Ciencias de Datos de Berkeley, el profesor de informática David Wagner dijo que “si bien los expertos coinciden en que existen formas importantes de mejorar nuestros sistemas técnicos de votación, las mayores vulnerabilidades de los resultados electorales no tienen nada que ver con la forma en que se cuentan los votos del público”.
Wagner, quien forma parte del Comité de Desarrollo de Directrices Técnicas de la Comisión de Asistencia Electoral de Estados Unidos explicó que en su opinión “ hoy el mayor riesgo es el elemento humano: la desinformación, la propaganda, la manipulación a través de los medios de comunicación, los esfuerzos dirigidos a intentar que determinadas poblaciones voten o no voten y los intentos de otros países de generar caos o interferir en nuestras elecciones”.
De igual manera, la naturaleza fraccionada del sistema electoral nacional producto del sistema federal que rige a Estados Unidos hace que sea prácticamente imposible perpetrar un fraude a nivel nacional, dado el alto grado de descentralización del proceso.
De hecho, la realidad es que el próximo 5 de noviembre Estados Unidos celebrará 50 elecciones independientes, una en cada estado, los cuales a su vez delegan la responsabilidad de organizar los comicios en decenas de miles de jurisdicciones electorales locales.
Irónicamente, las encuestas han registrado una caída notable en la confianza del público en el sistema electoral estadounidense, especialmente entre los votantes republicanos tras las insistentes mentiras de Trump sobre un fraude electoral que nunca ocurrió en 2020 cuando fue derrotado por Biden, negándole el segundo periodo presidencial que aún busca.
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